Urgen acciones en materia de empleo y protección social

La Habana-. Tras casi dos años conviviendo con la pandemia de Covid-19, la ONU pidió esta semana acelerar las acciones en materia de empleo y protección social para evitar una recuperación mundial desigual y prevenir futuras crisis.

El titular de la mayor organización internacional, Antonio Guterres, destacó la necesidad de invertir en esos rubros porque durante ese tiempo las fortunas de los multimillonarios aumentaron en más de 3,9 billones (millón de millones) de dólares, mientras el número de personas que vivían en pobreza extrema aumentó entre 119 y 224 millones.

Al intervenir en una conferencia de alto nivel sobre financiación para el desarrollo durante la Covid-19 y los años venideros, destacó que la recuperación provoca enormes divergencias que socavan la confianza y la solidaridad mundiales y profundiza las desigualdades existentes desde mucho antes.

‘En los países desarrollados, el acceso a las vacunas ha permitido la reapertura de las economías, mientras que los programas de estímulo y las inversiones anuncian un crecimiento previsto del cinco o seis por ciento este año, pero en regiones como el África subsahariana, esa cifra será de apenas el 2,5 por ciento, reveló Guterres.

En paralelo con la mencionada conferencia, el secretario general de la ONU presentó un informe de políticas en materia laboral y de protección social donde indicó que la reanimación demanda una inversión rica en empleo y de transición justa.

Para conseguirlo, indicó que se necesitan al menos 982 mil millones de dólares en medidas de estímulo fiscal para responder a los impactos inmediatos de la crisis del mercado laboral, así como 1,2 billones de dólares anuales para lograr una cobertura de protección social universal en los países de ingresos bajos y medios.

Tales cifras responden al impacto de la enfermedad generada por el coronavirus SARS-Cov-2 en el mundo laboral, entre otros factores, que disparó la pobreza extrema por primera vez en más de 21 años.

Los datos recopilados así lo indican: se estima que en 2020 se perdió el 8,8 por ciento del total de horas de trabajo, el equivalente al tiempo trabajado en un año por 255 millones de empleados a tiempo completo, lo cual equivale a una pérdida de 3,3 billones de dólares en ingresos laborales sin contar las ayudas gubernamentales.

También, debido a la pandemia, se calcula que en 2021 habrá 75 millones menos de puestos de trabajo que antes de la crisis, y el pronóstico para 2022 indica 23 millones menos de empleos.

Ante la grave situación mundial se reconoció que para lograr la recuperación laboral y conseguir la transición justa hacia una economía sostenible e inclusiva, es imprescindible poner en marcha un ‘acelerador mundial’ para el empleo y la protección social. Se trata de un mecanismo de asociación, que cree al menos 400 millones de puestos de trabajo para el año 2030, y que extienda la protección social a cuatro mil millones de mujeres, hombres y niños que actualmente carecen de cobertura.

Asimismo, será necesario desarrollar estrategias de recuperación integradas, nacionales e inclusivas con el fin de generar empleos decentes, especialmente en los sectores de los cuidados y de la ecología, la protección social universal, además de facilitar una transición justa en consonancia con las políticas macroeconómicas y fiscales.

También urge ampliar la protección social de los trabajadores informales y políticas laborales que ayuden a los empleados a mejorar y reconvertir su formación para mantener o cambiar su puesto como parte de las transiciones verde y digital.

En materia financiera se propone una arquitectura que permita movilizar las inversiones en favor del empleo digno, la protección social y una transición justa, así como reforzar la colaboración con el sector privado para aumentar las inversiones en sectores estratégicos alineados con las acciones contra el cambio climático.

Así, las prioridades del acelerador mundial para el empleo y la protección social propuesto por la ONU deben asegurar una recuperación y resiliencia centradas en las personas, de no ser así la desigualdad y desequilibrios serán cada vez mayores.

Ninguna economía ha logrado el progreso económico y social sin invertir en sistemas de protección y servicios públicos de calidad, que proporcionen a las personas el apoyo necesario para sortear las vicisitudes de su vida y contribuyan de manera efectiva al desarrollo.