Manzanillo. Marzo 20.-Por estos días muchos son los jóvenes que ofrecen la ayuda voluntaria en las zonas rojas donde se atienden a los pacientes y a personas altamente sospechosos de padecer la COVID-19 en los centros de aislamiento establecidos para el combate a esta enfermedad.
Muy distante de su hogar, familia y municipio está uno de estos muchachos manzanilleros que entrega su corazón cada jornada en la sede Peralejo de la Universidad de Granma. Es el estudiante del quinto año de la ingeniería en Agronomía Arnaldo Yanier Pérez Ortiz quien se encuentra al frente de la brigada de los bisoños que allí brindan su apoyo.
«Aquí las tareas han sido innumerables, estuve en la recepción y ubicación en los cuartos de cada paciente que son contactos directos de casos positivos. También me desempeño como transportador de alimentos y su repartición a estas personas, realizamos labores de limpieza y brindamos mucho apoyo afectivo a los pacientes para tratar de aliviarles el estrés», detalló Arnaldo en nuestra conversación vía online.
Dice este muchacho que estar dentro de un centro de este tipo provoca una sensación distinta a lo que se está acostumbrado vivir. «Estoy al frente de la Zona Roja y la sensación que siento es la de la percepción del riesgo, tenemos que cumplir con cada acción de desinfección y protección de cada uno para evitar nuestro contagio», señaló.
Él valora esta acción como una experincia más que tiene en su corta vida en defensa de su país. «Esta tarea significa nuestro compromiso como ente social, con la Revolución Cubana, con nuestro Partido, con la UJC y con la FEU, además es nuestro débito con nuestras familias y con nosotros mismos», manifestó.
-¿Volverías si te llamaran otra vez? ¿Por qué?
– Yo sí estoy dispuesto a volver a Zona Roja una y otra vez, en el momento que me necesiten y siempre estaré preparado ya que soy joven de Patria o Muerte.
Arnaldo es un muchacho que ostenta varias condecoraciones y distinciones, entre ellas la del Aniversario 60 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), y una de las más importante para él la condición Jóvenes por la vida. «Tener esta distinción es un encargo con el pueblo, con nuestra universidad».
Este galardón lo avalan las tareas que asumió durante el año pasado en el enfrentamiento a la COVID-19, oportunidades que le sirven como experiencias para este combate al nuevos coronavirus Sars-Cov-2. «Las principales labores que realizamos fueron de mensajería donde llegamos a familias vulnerables, igual nos sumamos a la producción de alimentos y la recuperación cañera en Manzanillo».
Antes de asumir las labores en la zona roja tuve la oportunidad de conversar con él sobre lo que significaría esta nueva misión, y aprovechó para enviar un mensaje a la población. «Que se protejan, pues queremos establecer nuestra vida cotidiana, nosotros mismos que somos estudiantes universitarios queremos concluir nuestra preparación para graduarnos, y toda esta situación no ha permitido aadelantar en el curso. Llamo a que se cuiden y nos cuiden también a todos los que estamos en estas actividades», expresó Pérez Ortiz.
Este es otro testimonio de cuanto vale nuestra juventud capaz de estar ahí donde más se les necesita. Ellos son de esas nuevas generaciones que siempre ofrecen su corazón a favor de todos.