Rosa y Josué, por el sustento que emerge de la tierra

Los manzanilleros Rosa y Josué comprendieron desde hace mucho que es la tierra «madre de todo bien y universal sustento», como dijera el Apóstol, y a transformar en frutos sus insospechados espacios dedican cada hora de vida.

Desde 1997 integrados a la Agricultura urbana, suburbana y familiar, han tornado su patio en fuente de riquezas agroecológicas y enseñanzas, que avalan a La Rosita éxitos como las cinco coronas de excelencia de este vital programa que a nivel nacional potencia la incorporación de las familias a la obtención de alimentos.

La dedicación a largas jornadas de análisis y estudio para llevar a la práctica la permacultura y aprovechar cada lugar y crear productos naturales, les vale como principal virtud a María Rosa León Reyes y Josué Guilarte González.

«Nuestra minindustria tiene como producto líder el Germevid, y otros como el Biol, los alimentos para animales como los bloques multinutricionales para conejos, el insecticida para los cultivos varios; y como dicen muchos tenemos una pequeña empresa porque tenemos de todo en nuestro patio».

«No compramos vegetales ni condimentos porque los producimos en casa, sólo en la placa tenemos plátano enano en maduración, guayaba, calabaza, col, ajíes, comino, cebollino, y el tomate lo estamos reproduciendo por esqueje».

«En el ámbito pecuario tenemos peces, conejos, gallinas de nuestra propia raza, faisán, pavo, guineos, cuyas producciones se destinan a la Casa de niños sin amparo familiar y al Hogar materno» de este territorio costero.

«Sentimos gran satisfacción porque lo que estamos haciendo está bien hecho, y lo hemos llevado a toda Cuba con éxito, lo que nos permitió recientemente ser reconocidos por el segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura, en saludo al aniversario 33 del programa y a nuestra labor destacada», comenta Rosita.

«Para nosotros es un orgullo inmenso, y compartimos con otros productores nuestras experiencias en los talleres regionales, por encomienda del primer secretario del PCC en Granma Federico Hernández, para fortalecer el movimiento productivo en los hogares, esencial para la soberanía alimentaria».

«Estos intercambios los hemos extendido a los consejos populares de Manzanillo y hemos apreciado cómo los participantes se dan cuenta por qué es necesario sembrar nuestro pedacito de tierra que tanta falta hace para la alimentación de nuestra familia».

Pese a los años, como acentúa Rosita, «tenemos voluntad de seguir adelante, no importa la edad, porque tenemos ánimos y deseos de trabajar, energías puras y sinceras, para enfrentarnos desde nuestra posición al bloqueo, contrarrestar las pretensiones del señor mandarina, y sobreponernos a los efectos de la Covid-19».

Para sus hijos, médicos de profesión que hoy contribuyen a los cuidados de pacientes con el nuevo coronavirus en las provincias de Camagüey y La Habana, «sus padres científicos son igualmente un orgullo».

Todo el agradecimiento que se les profesa a Rosa y Josué constituye, a su consideración, «un impulso a seguir», y un aliento para continuar promoviendo «la sensibilidad de hacer bien y trabajar, porque el trabajo da vida y enaltece, y nos toca aprovechar la educación que nos da la Revolución y ponerla en función de la sociedad socialista para aportarle desde la tierra».

En La Rosita la agroecología promueve la extracción de las riquezas de la tierra// Foto Lilian Salvat Romero