Otros dos terremotos, de 5,4 y 5,9 grados respectivamente, estremecieron la misma área y aunque NO provocaron víctimas, si terminaron de destruir edificaciones afectadas por el movimiento telúrico anterior, además de otras secuelas.
Finalmente, se produjo el mayor registrado en los últimos 36 años en la historia de Italia, el cual, con 6,5 grados de magnitud, completó la obra destructora de los anteriores y provocó los daños más importantes en decenas de localidades cercanas al epicentro, como Norcia, Ussita, Visso, y Castelsantangelo sul Nera, entre otras, todas en la provincia de Macerata.
Una vez concluya en los próximos días la fase de emergencia, comenzará la evaluación de las consecuencias y las tareas de reconstrucción la cual, a pesar del apoyo y el compromiso del gobierno nacional, tardará años.
En opinión del presidente de la Asociación Nacional de Municipios Italianos, Antonio Decaro, los inmuebles con algún nivel de afectación pueden llegar a 200 mil, cuatro veces más que los reportados tras el terremoto de la vecina ciudad de L´Aquila, estremecida en abril de 2009 por un sismo de 6,3, con un saldo de 309 muertos y daños estimados en 10 mil millones de euros.
Los heridos durante el más reciente sismo se recuperan en hospitales, sin que hasta el momento se reporte algún fallecido, aunque sí miles de personas en procura de asistencia médica por diversos motivos, entre ellos trastornos sicológicos por el impacto de la tragedia y el temor causado por los temblores de diferente intensidad que continúan afectando la zona.
De acuerdo con la información proporcionada por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), más de 12 mil réplicas de diferente magnitud ocurrieron hasta el momento en la región desde el 24 de agosto último, más de mil 250 desde el 30 de octubre a las 07.40, hora local, cuando se produjo el terremoto de 6,5 grados.