Wifi en la Sierra Maestra: Comunicaciones entre montañas (+ Fotos)

Entre montañas, el paisaje criollo ha sido creado para ser visto desde el lomo de un mulo, dice Asiel, un joven jinete de Santo Domingo. Sin embargo, quizás desde esa posición, ahora él también “recorra” el mundo, si tiene a mano un teléfono celular. La Wifi ha llegado a la serranía de Granma con una calidad envidiable.

Cuenta una diputada granmense que años atrás escuchó al ministro de Comunicaciones de Cuba hablar por primera vez de “Wifi” en una reunión de trabajo. Pidió la palabra y preguntó quién era “ese señor” tan importante que querían llevar a la Sierra.

Tras un torrente de risas, Maimir Mesa le explicó sobre la tecnología y los beneficios que traería a los pobladores de la región. Su intervención se convirtió en leyenda en la provincia y ella empezó a descubrir qué era informatizar una sociedad.

El pasado domingo, Cubadebate pudo reportar por Facebook Live, desde Providencia, en plena Sierra Maestra, cómo los campesinos y sus familias participaban en las elecciones generales de la Isla.

Conectar la serranía

Santo Domingo, a las puertas del Parque Nacional Turquino, Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

A pocos kilómetros de donde Fidel instaló la Comandancia General La Plata en mayo de 1958, en Santo Domingo, a las puertas del Parque Nacional Turquino, los montañeses disfrutan de los mismos servicios de telecomunicaciones que el capitalino “más conectado”. Pero este no es un privilegio de aquel sitio, hay 12 puntos más diseminados por toda la serranía granmense.

“En estas zonas rurales teníamos el servicio telefónico tradicional con tecnología obsoleta, de la década del ’90, y poco a poco fuimos migrando a servicios modernos, que solo existían en la ciudad: telefonía móvil, Wifi, instalando salas de navegación. El objetivo no era que el acceso a ellas nos aportara más dinero, sino que los pobladores se comunicaran con sus familiares, que mejoraran su calidad de vida”, explica Rodolfo Olivera Moreno, director territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en Granma.

Llevar el servicio de telefonía celular a las zonas intrincadas es un proceso muy complicado y costoso, asegura el jefe del departamento de Comercial y Mercadotecnia de ETECSA, Yusmani Rojas Pérez. “La topografía es tan violenta que la señal se pierde, si en la ciudad ponemos una radiobase en la serranía para cubrir tres poblados hay que instalar cuatro”, afirma el joven ingeniero.

En el año 2015, la fibra óptica llegó desde Bartolomé Masó hasta Santo Domingo, más de 26 kilómetros hay de distancia entre un punto y el otro. La peregrinación del cableado demandó no pocos esfuerzos humanos y materiales.

“En la Sierra todo tipo de trabajo es duro, una instalación de un poste es con martillos neumáticos, rompiendo la roca a pura presión. Más la angustia de buscar el lugar correcto para que una maquinaria lo siembre, el terreno es muy complejo”, describe Rodolfo.

Constancia del tendido en zigzag, cruzando de un lado al otro la carretera, el recuerdo de los técnicos y especialistas subiendo y bajando hasta el agotamiento, bordeando las curvas, son escenas que aparecen en el archivo fotográfico de la Dirección Territorial de ETECSA en Granma.

“El equipo que en otro lugar dura 15 días instalar, allí se puede llevar tres meses fácilmente. El esfuerzo del hombre y las maquinarias es triplicado. Pero las brigadas granmenses lo hicieron. La gente de nosotros ya domina esos trillos, son muchos años teniendo la responsabilidad de mantener las comunicaciones en la zona”, dice Olivera Moreno.

Hoy, en Santo Domingo hay una radiobase instalada para la telefonía móvil, hay tecnología 2G con posibilidad de migrar a 3G, y este año, los pobladores que tanto han solicitado el servicio de Nauta Hogar, podrán tenerlo. “La gente lo quiere, sobre todo los dueños de las casas de renta”, comenta Juan Pérez, el delegado de la zona desde 1986.

Infografía: Cubadebate

Aprovechar la tecnología

En el Joven Club de La Estrella, en Buey Arriba, se navega a 10 megabytes. “Hay una magnífica conexión, la misma velocidad que puedes encontrar en la sala que está en el centro de Bayamo”, confirma Iván Fonseca Aguilera, jefe de la oficina de Atención a Empresas de ETECSA.

