Manzanillo. Marzo 12.- En el aeropuerto internacional Sierra Maestra de Manzanillo, se fortalecen por estos días todas las medidas sanitarias y de control, para prevenir la entrada a nuestro territorio del coronavirus COVID-19.
Cada semana por esta terminal entran los miércoles vuelos directos de la ciudad de Toronto, Canadá, país que reporta desde el mes de enero pasado la existencia de este virus, por lo que las acciones para enfrentar su posible penetración a nuestro municipio se hacen más fuertes.
Este aeródromo es la única entrada que tiene Granma extrafrontera, por lo que el personal médico y aduanero se mantiene en vigilia, con el control necesario a cada uno de los viajeros que llegan aquí para vacacionar en el complejo turístico Marea de Portillo, ubicado en el cercano municipio de Pilón.
“Normalmente estas medidas siempre han sido tomadas en nuestro aeropuerto con el objetivo de evitar la entrada de cualquier enfermedad al país. Ahora con la presencia del coronavirus se intensifica la vigilancia en frontera con el refuerzo del personal de la salud que existe en esta instalación”, dijo la enfermera Gladis González Popa, quienes se encontraban de guardia en el aeropuerto al momento de nuestra visita.
En la terminal aeroportuaria existe un escáner de temperatura que se utiliza con el objetivo de destacar algún caso de pasajeros que entren con niveles de calor elevados, “a quienes se les hacen una observación, y se toman las medidas de trasladar al pasajero a la sala de aislamiento, pero hasta ahora por nuestro aeropuerto nunca ha entrado ningún caso con fiebre, ni con otra patología”, dice la enfermera.
La preparación de todo el personal ha sido lo básico para enfrentar estos tipos de casos, por lo que para “todas esas medidas se han capacitado a los trabajadores de la salud pública, con el propósito de que conozcan la enfermedad, las sintomatología, el período de transmisibilidad, las disposiciones que se adoptan, e incluso se han impartido técnicas para la prevención, entre ellas el lavado de las manos, que es una de las s más fundamentales para evitar la entrada y la propagación de la enfermedad”, agregó la licenciada Gladis.
Desde el propio vuelo aquí se establece una comunicación con la tripulación del avión para conocer las características de los pasajeros a bordo, si uno de ellos presenta alguna sintomatología ya conocemos la información a tiempo, lo que nos permite establecer las medidas necesarias. Incluso el epidemiólogo es el primero que sube al avión y a él se le entrega la declaración de salud que avala si todos los pasajeros están sanos o existe algún enfermo”, dijo la enfermera.
Raciel Paneque Remón, informático del policlínico Ángel Ortiz, es el especialista que trabaja con el escáner de temperatura y expresa que “si entra algún turista con la temperatura elevada es porque hay síntoma de algo, entonces procedemos a chequearlo con el termómetro digital, y el tradicional”.
En estos casos se informa inmediatamente al epidemiólogo y al representante de inmigración, y comienza entonces una entrevista con el pasajero y su seguimiento.
Como sucedió en el vuelo de este miércoles cuando uno de los turistas canadienses marcó una temperatura de 38 grados Celsius (100.4 grados Fahrenheit). Felizmente el visitante después del control, de despojarse del abrigo y las demás pertenencias que llevaba a cuestas, lo que permitió que su temperatura fuera elevada, continuó viaje al normalizarse en los 36 grados Celsius (96.8 ℉).
Una vez concluida las rutinas de control de los arribantes a la terminal aeroportuaria, otro equipo de trabajadores de la instalación realizan el proceso de desinfección de todos los equipos que se utilizaron, y que permite también el acondicionamiento para que el avión regrese a Toronto con su carga humana sana.
Todas estas medidas permiten para que en Manzanillo se cierre el cerco al coronavius y evitar así su posible introducción a nuestra isla por este territorio. De existir la llegada de alguna persona enferma aquí están preparadas las instituciones médicas que atenderán debidamente a los necesitados, los que serán totalmente aislados para evitar la propagación y el contagio del COVID-19.
