Centro Manuel Navarro Luna: universo en letras

Una colección de la Revista Orto figura entre sus principales fondos bibliográficos // Foto Denia Fleitas Rosales

Entre páginas y tinta que resguardan el devenir de las letras cubanas y locales, en prosa y verso, renace ante el manzanillero el Centro de promoción de la cultura literaria Manuel Navarro Luna, eslabón imprescindible en la difusión del quehacer de la vanguardia artística de la llamada región del Guacanayabo.

Los salones que vieron crecer el ímpetu del poeta combatiente de Corazón abierto, Refugio y Surco, desde su fundación el 12 de junio de 1993, acogen la memoria de esta porción de tierra cubana y acunan el patrimonio cultural de una ciudad, una provincia, una nación, prolíferas en creaciones.

Amplio reto cultural en centro promotor literario de Manzanillo

“Más de 20 espacios mensuales desarrollamos, con visitas a las escuelas de todos los niveles de enseñanzas, centros de trabajo, y espacios fijos dirigidos a todos los públicos, entre ellos, Reino de las alucinaciones, que en el hospital psiquiátrico de la ciudad nos permite atender a Felipe Gaspar Calafel, uno de nuestros más destacados escritores”, detalla Ángel Larramendi Macías, director del centro.

“Además, los espacios para niños,  sábados del libro dos veces al mes, que lo hacemos extensivo a otros lugares del municipio, y las nocturnas como la peña El candil cada tres meses, que la hacía Julio Sánchez Chang; la de nueva creación De buena tinta, dedicada a todas las artes con la particularidad de presentar un texto, y otras que se están diseñando, porque nuestro interés es llevar a todos la riqueza de los libros”.

El poeta Ángel Larramendi Macías lidera la institución cultural y la Editorial Orto // Foto Denia Fleitas Rosales

El abrazo de las musas que inspiraron a Juan Francisco Sariol, José Manuel Poveda y al propio Navarro Luna se extiende a los amantes de la literatura con la rúbrica del sello Orto, que desde la casa ubicada en la intersección de las calles Plácido y Pedro Figueredo propaga las voces de nobeles y experimentados autores y de aquellas que vale rescatar en el tiempo.

“Una editorial que, fundada en 2002, recoge la obra ensayística, lírica y narrativa de todos los escritores de la región y más allá, que supera 115 libros publicados con la firma de autores manzanilleros, clásicos de la cultura cubana incluidos Luis Felipe Rodríguez, el propio Manuel Navarro Luna, Regino Boti, y de la universal como los Cuentos de los Hermanos Grim, y el que saldrá pronto Cuentos de Navidad y otras historias, de Charles Dickens”, comenta Marlen Moreno Sosa, bibliotecaria del centro y editora de Orto.

“Además, de destacadas figuras de Cuba hoy como Francisco López Sacha, Arturo Arango, textos que recogen todo el registro cultural de la Isla, de lo que se está haciendo en Manzanillo y también en La Habana, Camagüey, Las Tunas, Guantánamo”.

“Es Orto la oportunidad de difundir las obras de los ganadores del concurso literario Manuel Navarro Luna que convocamos como parte de la Jornada que honra al poeta vanguardista aquí en su Manzanillo”.

El universo de la editorial se compendia en las colecciones Anasca, de ensayos, relacionados con la historia local, los primeros ataques de corsarios, tradiciones y luchas; Pulso y onda, con importantes cuadernos de poesía; Ronda mar, dedicada a los infantes, textos que además de promover valores y provocar la imaginación con juegos didácticos, por su diseño sirven para colorear; y Marcos Antillas, de narrativa.

Cual lienzo enriquecido con el auxilio de pinceles y colores, el Centro promotor de saberes y espiritualidad viste nuevas galas, tras un proceso de mantenimiento constructivo que permitió la remodelación del antiguo almacén ahora convertido en sala de conferencias Julio Sánchez Chang, la sustitución de la red hidráulica y eléctrica, de pisos, techo y falso techo.

También incluyó entre las acciones, ejecutadas por una brigada de trabajadores no estatales de los municipios de Bayamo y Pilón, el cambio de las 23 puertas de madera de la institución manteniendo la forma original de las anteriores, y se aprovisionó con equipos tecnológicos la sala de navegación.

La sala de navegación fue acondicionada con tecnología moderna para los escritores // Foto Denia Fleitas

Fue remodelado el bufete de Navarro Luna, y se dio mantenimiento exhaustivo a los muebles que pertenecieron al intelectual, con lo cual “revitalizamos los objetos museables del centro, que tiene un amplio fondo bibliográfico con la discografía que poseía, un bastón regalado en México durante su participación en un evento por la paz, una gran parte de la colección de la Revista Orto, periódicos de la época en la que él vivió”, refiere Larramendi Macías.

“Una gran cantidad de fotos del autor de Pulso y onda, con personalidades cubanas, en su visita a México, Moscú, dos imágenes de sus encuentros con Fidel Castro Ruz, forman parte de lo que se puede apreciar en la sala de exposición, y que aspiramos crezca con donaciones de quienes guarden objetos de valor relacionados con el poeta”.

Entre otros valores, agrega Moreno Sosa, se cuenta en su biblioteca personal “con un  una gran cantidad de títulos dedicados a Navarro por grandes personalidades de la literatura universal, como Ángel Augier, El Indio Naborí, Juan Marinello, Raúl Roa, la hermana de Pablo de la Torriente Brau, René Méndez Capote, Mirta Aguirre, Pablo Neruda, Rómulo Gallego, valiosísimos, disponibles para su consulta”.

Este volúmen firmado por su amigo Samuel Feijó // Foto Denia Fleitas
Una colección de primeras ediciones de textos de Manuel Navarro Luna // Foto Denia Fleitas
Rómulo Gallego también dedicó uno de sus libros al poeta vanguardista // Foto Denia Fleitas

Allí y desde los disímiles eventos que promueve, entre los que sobresale la jornada literaria donde convergen narradores, ensayistas, poetas, filólogos, conferencistas, de la geografía cubana, se conocen y esparcen a otras latitudes “los derroteros de la literatura en el país, las tendencias y hacia qué aristas se proyecta la creación en estos órdenes”.

Las inquietudes de aquellos padres fundadores que desde 1921 hicieron florecer el Grupo Literario de Manzanillo, efervesce en las entrañas de la institución manzanillera y, por sus tesoros acumulados durante décadas y siglos, aspira a ser Monumento Nacional mientras sigue en pie, dando riendas al universo en letras.

Mascarilla mortuoria de Rubén Martínez Villena entre los objetos que se atesoran en el centro // Foto Dena Fleitas
Piezas que pertenecieron al poeta, como su bastón, el cuño // Foto Denia Fleitas