“Este proceso de reforma constitucional constituye un momento de significativa importancia en la historia de la Revolución, en primer lugar porque ajusta nuestro texto constitucional, nuestra Ley de leyes, a las nuevas realidades de la contemporaneidad, tanto en el desarrollo de nuestro proyecto social socialista como en las tendencias que existen sobre el derecho constitucional en el mundo”.
Inicia así sus valoraciones el Doctor en Ciencias Pedagógicas Rafael Izaguirre Remón, vicerrector de actividades extracurriculares de la Universidad de Granma, en entrevista dada a la redacción digital de la radioemisora manzanillera sobre el proceso de reforma constitucional, que desde el 13 de agosto pasado protagoniza el pueblo cubano.
Sus consideraciones, como ciudadano cubano, nacen de un pensamiento amante y defensor del devenir histórico de la nación cubana, de la Filosofía, y de la juventud, en quien cifra las esperanzas del mañana.
“Yo creo que tiene otro elemento significativo y es el amplio proceso de consultas populares que se despliega desde la toma de opiniones respecto a los cambios en el texto constitucional, nos convierte a todos los cubanos en legisladores, es decir, estamos contribuyendo a perfeccionar el ordenamiento jurídico desde el texto de nuestra Carta Magna y eso, sin duda alguna, es un privilegio que comparte toda la ciudadanía”.
“En ese sentido este proceso coadyuva a perfeccionar la relación entre institucionalidad y ciudadanía en el país y, sobre todo, a llevar a la letra de la Constitución, que siempre es una letra de mínimos que establece los derechos que en términos fundamentales sustentan el sistema económico, político y social del país, los elementos más importantes para que podamos avanzar en el siglo XXI hacia la construcción de un país próspero, libre, democrático, soberano, independiente, capaz de por sí mismo darse las herramientas para perfeccionar su propio desarrollo”.
“Yo creo que en ese sentido es la importancia mayor de la reforma constitucional”.
¿Cuáles son los temas o artículos que más le han llamado la atención como ciudadano?
“Como ciudadano me interesan muchos los temas de los derechos sociales, en sentido general, porque esa carta de derechos es la que sustenta, primero: el culto a la dignidad plena del hombre como quería Martí, y el sostenimiento de las conquistas fundamentales de la Revolución”.
“Cultivar los derechos sin restricciones en el campo social es un elemento que le confiere un rostro humano de extraordinaria significación a la Revolución”.
“Me interesa también cómo se encuadra el desarrollo económico en el texto constitucional, sobre todo por el reconocimiento de las diversas formas de propiedad y los límites que se establecen a la concentración, no solo de la propiedad sino de la riquezas, que en la práctica es nuestra forma de luchar contra las desigualdades que son inevitables en toda sociedad pero que, bajo control y con una responsabilidad social compartida, se convierten en una fuente de beneficio para toda la ciudadanía”.
“Además, el referido al ordenamiento político, porque creo que la división de poderes, la forma en que se organiza el poder desde la instancia nacional hasta las instancia provincial, como puente de transferencia, y municipal como la célula fundamental, creo que es sumamente vital a la hora de encauzar una democracia que sea de tipo participativo”
“Una democracia que no tenga valladares o déficit en el término de que la participación ciudadana siempre se respalde en un ejercicio de derecho político y en la libertad para elegir, la libertad para escoger, la libertad para dotarnos el tipo de sistema económico y social como el que tenemos, que es el que preferimos los cubanos”.
Usted, como profesional que tiene el privilegio de estar cerca de los jóvenes, de los estudiantes de la universidad cubana de hoy, ¿cómo se han preparado los jóvenes para este proceso?
“La preparación de los jóvenes siempre nos llena de orgullo porque los jóvenes son, como bien se dice, la levadura del futuro. Hoy tenemos en nuestras aulas a los que serán líderes de la producción, de los servicios de la vida sociopolítica, a los que conducirán los destinos de este país en un futuro mediato, y en ese sentido contribuir a su preparación no solo es un privilegio sino un deber de extraordinario simbolismo”.
“En los jóvenes hay que tener confianza, porque son altamente revolucionarios, todos con sus creencias, desde su perfil subjetivo, desde sus aspiraciones, intereses, motivaciones, pero todos con una gran coincidencia: les gusta ser cubanos, y al que le gusta ser cubano, le gusta ser patriota y está comprometido directamente con los destinos de su país, de nuestra nación”.
“Ahí está su fuerza mayor, en ella debemos depositar nuestra esperanza, porque sin duda alguna ella ajustándose a su tiempo siempre es capaz de asumir las tareas que le corresponden, por eso no debemos tenerle miedo, tenemos que estimularlos a que sean como son: creativos, valientes, osados, temerarios incluso a la hora de proponer cuestiones que les parece esenciales pero que sin duda alguna las sienten y que, si respetan como lo hacen su condición de ser cubanos raigales, pues todo lo que propongan siempre redundará en beneficio de la Cuba a la que todos aspiramos”.
Con el inicio el próximo dos de octubre de los debates del Proyecto de la Ley fundamental de la República de Cuba en la sede Blas Roca Calderío de la Universidad de Granma, localizada en Manzanillo, los universitarios pondrán su color al texto legislativo que, como afirmó el Doctor Izaguirre Remón, todos nos merecemos sea el reflejo real de cómo los cubanos somos y cuánto queremos avanzar, en virtud de un futuro próspero y sostenible.
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