Washington, 7 oct (Prensa Latina) Una hospitalización de tres días, periodo que estuvo internado el presidente Donald Trump tras su contagio con la Covid-19, costaría a cualquier paciente promedio estadounidense decenas de miles de dólares, afirma hoy el diario The New York Times.
El rotativo destaca que los economistas de la salud apenas comienzan a comprender los costos totales del tratamiento del nuevo coronavirus, aunque según estimaciones iniciales, el precio total por una hospitalización para un paciente mayor de 60 años es de 61 mil 912 dólares.
Sin embargo, señala el periódico, Trump no tuvo que preocuparse por los gastos ocasionados por su atención, porque están cubiertos por el gobierno federal, mientras la mayoría de los estadounidenses, muchos con seguro médico, reciben una asistencia que después no pueden pagar, pues es probable que les lleguen facturas significativas e inesperadas, incluso después de que los aseguradoras paguen su parte.
El mandatario llegó al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en helicóptero y por la misma vía regresó a la Casa Blanca, acota el Times.
Esto se suma a la factura general a pagar por los contribuyentes para atender al gobernante contagiado por la Covid-19, enfermedad que ya dejó en Estados Unidos más de 215 mil 120 muertes y siete millones 682 mil 780 casos.
Además, a Trump le hicieron múltiples pruebas para detectar al nuevo coronavirus, y recibió oxígeno, esteroides y un tratamiento experimental con anticuerpos, lo que para alguien que no es presidente le hubiera costado en el sistema de salud estadounidense más de 100 mil dólares.
El jefe de la Casa Blanca recibió dosis del Remdesivir, un nuevo medicamento creado por la compañía Gilead, que cuesta tres mil 120 dólares cuando lo compran aseguradoras privadas, y dos mil 340 con programas públicos como Medicare y Medicaid, destaca la pesquisa del Times.
Al gobernante también le aplicaron un tratamiento experimental con anticuerpos monoclonales, que cuesta miles de dólares, aunque está actualmente disponible para los participantes de ensayos clínicos o a quienes se les otorgó una exención de ‘uso compasivo’ por su precaria situación.
La administración Trump indicó en junio pasado que las aseguradoras no tenían que pagar por ‘pruebas realizadas para evaluar la salud y seguridad general en el lugar de trabajo’.
En cambio, los pacientes deben pagar por ese tipo de ensayos, y aunque es posible que algunos puedan obtener test gratuitos de poca confiabilidad en sitios públicos, otros tendrían que enfrentar una deuda médica significativa por este concepto en hospitales o centros de urgencia.
Las pruebas para detectar el patógeno pueden ser caras, y a pesar de que normalmente cuestan unos 100 dólares, una sala de emergencias en Texas cobra hasta seis mil 408 por una sola.
En general en todo el país, los pacientes hospitalizados reciben facturas superiores a los 400 mil dólares, según la investigación realizada por el Times.
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