Alrededor del parquecito de Providencia, los campesinos se conectan más rápido que en Bartolomé Masó, que es la cabecera municipal, cuenta Ángel, con sombrero y Nokia en mano. “Sin dudas, la calidad de vida crece, y uno está más tranquilo. El mulo tarda mucho y la vida nos lleva casi siempre muy de prisa”, dice sin alejar mucho la vista del teléfono.

— ¿Dónde compras la tarjeta Nauta? ¿Tienes que bajar a Bartolomé Masó?

— No, la vecina las vende. Ella dice que es agente de comunicaciones, creo yo que se dice así — testifica Ridel—.

Los lugareños de la Sierra han podido acceder a prestaciones “que años atrás solo tenían las ciudades, lo hemos hecho a través de expansiones con fibra óptica y con el despliegue efectivo de la tecnología ultramoderna que emplea hoy la empresa”, apunta Rodolfo.

El director territorial de ETECSA asegura que las inversiones conjuntas que realiza el Ministerio de Comunicaciones (Micom) les ha permitido aprovechar todas las oportunidades: “Donde se han puesto trasmisores de televisión digital para eliminar las zonas de silencio, hemos llevado una conexión de fibra, e instalamos una radiobase móvil.

“Así llega la señal de la TV a la comunidad, pero también el acceso a la telefonía celular. Y surge la posibilidad de instalar la Wifi o la navegación a Internet en una sala o en casa a través del Nauta Hogar. No son solo servicios de telefonía los que necesita la serranía, sino de telecomunicaciones, esa es nuestra política de desarrollo”, asevera.

En La Platica, “un sitio al que solo se llega por el trillo del Turquino, existe una población de 20 personas, cuatro o cinco casas, y allí tenemos un servicio público a través de una estación satelital. Cuando las lomas son tan altas, la señal solo va para arriba”, comenta Iván.

— ¿Cuánto cuesta ese enlace satelital que brinda el servicio de tecnología pública?

— Es totalmente subsidiado. ¿Quieres que te diga que paga una empresa por ese servicio? Mil 500 CUC mensuales. Si desde allí un guajiro llama a La Habana le cobran 20 centavos moneda nacional. La recaudación de la pública no debe pasar de 10 pesos, la de Victorino solo recauda tres.

En Granma existen más de 15 estaciones satelitales de ese tipo, emplazadas “entre cuatro lomas”, en lugares de difícil acceso vehicular. Rodolfo afirma que “son grupos poblacionales muy pequeños, pero no por eso han de estar desconectados del mundo. Ellos se enteran si viene un ciclón o tiembla la tierra, porque se les comunica a través de ese teléfono. Es un sistema muy necesario en tiempo de catástrofes, desastres naturales, elecciones”.

Dicen los especialistas que cuando se interrumpen estos servicios es “un dolor de cabeza” y hay que correr a arreglarlos porque eso significa que hay una población incomunicada. “Para llegar a la pública de El Oro, en Guisa, hay que pasar 23 veces el río. Un día en uno de los pasos el agua sobrepasó el capó del carro, y si llueve tienes que quedarte y regresar cuando la corriente baje. Una vez, los muchachos se metieron tres días caminando”, cuenta Rodolfo.

La falta de curiosidad no es una enfermedad que abunde entre montañas. Aún cuando muchas zonas no tenían cobertura, los teléfonos móviles sí formaban parte de la imagen rural. Para tomar fotos o escuchar un poco de música, Leamis se compró el suyo un año antes de que pudiera realizar la primera llamada por él.

Por eso hoy, “cada vez que se activa la telefonía móvil el tráfico que detectamos es increíble para el confín del mundo. En minutos se conectan 40 o 50 celulares. En Las Guácimas pusimos un repetidor de bajo tráfico, que hace 12 llamadas simultáneas, cuando lo encendimos se saturó, tuvimos que quitarlo. Ahora vamos a poner una radiobase”, certifica Rodolfo Olivera Moreno.

La falta de curiosidad no es una enfermedad que abunde entre montañas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Conectada en la Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Sierra Maestra, Granma. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Sierra Maestra, Granma. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Presa Carlos Manuel de Céspedes, Paso Malo, Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

WiFi en la Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Río Yara, Sierra Maestra. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

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