Hacer más eficientes los servicios bancarios fue uno de los temas debatidos este jueves durante el balance anual del sector, que estuvo presidido por el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz.
Lograr una banca más moderna y actualizada, en medio de la compleja situación económica que atraviesa el país, el papel del sistema bancario como motor impulsor de los principales actores económicos y la eficiencia en los servicios que presta de cara a sus clientes y la población, fueron asuntos analizados en el balance anual del Banco Central de Cuba, realizado en el Palacio de la Revolución.
El encuentro, encabezado por el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, y donde estuvieron presentes, además, los viceprimeros ministros Alejandro Gil Fernández y Ricardo Cabrisas Ruiz; así como Joel Queipo, miembro del Secretariado del Comité Central y jefe de su Departamento Económico, centró su análisis en la responsabilidad que tiene este sector en el desarrollo de la nación.
Luego de que Marta Sabina Wilson González, ministra presidenta del Banco Central de Cuba, presentara un informe detallado acerca de los desafíos que tiene el sistema bancario y financiero nacional; las intervenciones, más allá de los resultados alcanzados en las distintas entidades bancarias durante el pasado año, repasaron las insatisfacciones y las metas por cumplir para brindar un servicio de calidad, con una profunda transformación y modernización que contribuya al desarrollo económico y social del país, y donde el camino más eficaz para lograrlo esté acompañado de la ciencia y la innovación.
Avanzar en los procesos de informatización y automatización, la capacitación profesional de los trabajadores, la preparación de los directivos en las diferentes estructuras, las alianzas con las universidades y la industria nacional, estuvieron también en las reflexiones del encuentro, que se adentró en los problemas que quedan por resolver.
Una voz experimentada en los asuntos referidos al comercio exterior, el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas, recordó que la tensa situación económica y financiera internacional, para Cuba es mucho más compleja ante la dura política de bloqueo de Washington, agravada y recrudecida en esta etapa.
A las tensiones permanentes bajo las que trabaja la banca cubana, en medio del complicado escenario internacional, se refirió el también titular de economía y planificación Alejandro Gil Fernández, quien subrayó que el país necesita un sistema bancario moderno y activo, que apoye al sector productivo y tenga la capacidad para oxigenar la economía.
Gil Fernández afirmó que no es posible que el país avance y que se pueda conducir una recuperación gradual de la actividad económica, sin el papel determinante de la banca, que sea audaz e innovadora, con capacidad para encontrar soluciones socialistas ante los retos económicos y sociales.
Ante estos desafíos, Joel Queipo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central, calificó al sistema bancario como un sector profesional, revolucionario y comprometido, con una voluntad de transformación, que reconoce los problemas que persisten.
Al resumir el provechoso intercambio, que más que evaluar una etapa de trabajo, planteó nuevas proyecciones para un año no menos complejo, el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz convocó a los trabajadores y directivos de las instituciones bancarias a trabajar con inteligencia colectiva para sortear los obstáculos, como demanda el papel estratégico que tienen en la sociedad.
El Jefe de Gobierno reconoció los esfuerzos de la banca cubana que mantuvo la vitalidad de los servicios en los tiempos más difíciles de enfrentamiento a la pandemia, y de manera particular, destacó la necesidad de ofrecer cada vez más oportunidades de desarrollo dentro del sector a los más jóvenes, en quienes el país confía para encontrar soluciones a los problemas y salir adelante.