Agilizan acciones para aliviar compleja situación con el abasto de agua a la capital

De no ser por las obras y acciones de los trabajadores hidráulicos en la última década, sería tres veces mayor la cantidad de quienes ahora mismo se ven perjudicados con la reducción del horario de servicio.
De no ser por las obras y acciones de los trabajadores hidráulicos en la última década, sería tres veces mayor la cantidad de quienes ahora mismo se ven perjudicados con la reducción del horario de servicio.

No ha querido llover, por estos lares, en mucho tiempo, al menos de manera sostenida. En correspondencia, la situación con el abasto de agua a la capital ha comenzado a tornarse compleja. Las cifras así lo confirman. El número de afectados, en mayor o menor magnitud, ya supera las 350 mil personas, de las cuales más de 20 mil son abastecidas con carros cisternas.

Sin embargo, ha de saberse que de no ser por las obras y acciones de los trabajadores hidráulicos en la última década, sería tres veces mayor la cantidad de quienes ahora mismo se ven perjudicados con la reducción del horario de servicio, alargamiento de ciclos o  porque dejó de llegarles el agua por tubería y son abastecidos por pipas.

No ha sido poco lo hecho, pero existe el propósito de no desmayar en interés de atenuar el impacto negativo de la prolongada sequía, con obras, que también llegada la época de bonanza hagan palpable sustanciales mejoras en el servicio.

Ahora mismo, está a punto de concluir una inversión colosal. Se trata de una enorme tubería llamada a sustituir un tramo en mal estado en la conductora Cuenca Sur, la cual enlaza a lo largo de unos 60 kilómetros la fuente de abasto homónima, desde la localidad de Quivicán, provincia Mayabeque, con los Tanques de Palatino, en el capitalino municipio Cerro.

Valorada en 20 millones de pesos,  es una obra de vital importancia, en tanto beneficiará directamente a los habitantes de los cinco municipios del centro de la ciudad (Cerro, Diez de Octubre, Plaza, Centro Habana y La Habana Vieja), que ayudará a paliar el déficit en las entregas del llamado Sistema Central, vinculado a la Cuenca Almendares-Vento, con una entrega de 700 l/seg.

De visita en el lugar, Luis Antonio torres Iríbar y Reinaldo García Zapata, primer secretario del Comité Provincial del Partido y Gobernador de La Habana, respectivamente, conocieron que se trata de alrededor de 10 mil 400 metros de tuberías de polietileno de alta densidad, de 1 200 mm de circunferencia, producidos y puestos a prueba por primera vez en el país.

En diálogo con autoridades del sector, encabezados por Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, y  su delegado en el territorio Manuel Paneque Gómez; las máximas autoridades políticas y gubernamentales del territorio supieron que las labores corren a cargo de brigadas de la Empresa de Mantenimiento y Rehabilitación de Obras Hidráulicas de Occidente (EMAROHO), están garantizados todos los recursos materiales previstos,  y a diferencia de hasta hace muy poco que dependían –en buena medida- de las importaciones- ahora, gracias a la exploración de posibilidades dentro del marco  local y encadenamiento con las industrias del país, todas las partes y piezas a emplear son de factura nacional.

Torres Iríbar y García Zapata chequearon algunas de las más importantes inversiones del momento en el sector hidráulico, asociadas a ampliación de alcances y coberturas, búsqueda de fuentes alternativas, y mejoras operacionales, en el sistema de abasto a la ciudad.

El recorrido inició, en el Campo de Pozo Coscuyuela, en las inmediaciones del reparto Fontanar. Abel Fernández Díaz, jefe técnico de la Unidad Empresarial de Base Servicios Ingenieros, de la delegación provincial del INRH, y Leonel Díaz Hernández, director general adjunto de la Empresa Aguas de La Habana informaron que, luego de llevada a feliz término, dejarán enlazada en sus dos extremos, una conductora de aproximadamente seis kilómetros, desde la fuente de abasto hasta el municipio Mariano, a la altura del central Martínez Prieto, con el propósito de beneficiar a cerca de 30 mil personas, de los alrededores de  la Plaza de 124 y la Ceguera.

El nuevo canal cilíndrico tiene 800 milímetros de diámetro, es de PAD, sustituye uno muy deteriorado de hierro fundido de 630 mm, y elimina pérdidas por salideros estimadas de 60 l/seg., con el consiguiente aumento de la eficiencia y aumento de presiones.

Cuando circule está edición probablemente ya corra agua por la nueva arteria, gracias al esfuerzo cooperado del Contingente Raúl Roa, AH Y EMAROHO.

El pase de revista incluyó el pozo # 14, de la Cuenca Ariguanabo, en la vecina Artemisa. El acuífero, que experimentó un descenso de nivel, está sometido a un proceso de reperforación, que habrá de llevarlo de 25 a 45 m, en busca del líquido, con un aporte estimado de 150 l/seg.

Hasta el momento las excavaciones alcanzan los 10 m y como, en términos de reservas, los resultados superan las expectativas, ya han previsto nuevos pozos, a conectarse con la gran tubería que desde la zona traslada agua para los habitantes de la Lisa y Playa.

El periplo concluyó en las llamadas Tazas, del canal Almendares-Vento. De ellas, los manantiales de la Chica, no están aportando nada y muy poco los alrededor de 400, de la Grande. En consecuencia el aporte total del acuífero está cifrado en solo 275 l/seg. cuando normalmente ronda los 500.

Los máximos dirigentes político y gubernamental conocieron de los valores social, histórico y patrimonial, de lo que constituye una de las joyas de la ingeniería civil cubana, todavía en activo después de más de una centuria de explotación.

Ante tanta magnificencia, Torres Iríbar sugirió diseñar un programa de rescate, a ejecutar en los tres años que restan para llegar al aniversario 130, de manera que llegue a la fecha con todo su esplendor y en mejores condiciones de perdurabilidad.

De camino hacia Artemisa, Torres Iríbar y García Zapata, hicieron un alto para rendir tributo al Titán de Bronce, Antonio Maceo,  con una visita al Complejo Monumental, erigido exactamente en el lugar que marca el lugar de su caída en combate, como expresión arquitectónica de remembranza de la fatídica jornada y reverencia al Héroe.

(Con información de Tribuna de La Habana)

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