Manzanillo. Mayo 3.- La manzanillera Yusloidys González Rodríguez es una de las miembros de la brigada internacional Henry Reeve que se encuentra ahora en Kuwait para combatir la COVID-19, como parte de la acción solidaria de los profesionales de la salud pública cubana en otras regiones del mundo.
Yusloidys es médico general integral y labora en el policlínico número uno Francisca Rivero Arocha. Ahí fue donde recibió el llamado a unirse a ese gran ejército de las batas blancas para partir a esta noble y altruista labor en tierras del Medio Oriente.
Hasta su hogar identificado con el número 28 de la calle Aguilera entre Sariol y Villuendas llegaron las principales autoridades del Partido, de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y del Ministerio de la Salud Pública (MINSAP) para reconocer la actitud de esta especialista.
A la vista de todos quedó una pegatina que identifica a su vivienda como la morada de una de las guerreras de la solidaridad, que en un país árabe del Golfo Pérsico brindará lo que sólo los médicos cubanos saben dar amor y mucha entrega y sacrificio para salvarnos de esta pandemia.
La identificación fue puesta luego de que justo cuando las manecillas del reloj marcaran la hora del cañonazo habanero, los vecinos y familiares de Yusloidys dedicaran el más lindo y fuerte de los aplausos desde sus puertas y balcones en agradecimiento, no sólo a esta doctora, sino también a todo el personal de la salud pública que combate la enfermedad dentro y fuera de nuestro país, así como a estudiantes, voluntarios y todos los que se enfrentan a la pandemia por estos días.
Varios momentos conmovedores se vivieron en la casa de Yusloidys en esta oportunidad. Su mamá Clara Rodríguez Vega, entre lágrimas de emociones nos contó cómo se sintió cuando le dijo que partiría a otro país a luchar al coronavirus. «Me dio mucha tristeza al principio, pero a pesar de todo me llenó de orgullo porque está en otras tierras salvando vidas».
Clara con los ojos llenos de emoción le envió un mensaje a su hija. «Qué se cuide mucho, que la quiero, que se proteja bien y le mando un beso grande y un abrazo».
Ella agradecida por el gesto de las autoridades manzanilleras da las gracias por todo y el llanto se apoderó de su garganta imposibilitándelo casi el habla, pero no fueron lágrimas de miedo como ella mismo confesó, sino de fortaleza que sólo las madres saben brindar a sus hijos. «Cuando me comunico con ella le digo que se cuide mucho, que se proteja lo más que pueda y que me siento muy orgullosa de ella por salvar vidas».
Su hijo Miguel Antonio Verdecia González dijo que «es un orgullo y satisfacción decir que mi mamá forma parte de la brigada Henry Reeve porque es una forma más que nos representa como cubanos, estoy muy agradecido por la tarea que ella cumple».
«El gesto de mi madre al responder a este llamado me pareció muy bien porque demuestra la solidaridad y el altruismo que nos identifica a todos los cubanos».
Ellos se comunican con Yusloidys quien extraña a la familia pero permanece firme ante su labor y al mensaje que les transmitió antes de partir «que los quería a todos y que se verían pronto».
Miguel también le envía unas palabras a su mamá «que la quiero mucho y la estaremos apoyando desde aquí», confesó este estudiante del segundo año de la licenciatura en Español y Literatura en el campus Blas Roca de la Universidad de Granma.
En su vivienda conviven también Marisleydis Fernández Calzada, sobrina de esta médico quien estudia el primer año de la licenciatura en Logopedia también en el campus universitario Blas Roca. Junto a ella está también Bárbara Fernández Jerez, tía de Yusloidys quien dijo que «nosotros siempre hemos estado orgullosos de ella y su misión ha sido siempre salvar vidas, y a eso va. Le mando muchos besos y abrazos desde acá, que se cuide bastante que la esperamos aquí, que cumpla con su función. Nosotros los cubanos somos únicos brindando solidaridad a todos países del mundo que nos necesiten».
En el reconocimiento público a su familia Susannia Hernández Rodríguez, secretaria de la CTC en Manzanillo dijo » «Yusloidys es un ejemplo de que sí se puede, sin importar condiciones, sacrificios, obstáculos porque no sólo ama a su trabajo, sino que también lo cultiva con su sencillez, creatividad, humildad y firmeza. Llegue a Yusloidys y su familia este agradecimiento en nombre de nuestro pueblo», concluyó la dirigente sindicalista.