Una nueva esperanza de vida para aprender con amor

Una nueva esperanza de vida para aprender con amor // Foto Marlene Herrera

Manzanillo. Octubre 13.- La pequeña Adriana Marian Fernández se levantó con nuevas esperanzas y un sin número de interrogantes, el deseo de aprender y de dar respuestas  a sus dudas le hacían apurarse para encontrar ese nuevo centro que le abriría las puertas para un viaje por el fascinante mundo del saber, que a su vez resolvería muchos de los problemas que hasta ahora afectaban su vida.

Esta infante de solo 11 años vive desde que nació con sus abuelitos, ellos le han dado todo el amor y el afecto que una criaturita necesita para crecer mentalmente sana, pero su situación socioeconómica es bastante compleja y materialmente no le han brindado mucho.

Adriana Marian Fernández recibe los beneficios de estudiar en el Seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera
Adriana Marian Fernández recibe los beneficios de estudiar en el Seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera

“Antes de venir para aquí estuve en la escuela primaria Marta Abreu, pero allí no tenía donde merendar ni almorzar, pasé días difíciles por la falta de alimentación”, dice la niña a la que  escasez económica no le restó para que su picardía y expresión fuera asombrosa.

Como esta pionera, un poco más de 200 niños hoy se encuentran satisfechos con la apertura desde el pasado dos de octubre del segundo seminternado del país con características especiales que brinda atención a niños de unas 67  familias con situaciones socioeconómicas complejas que residen en los  barrios de El Taino y Dagamal de esta urbe.

Yoel Tamayo Jiménez, funge como subdirector de esta institución educacional que radica en la antigua residencia del pedagógico, comenta sobre su funcionamiento, “la cobertura docente está  completa con un total de 32 maestros distribuidos en 12 aulas, además de  contar con un laboratorio de computación, una enfermería que está abierta durante el horario del seminternado, tiene una cocina y un comedor con capacidad para 20 mesas de cuatro plazas”.

“Todavía queda por hacer, se trabaja en la plaza de formación, en el área deportiva y algunos detalles que aún quedan pendiente para que esté en óptimas condiciones”.

“Estos niños ingresan a nuestra escuela primero por la comunidad donde viven y por su situación social, no necesariamente tienen que ser como en los seminternados tradicionales, hijos de madres trabajadoras, este centro tiene como finalidad brindar ayuda a estas familias necesitadas, se les brinda el servicio de dos meriendas y el almuerzo en el día, esto por el módico precio de siete pesos moneda nacional y en el caso de que se encuentren dos hermanos el segundo paga solo el 50 por ciento de la chequera”.

Yoel Tamayo Jiménez, subdirector del seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera
Yoel Tamayo Jiménez, subdirector del seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera
Mairen Jorge Linares, jefa de ciclo en el seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera
Mairen Jorge Linares, jefa de ciclo en el seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera

Para Mairen Jorge Linares, jefa de ciclo en la escuela, es un trabajo al que nunca pensó que enfrentaría cuando estudiaba en la universidad de ciencias pedagógicas de aquí, “Es difícil el quehacer de los trabajadores que día a día se empeñan en enseñar a estos pequeños que nunca asistieron a círculos infantiles  por lo que no tienen conocimientos de un régimen ordenado de vida”.

“Estos pequeños en su mayoría los de preescolar y primer grado específicamente, no saben comer solos, no tienen hábito de sueño, no son independientes y eso complejiza la actividad educativa”.

Mairen con sus ojos llenos de esperanza y lágrimas expresa el profundo sentir hacia estos pequeños que “no tienen una situación económica favorable, en algunos casos no son bien atendidos por sus familiares, llegan en la mañana muchas veces sin siquiera haber desayunado o lavado la cara, en otros se ve la humildad de la familia y el interés porque lleguen bien cuidados a pesar de no tener un buen desenvolvimiento económico”.

Los niños de quinto y sexto realizan labores de autoservicio // Foto Marlene Herrera
Los niños de quinto y sexto realizan labores de autoservicio // Foto Marlene Herrera
Se les garantiza un almuerzo y dos meriendas durante su estancia en el centro // Foto Marlene Herrera
Se les garantiza un almuerzo y dos meriendas durante su estancia en el centro // Foto Marlene Herrera

Cuando decidió abrir este centro la dirección del territorio pensó siempre en estas situaciones y las problemáticas existentes en estos barrios marginales del municipio, en los que pequeños como Adriana  que no tienen las mejores condiciones   de vida necesitan ayuda para salir adelante.

En hechos como estos se ve la igualdad que siempre ha tratado de establecer la sociedad socialista en que vivimos, todas las oportunidades  que nos brinda la Revolución de estudiar y de ser útiles  a la humanidad.

Hoy Adriana y sus amiguitos se sienten felices por los cuidados y atenciones que tienen en esta nueva institución educacional que además de enseñar los conocimientos en cada etapa de la vida, también les brinda cuidados médicos, y una alimentación balanceada para crecer saludables.

Más de 200 niños estudian en el seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera
Más de 200 niños estudian en el seminternado Mariana Grajales // Foto Marlene Herrera