Servicios médicos sobrepuestos a una pandemia

Melba La O acude a consulta en compañía de su hijo Ernesto// Foto Denia Fleitas Rosales

Melba La O, junto a su hijo Ernesto, recorre mes a mes el mismo camino hasta el policlínico número dos Ángel Ortiz Vázquez de Manzanillo, «para ver al nefrólogo», asegura la abuela de 80 años.

Ni el acecho del nuevo coronavirus ha impedido esta casi rutinaria visita, porque «como estamos delicados, con los problemas que tenemos de salud, esta consulta no la han suspendido; tampoco la de cardiología, no pueden dejarnos de atender».

Tanto ella, como el resto de los pacientes con patologías nefrológicas, han recibido la atención especializada correspondiente por el sistema médico cubano, cuya máxima es en cualquier circunstancia la salvaguardia del más preciado bien de cada ser, la vida.

Así lo afirma la doctora Bárbara Glomeri Hernández Escalona, residente del segundo año de la especialidad, al explicar que «estas consultas programadas por el servicio de Nefrología del hospital Celia Sánchez Manduley, tienen la función de mantener un seguimiento a los pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles para prevenir que estas establezcan daños y desencadenen la insuficiencia renal».

Prevenir es función vital dice la doctora Bárbara Glomeri Hernández Escalona, residente del segundo año de la especialida de Nefrología// Foto Denia Fleitas Rosales

Con alrededor de 20 casos en cada cita mensual, que se hacen extensivas a las cinco áreas de salud del territorio y hasta los municipios costeros de la provincia, aún en tiempos de pandemia, los profesionales del sector mantienen la vigilancia a hombres y mujeres que, en su mayoría, sufren de hipertensión arterial, diabetes mellitus y afecciones derivadas de estas en los riñones.

«Nosotros estamos respondiendo a la programación, preservamos el vínculo con nuestros pacientes, a los cuales se les pone tratamiento y les seguimos en conjunto con el área de salud. Lo hacemos con el cumplimiento estricto de las medidas higiénicas para protegerlos a ellos y a nosotros de la Covid-19», resume la también especialista en Medicina General Integral con su rostro oculto tras la mascarilla azul.

Kenia Rodríguez Mesa, licenciada en enfermería, agrega que «nos mantenemos aislados, y se pasa de uno en uno, realizamos el lavado de las manos y la higienizacion de superficies; así garantizamos la atención a cada paciente que tiene necesidades, y permanecemos con ellos que para eso nos graduamos, y estaremos siempre que hagamos falta para su bienestar».

La licenciada en enfermería Kenia Rodríguez Mesa (al fondo) vela por la organización zy cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias en la consulta// Foto Denia Fleitas Rosales

La vitalidad de los servicios asistenciales en las unidades médicas ha sido constante durante este período de amenaza del SARS-COV-2, todos han continuado su curso pero atemperados a las circunstancias y normas de seguridad correspondientes.

En el Ángel Ortiz Vázquez específicamente, refiere su director, el doctor Vladimir Vega Vázquez, «en la etapa solo está parado el servicio de endoscopia por la carencia de líquidos para la desinfección del equipo, el resto permanecen en actividad para beneficio de nuestra población» ascendente a los 31 mil habitantes.

«Se han mantenido las proyecciones comunitarias de Cardiología, Nefrología, Ortopedia, Oftalmología; las interconsultas en los 30 consultorios médicos de la familia con una visita quincenal de pediatras, clínicos, obstetras; así como el resto de las consultas y servicios como Laboratorio, Rayos X y Estomatología durante 24 horas».

«El área de rehabilitación, reordenada porque se asumirían otras tareas de presentarse un incremento de los casos positivos con el nuevo coronavirus, de acuerdo a la situación favorable retomará en los próximos días mayores prestaciones que las actuales en aras del pueblo».

Doctor Vladimir Vega Vázquez, al frente del colectivo del policlínico dos Ángel Ortiz Vázquez de Manzanillo// Foto: Denia Fleitas Rosales

Bajo la premisa de este sector humanitario, reconoce el directivo, «hemos protegido a los trabajadores más vulnerables y se ha tenido que reoganizar las fuerzas, redoblar las energías para que el trabajo siga fluyendo normalmente y prestar un servicio de calidad a nuestra población».

En dicha institución de la atención primaria de salud, como en las pertenecientes al sistema sanitario a lo largo y ancho de la geografía cubana, el personal médico, de enfermería y de servicio se sobrepone a los riesgos y hace prevalecer su compromiso con el bien común.

Gracias a ellos, cubanos como la octogenaria manzanillera Melba La O, pueden sentirse más seguros, como reitera con la dulzura que los años le conceden a su voz: «nos cuidan y me siento mejor».