Un cubano nacido en África

La bata pulcra advierte su condición, mas las palabras y pasión del joven Dierny Clotaire Boutsindi, estudiante del quinto año de la carrera de Medicina, revelan a un hijo más de esta isla soberana y altruista por naturaleza que se siente «un cubano nacido en el Congo».

«Nosotros llegamos el 5 de enero de 2016 e iniciamos el premédico para aprender idiomas, en mi caso hablaba francés e inglés, pero la solidaridad permitió que en poco tiempo pudiéramos adaptarnos a la cultura para ser como un cubano más.

«Cuando comenzó la COVID-19 yo estaba muy preocupado, pero dejé de estarlo cuando los cubanos empezaron a realizar lo que saben hacer: solidaridad con el mundo entero, la brigada Henry Reeve viajó a África y eso me calmó; como la medicina cubana es diferente a la mía y el médico atiende con amor, pasión, dedicación, llegaron a nuestros países en África y me sentí en paz.

«Por ese motivo yo pensé qué hacer para agradecer al pueblo cubano y cuando escuché que se necesitan voluntarios para prestar servicios en Zona Roja yo dije ahí voy, porque el sacrificio es lo que vale, es la forma de agradecer todo lo que hace Cuba por nuestros pueblos.

Dierny Clotaire Boutsindi, estudiante congolés del quinto año de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley// Foto Cortesía del entrevistado

«Por esa razón fui dos veces a la Zona Roja y tuve una experiencia magnífica, los pacientes contentos, y prestamos nuestros servicios con amor; me gustó mucho ser partícipe y lo más importante es que entendí el valor de cuando uno dice que la Revolución no se lleva en los labios para vivir con ella, sino en el corazón para morir por ella.

«Conocíamos el riesgo, éramos conscientes de esa probabilidad de contagiarse, pero el deseo, el amor hacia el pueblo cubano son tan grandes que yo le dije a mis padres si me enfermara siéntanse contentos y orgullosos porque lo que hace Cuba para el mundo no lo hace ningún otro país, y me apoyaron en esa decisión, y ese aprendizaje será útil para mi país.

«Nosotros realizamos labores de servicio, en equipo, mientras que las enfermeras y médicos cumplían sus roles; cuando uno dice voy a estudiar Medicina ya es consciente de la labor del médico, aquel que atiende a los pacientes; ahora, nosotros estamos estudiando en un momento en que el mundo necesita científicos, médicos, enfermeras y enfermeros, licenciados en rama de salud, científicos para poder llevar a cabo esa tarea tan importante que es salvar vidas.

«Para un estudiante participar activamente en esta lucha contra el virus que está acabando con la vida de muchos es un orgullo, y para mí y mis compañeros trabajar en esta zona provocó alegría, pues nos trataban bien y a pesar de ser jóvenes nos dieron una responsabilidad importante y la llevamos a cabo con mucha dedicación y responsabilidad.

Dierny combatió la COVID-19 dos veces en zona roja // Foto Cortesía del entrevistado

«Y todos escuchaban nuestras sugerencias para que este trabajo pudiera tener éxito; yo dije voy y quiero trabajar para defender esta carrera. Y así les comenté a los pacientes, mayormente agradecidos, a quienes les conté que en otros países fallecen muchos porque no tienen dinero para pagar porque la atención no es gratis.

«Allí les expliqué que ese amor y esa atención no la iban a encontrar en todas partes del mundo, por eso hay que ser agradecidos a esta Revolución, a esta patria y país que sí se preocupa, el único que ha podido desarrollar cinco candidatos vacunales; y nosotros tenemos nuestra esperanza y expectativa de que nuestros familiares en nuestros países serán vacunados gracias a Cuba, pues si dependiera de otros se hablaría de negocio, dinero, y la vida de las personas están peligro.

«No tuve miedo a enfermar porque fui voluntario, con una conciencia de que allí se podía contagiar con el virus, y al pensar en los médicos que pusieron su vida en riesgo cuando fueron a África en tiempos de ébola, en esos hermanos cubanos que fueron hacia mi país, hacia mis naciones, a salvar con amor, me dije no puedo temer.

«Un ser humano en verdad siente miedo pero creo que el amor y el propósito por el cual trabajamos y hoy nos formamos nos ayuda a superarlo. Y siempre daba ánimos a mis compañeros y a los pacientes, utilizando esa frase del Comandante Almeida: ¡Aquí no se rinde nadie…! y daba más fuerza a todos, que no nos rendimos y salimos bien.

«Desde esa decisión creo que la familia de República del Congo comenzó a entender que yo tengo un pensamiento qué va más allá del beneficio financiero de que usted hace una labor y le tienen que pagar; sino que tengo otra forma de ver las cosas, ayudar, ayudar y siempre ayudar, con un corazón humilde y una disposición para extender mi mano; y mi propia madre me dijo ¡Estoy muy orgullosa de tí mi hijo!

El pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro es piedra angular de mi formación profesional y humanista, afirma el joven de la República del Congo // Foto Denia Fleitas Rosales

«Esos valores éticos de ayudar sin esperar nada a cambio los aprendí aquí, leyendo las enseñanzas del Apóstol, los consejos del Comandante en Jefe Fidel Castro, leyendo la historia de Cuba, donde me di cuenta del valor del ser humano, que la vida está por encima de cualquier cantidad de dinero.

«Nosotros somos cubanos nacidos en África, tenemos en el corazón y en la sangre el legado y el pensamiento de nuestro Comandante, porque si no fuera por Fidel ninguno tendría la oportunidad de estudiar Medicina, es un agradecimiento eterno y sincero, por eso digo que África es y será para siempre Fidel y Cuba patria hermana para nuestras naciones, eso no lo cambiará ni el tiempo ni las circunstancias, seremos siempre cubanos nacidos en otras partes del mundo».

Sin pensarlo está al alcance de su sueño, en sus palabras y el orgullo que le hace sentirse cubano Dierny Clotaire ya abraza a Fidel, a Raúl y a su continuador Miguel Díaz-Canel, aferrado a la soberanía de una Cuba que le acoge como hijo.