Una Casa de abuelos para acompañar el alma

Casa de Abuelos Andrés Luján Vázquez  // Foto: Marlene Herrera
Casa de Abuelos Andrés Luján Vázquez // Foto: Marlene Herrera

Cada uno de los trece abuelos que ocupan en estos momentos la Casa dedicada a ellos en el Reparto Nuevo Manzanillo, tiene una historia que los llevó hasta allí. Por razones diferentes, todas coquetean con la soledad que impone la vida al llegar a la tercera edad.

“Aquí me paso el día acompañada, no tengo la soledad que tenía en casa”, son las primeras palabras de Doris Estela Espinosa Bertot, una mujer que luego de padecer una cardiopatía isquémica y accidente cerebro vascular, se acogió a esta opción que le brinda la seguridad de recibir una atención médica inmediata.

Doris Estela Espinosa Bertot // Foto: Marlene Herrera

“Estoy en la Casa de Abuelos Andrés Luján Vázquez y me siento muy bien. Acá recibimos muy buen trato. Yo hago ejercicios físicos, e invierto mi tiempo jugando al dominó o al parchís, viendo televisión o conversando con otras personas”, nos cuenta Doris al tiempo que nos muestra la mejoría que ha tenido en el movimiento de su brazo afectado por la enfermedad.

De estos cuidados se encarga el equipo de trabajo que labora en esta institución de salud formado por, un cocinero, un ayudante, una auxiliar, el administrador,  la trabajadora social, y el enfermero. Todos se encargan de hacerles la vida más agradable a estas personas que ya peinan canas y se encuentran en esa etapa otoñal, muchas veces carentes de afecto.

A pesar de las escaseces, como el necesario  esfigmomanómetro para tomar la presión arterial sanguínea, el Licenciado en enfermería Arturo Ignacio Arias Sánchez, está al tanto de cada caso porque “casi todos son vulnerables independientes y tienen problemas de salud que se atienden en sus áreas como hipertensos, diabéticos, y vienen con su tratamiento”.

Licenciado en enfermería Arturo Ignacio Arias Sánchez // Foto: Marlene Herrera

Arias Sánchez pertenece al Policlínico René Vallejo Ortiz, y su función principalmente es “prestar servicio en ayuda y amparo a ellos, la prevención,  asistirlos y velarlos, tomarles la presión, observarlos mientras hacen la terapia ocupacional, en el horario de comida ver cómo se alimentan, y ofrecerles charlas educativas con temas necesarios como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica, o cómo manejar los objetos de prótesis, sobre todo la dental, y  los bastones”.

El horario de vida de los abuelos que conviven en la Casa está organizado de forma tal que además de los tiempos de alimentación, “se incluyen caminatas, bailoterapias y otras actividades deportivas a cargo de los profesores del INDER, -comenta Iliana Vagué Labrada, Trabajadora Social- se realizan paseos al Litoral, visitas al Museo, y se reciben proyectos culturales que junto a los juegos de mesa, les propician una mejor calidad de vida”.

Iliana Vagué Labrada, Trabajadora Social // Foto: Marlene Herrera

Entre las acciones culturales está el taller de Apreciación Literaria, dirigido por el profesor instructor de Casa de Cultura, Javier Toledano Chacón, quien propicia un encuentro cada jueves “con mucho gusto” porque para él los abuelos  “son el tesoro de la sabiduría, ellos aportan experiencias de su vida personal y de la Literatura”.

Del intercambio con ellos conoció que  “muchos tienen familiares que escriben, y en las preferencias literarias, prevaleció el tema local, nuestros escritores de varias épocas”, por lo que pretende acercarlos a la .obra de algunos de ellos como Zoila Sánchez, Juventina Soler, Manuel Navarro Luna, y Julio Girona, entre otros.  

La Casa de Abuelos Andrés Luján tiene capacidad para 25 ancianos procedentes de los barrios ICP, Pesquera, Pueblo Nuevo, Guasimal, Nuevo Manzanillo, y  Barrio de Oro, que hayan sido aprobados por la dirección de Salud, y el Ministerio de Trabajo, asumiendo algunos que dada su situación socio económica son atendidos por Asistencia social.  

Hoy, con carencias  por el complejo escenario que tiene el municipio, el colectivo de esta Casa se empeña en dar lo mejor de sí, crear un ambiente familiar que edifique y supla de alguna manera la soledad que Doris y los demás abuelos sienten en esta etapa de sus vidas.

Los abuelos son atendidos por el personal de la Casa, como una verdadera familia // Foto: Marlene Herrera
Casa de Abuelos Andrés Luján Vázquez // Foto: Marlene Herrera