Lozanía y encanto distinguen a la Glorieta, joya y símbolo, para muchos, la Novia de Manzanillo, que este 24 de junio cumple 93 años con notable gracia en el centro del Parque Carlos Manuel de Céspedes, de esta localidad suroriental.
Elegancia y majestuosidad convierten en únicos sus rasgos arquitectónicos: arcos menores, delgadas columnas rematadas por capiteles que caracterizan el estilo hispano-árabe, la cúpula escamada, el uso de los colores, donde resalta el eclecticismo.
Al nuevo onomástico, la Glorieta llega más reluciente luego de que especialistas de la oficina de Monumentos y sitios Históricos y de la dirección de Comunales de la ciudad del Golfo eliminaran todas las fisuras de la edificación provocadas por el acero, cuyo óxido dañó el revestimiento de su cúpula.
Para la realización de la Glorieta ubicada en el parque central de la ciudad fue tomada como base los kioscos del Patio de los Leones de La Alhambra para poder establecer una analogía tan precisa con la nueva obra.
Con un estilo ecléctico presenta un excelente arte morisco, su composición es de una planta hexagonal que se establece a más de un metro del suelo, con un zócalo exterior laminado con lozas cerámicas vidriadas y dibujos entrelazados, todo policromado con eminente simplicidad, de ella sobresalen 18 arcos de medio punto, peraltados y polilobulados que están soportados al mismo tiempo por 24 estrechas columnas igualadas que reposan sobre pequeños pedestales con astas delgadas y anillados.
La auténtica edificación, devenida símbolo identitario, se erige esbelta y roba con su encanto los halagos de quienes la saben suya y del visitante debido a su colorido y particular diseño.
Única de su tipo en el país y joya de la comarca que regala su belleza desde su fundación el 24 de junio de 1924, hoy a la distancia de 93 años de su construcción sigue inundando de hermosura, originalidad y glamur el céntrico parque Céspedes de esta ciudad próxima a cumplir su aniversario 225 de su fundación.