Manzanillo. Octubre 12.- “Para muchos podría ser algo muy común tener problemas en la visión, para otros una dificultad que le impide llevar una vida normal; cuando se es joven esas limitaciones en la mayoría de los casos no se conocen, pero lo cierto es que es algo muy molesto no poder ver con claridad”.
Así nos comenta la manzanillera Raquel Lastres Frías, quien a sus 71 años no lleva lentes con cristales de aumento permanentes; sabe lo que es ser beneficiada por las bondades del sistema de salud cubano; ella fue operada de la vista y agradece tanta atención para que pudiera recuperar en una buena medida su visión.
De su experiencia nos cuenta: “yo desde muy joven siempre tuve que fijar mucho la vista, era costurera, trabajo que hacía para sostener mi hogar, al paso del tiempo comencé a notar que las cosas se me juntaban o me parecían borrosas, decidí ir al médico de familia y este me remitió para la consulta de oftalmología para ser evaluada por estos especialistas.
Una vez con estos profesionales y luego de varias pruebas, determinaron que padecía de carnosidad, la cual era evidente pues a simple vista se veía, pero además de esto me diagnosticaron Catarata, esta última era la causante de mi falta de visión, y no solo eso sino que no podía distinguir con seguridad los colores, el médico me explicó que esta patología hace que los pacientes no puedan definir el verdadero color de los objetos.
Ahí en las consulta el doctor me explica el procedimiento a seguir: debía tener una primera operación para quitar la carnosidad, y esto lo harían un ojo primero y otro después de la recuperación de este, así se daba tiempo a que la Catarata se madurara y estuviera lista para la intervención, que sería de la misma forma que la anterior, uno a la vez; no voy a negar que sentí mucho temor, Dios lo sabe qué le pedí mucho por eso, en total iban a ser cuatro cirugías.
Al fin me decidí y comenzaron los procederes quirúrgicos, no muy molestos, pero incomodos en el sentido que veía y sentía la mayoría de las cosas dentro del salón, pero nada que no se pudiera tolerar; En la recuperación está el éxito de la operación, siempre me lo dijeron los médicos, por lo que tuve un cuidado extremo para lograr que hoy yo pueda ver con claridad.
Hoy me falta una de Catarata, pero la diferencia y la mejoría es evidente, yo veo mucho mejor, puedo distinguir todo con precisión; los espejuelos solo los uso para fijar la visión como me lo indicó el médico; quiero agradecerle primeramente a Dios por darle sabiduría a los profesionales cubanos que tanto esfuerzo realizan para lograr el éxito en su trabajo, a los doctores y demás personal que con su dedicación y entrega devuelven la vista a muchas personas no solo en Cuba sino en tqodo el mundo”.
Una historia más de las que marcan la vida de los habitantes de esta isla, una hazaña más de los que con su amor y constancia dejan una huella inolvidable en el corazón de los agradecidos, los que lograron que Raquel luzca ahora unos ojos llenos no solo de belleza sino de mucha salud.