“Ya no es dónde está Fabré, porque Fabré llegó”

Cándido Fabré,  el Rey de la Improvisación como es conocido en el  ámbito musical bailable cubano, regresa a su tierra, luego de permanecer tres meses, por decisión propia, en la República de Ecuador por asuntos personales.

El reconocido sonero fue atendido en esa nación por el doctor Roberto Tamayo, uno de las más sobresalientes foniatras del área, el cual  le practicó novedosas terapias de oxigenación, y sesiones de láser y ozono, además de otros procedimientos médicos imprescindibles, todos con magníficos  resultados, según la valoración del especialista.

“Me siento bien y entero”,- afirma el también conocido como Cantor de pueblo- “pero todavía estoy bajo indicaciones médicas que debo cumplir, mi mente está muy activa en este tiempo compuse unos ocho,  diez  temas que estaremos regalándolos en breve al público”.

“La mente viene atómica, que se preparen mis seguidores, tuve muchas oportunidades de pensar en el repertorio de la Banda, en dos o tres discos que tengo que grabar. Tengo un reto grande porque Candito hizo un número que está fuerte”.

“Ya hay un tema que responde a mi ausencia, se llama Dónde está Fabré, es un regalo de la Banda, en la que confío mucho, en mis músicos que son excelentes también y lo demostraron en las últimas presentaciones”.

“¿Dónde está Fabré?”, una interrogante, que se une a los anteriores míos “Te dije que yo venía, y vine”, “Fabré llegó y no se va”, pero escribí uno que se llama “Pa´ coger un diez.” “Me bajé de la tarima pa´ coger un diez, salí por un ratico y me demoré, ya calenté las redes sociales; me vieron en los carnavales con la Banda, yo lo sé; ellos lo hicieron bien a tarima llena, tengo que reconocer que los muchachos la pusieron buena. ¿Adónde?, en el lugar de los hechos, en el lugar de la escena”.

“Ellos estuvieron muy preocupados porque después de 25 años con un líder presentarse solos en los carnavales de Santiago de Cuba y Bayamo les ofrecía presión, pero nada, feliz porque los bailadores los distinguen a ellos también y repletaron los conciertos; ahora estarán solo nuevamente en Holguín yo no puedo asistir a los festejos de esa ciudad, pero aquí en mi pueblo de Manzanillo si estaré, no como quisiera pero ahí con ellos”.

“Es una bendición estar en la Patria, oxigena más que la cámara hiperbárica. Disfrutar de la familia, de la gente de tu sangre, es incomparable y sentir que la vida adquiere más valor, sientes ganas de seguir viviendo y adelante”, dice Fabré.

Al preguntar por su salud el carismático sonero contesta: “Ya la gente me ha visto y escuchado y yo para mí estoy bien. Siempre digo que uno tiene que sentirse bien; el próximo año llego a mis 60 años y en una edad como esa, con cuatro décadas de tarima creo que es hora de que uno tenga algo negativo, pero gracias a Dios estoy bien”.

“No voy a improvisar, porque lo primero que haré son los ejercicios correspondientes, luego cantaré y decirle a los manzanilleros que estaré en su carnaval, que es mío también, así que si la rana quería fiesta, la fiesta la voy a poner yo, a ver qué quiere la rana, así que agítala. Ya no es dónde está Fabré, porque Fabré llegó”.