Cuba y los cubanos atravesamos una situación coyuntural en una esfera significativa de la sociedad que significa progreso.
Remitirse a Vladimir Ilich Lenin cuando dijo que electricidad y energía son sinónimo de desarrollo, corrobora esta premisa.
Macabras intenciones del enemigo común de nuestros pueblos de América y del mundo, los Estados Unidos especialmente ahora, a través de su Gobernante número 45 Donald Trump, llevan el indigno fin de aniquilar al pueblo de Cuba.
Tratar de impedir que arribe a la isla el combustible, que bajo convenio con Venezuela, mantienen ambos gobiernos, es el entramado en el que se devanan ahora los sesos, los acólitos de la administración norteamericana.
La oportuna, atinada y precisa información por parte del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez al resistente y viril pueblo de Cuba, destaca cuánto se ha trabajado en estos meses para minimizar el impacto de la difícil situación y cuáles son las posibilidades de superar esta coyuntura.
El pueblo ha seguido de cerca cada información en la que se pide se sienta parte, pues sólo así podemos salir victoriosos de esta situación.
El llamado que hacemos en nuestro comentario tiene que ver con ello: corresponde ahora a los hijos de esta tierra cubanísima, demostrar de qué somos capaces con nuestra inteligencia, creatividad y la solidaridad que necesitamos todos.
Es hoy el accionar del día a día nuestro escenario principal para pensar y hacer una mejor Cuba, valiosa oportunidad para que los agradecidos o no, demuestren y saquen a la luz el desinterés y nobleza sin límites o la miseria humana que llevan dentro.