Zoila: mujer verso, mujer luz

Foto tomada de Facebook
Foto tomada de Facebook

El 6 de julio de 1960, le nacía a Manzanillo una mujer que desde la poesía ha sabido alzar su voz con una fuerza inigualable.

Zoila Margarita Sánchez Núñez irrumpe en el panorama literario manzanillero en la década del noventa del pasado siglo como integrante, y principal promotora, del grupo Da Capo; y desde entonces confluyen en sus poemas, con igual fuerza, el amor por la familia, la ciudad, el placer por la escritura, la libertad de expresión, la visibilización de las minorías, el descubrimiento de lo propio y el enfrentamiento a las convicciones y a las imposiciones sociales, que llegan muchas veces a minimizar al ser humano. En ella la poesía es camino que convoca y luz que abraza.

Los versos de Chochi, como le llaman sus más cercanos amigos, están recorridos por una vibración intima, una emoción contenida, un lirismo recio y, muchas veces, delicado, que nos hacen creer que en ellos late el alma de una mujer que se ha ido despojando una a una, sin apresuramientos innecesarios, de sus múltiples pieles para presentársenos como la mujer verso que es; porque su poesía es camino que convoca y luz que abraza. Sus poemas nos llegan a sorprender ante giros inesperados del lenguaje, ante símiles o metáforas que solo han podido alzarse con vida propia desde las manos de esta maga, que entre irónica y nostálgica atraviesa su ciudad convirtiendo en verso cada uno de los latidos que logra arrancar al silencio.

Zoila parece no pertenecer a ninguna generación definible porque de ellas huye como aquella “niña triste/ que dejaba escapar palomas”, para convertirse en “paloma pez arquera medieval”, haciendo crecer sus versos más íntimos entre los poetas de ayer y los de hoy, y seguramente que entre los poetas de mañana.

(Tomado del perfil Facebook de Ángel Larramendi Mecías, escritor, director del Centro de Promoción de la Cultura Literaria Manuel Navarro Luna)

PENUMBRAS

Madre enciende una lámpara de aceite

la penumbra sobrecoge la casa

ungida de cantos apacibles

está sola y su lámpara es anunciación

despierta a los pájaros que duermen

sobre el tejado

Padre vestido de canela

perfuma la desmemoria

Madre cocina para nadie

envejece solitaria

Junto a su corazón la lámpara

dispersa resplandores

a punto de convertirse en gota de agua

S/T

«La ciudad está a punto

de partirse en dos»

Descúbrete ciudad

tiende tus harapos antiguos

en los mástiles de barcos

que navegan por el golfo

Sé luz que confunde la noche

con el vestido blanco de una muchacha

Descúbrete ciudad

cierra los ojos

permite a esa bandada de barqueros

coronarte de peces y salitre

déjame soñarte hasta el delirio

recorrer tu espinazo

lamer tus grietas

déjame tragar el polvo

el nombre de calles tu silencio

Soy la mujer que te sueña

desde ponientes y amaneceres

Descúbrete ante mí

MALEFICIOS

Soy una criatura

que atraviesa su propia silueta

Perdono a los perros con mirada de nubes

Soy la criatura escapando del paisaje cotidiano

tatuado debajo de la piel

última hoja del almendro un capítulo en la melancolía

suspendida líricamente en la muerte del año

Soy la criatura tratando de salvar el esplendor de la luz

la distancia los sentidos

A través de los ojos del gato

qué se cruza en el camino avanza la criatura

hacia espejismos el aislamiento

incubando uñas clásicas de recepcionistas

acomodadores de cine olvidadas

frente a la nieve que cae en la pantalla

Soy la noche hija pródiga del maleficio

punto equidistante

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