Rosa: una enfermera muy cerca de las familias manzanilleras

Hace 39 años Rosa se graduó de enfermera //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Enero 4.- Hace 32 años la manzanillera Rosa María Arrechea Méndez forma parte de ese grupo de profesionales de la salud pública que acompaña a sus pacientes desde el Consultorio Médico y de la Familia (CMF) número 41 de la parte alta de esta oriental ciudad cubana, perteneciente al policlínico número uno Francisca Rivero Arocha.


Esta licenciada recuerda que comenzó a trabajar en ese programa de atención primaria de la salud en el año 1990, luego de haber estado laborando siete años, desde 1983 que se graduó, en el hospital psiquiátrico. «Luego hice traslado para el poli uno donde me inicié en los servicios de emergencias, y después en la actividad del CMF donde aún me mantengo».

Lic. Rosa María Arrechea Méndez // Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Sobre el significado de este programa la licenciada manifiesta que «tiene una gran importancia porque aquí es donde se brinda la primera atención al paciente, y donde se previenen todas las enfermedades para tratar que las personas no lleguen a la atención secundaria.


Esta idea es precisamente para acercar más los servicios de salud a las familias. Nosotros llegamos a conocer todas las patologías y dolencias que pueda padecer la población dentro de nuestra área», dijo Arrechea Méndez.


Ella manifiesta además que los consultorios son también necesarios porque «logran un contacto entre el médico, la enfermera y las familias tan vital, donde llegan a compenetrarse y se alcanza una compatibilidad para una mejor atención», dijo.

Rosa lleva 32 años laborando dentro del programa del Consultorio Médico de la Familia (CMF) // Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Ella, en estos 32 años se siente satisfecha de formar parte de este equipo, que es tan importante como los que se brindan en un hospital. Su apego hizo que sintiera nostalgia de los pacientes manzanilleros durante los casi cuatro años que estuvo cumpliendo misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, donde estuvo desde el año 2018.


En esta hermana nación laboró en el CDI que precisamente lleva el nombre de Manzanillo, enclavado en el municipio San Francisco del estado de Zulia. Quizás esta coincidencia hizo que se sintiera como si estuviera en su ciudad natal cuando se sobreponía a aquellos días y minutos nostálgicos que le venían.


«Ahí estuve tres años completos, y los restantes meses lo terminé en otro CDI. En ese período extrañaba a mis pacientes, con muchos de ellos me comunicaba vía internet y así estuve al tanto de la vida de aquí del consultorio y la población.

Cuando tenía lo que llamamos el «gorrión» enseguida me refugiaba en los pensamientos de mi trabajo aquí en el CMF, y de mis pacientes y les enviaba mensajes que me permitían transmitir todos mis sentimientos hacia el trabajo y a mis coterráneos, y esas cosas que uno siente cuando está fuera de tu país».


Con esta vivencia pudo comparar como los cubanos tenemos un programa que nos acerca la salud a la familia acompañando a sus pacientes, quizás un privilegio que pocos en el mundo lo tienen.

«Fue otra experiencia vivida, la atención primaria de salud cubana es prácticamente única, aunque en Venezuela también se experimentó algo similar a este programa que igual resultó porque es un país muy grande, y el personal que se insertó a ese trabajo pudo llegar a todos los rinconcitos para poder encontrar a los niños sin vacunar y sin atender, es decir a través de los consultorios establecidos allí se pudo alcanzar esos éxitos», manifestó Arrechea Méndez.


Todo el tiempo que la licenciada Rosa ha estado trabajando en los CMF le permite además valorar de muy bonita y necesaria esa relación que se debe alcanzar entre el médico y la enfermera para brindar mejor atención a las familias.

«Son muchas las experiencias que vamos adquiriendo a través de los años, imagínate yo misma que me fui para esa misión y dejé a los pequeños pacientes muy chiquitos y que han crecido bastante, otros que vi nacer, crecer que estaban estudiando y ya son profesionales.

Algunos somos colegas graduados de varias carreras de la salud pública, eso nos satisface y da muestra de cuanto se logra en el vínculo que logramos aquí en este programa. En fin para que el trabajo surja y salga bien en nuestras áreas tienen que llevarse bien el médico y la enfermera de un consultorio», expresó.


Hoy se cumplen 38 años de la creación por el Comandante en Jefe Fidel Castro de los CMF, una idea que además de fortalecer el sistema de salud, es una manera de acercar estos servicios al barrio y a la población antes de llegar a recibir atenciones en los centros hospitalarios. Historias como las de Rosa son muchas de quienes se entregan a diario para el beneficio de todos.