Cuba amanecía este lunes con la mayor cifra de casos activos de la COVID-19 durante toda la epidemia: 7 mil 048 pacientes ingresados a causa de la enfermedad.
A ese preocupante número se suma el incremento de personas contagiadas en la mayoría de las provincias del país, al concluir la vigésimo tercera semana del año, donde el promedio de confirmados por día fue de mil 199.
Acerca de este escenario se debatió profundamente durante la jornada, en la reunión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19, que estuvo encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Ante una situación epidemiológica compleja, que ya había sido pronosticada por los expertos y científicos; frente a una mejoría de los indicadores en La Habana, que durante las últimas cuatro semanas ha ido disminuyendo el número de casos positivos y ante un posible aumento de la cifra de contagios en el territorio nacional, el mandatario insistió en la necesidad de reforzar las medidas de control en todas las provincias, especialmente en las más complicadas.
“Toda la disminución que se ha logrado en La Habana no se ha compensado con el trabajo del resto de las provincias que se están complicando. Hay que trabajar con la población para el tema del riesgo, hay que limitar la movilidad en todas las provincias complicadas. Todos los territorios deben revisar lo que están haciendo, porque así no vamos a superar la enfermedad”, reflexionó el Jefe de Estado.
En el encuentro -donde también participó el Vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa- se reconoció que La Habana, provincia donde permanecen abiertos 62 eventos de transmisión local y donde el escenario epidemiológico se mantiene complejo, continúa la tendencia a la disminución de los casos confirmados de la COVID-19.
El gobernador Reinaldo García Zapata explicó que, al decrecer la cifra de casos activos en la capital, ello posibilita que, en el caso de los hospitales destinados a los pacientes de la enfermedad, la provincia se encuentre al 57 por ciento de sus capacidades ocupadas y los centros para sospechosos, al 38 por ciento.
Durante el habitual intercambio, realizado en el Palacio de la Revolución, también se enlazaron a través de videoconferencia Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey y Santiago de Cuba. Todos esos territorios muestran un retroceso en el control epidemiológico, al dispararse las cifras de contagios en las últimas semanas.
Luego de realizar un exhaustivo examen de la situación en cada una de esas provincias, el Ministro de Salud Pública José Ángel Portal Miranda reiteró la necesidad de cumplir con todas las medidas establecidas para lograr detener la transmisión de la COVID-19 en el país.
“Hay que tener en cuenta que la fuente de infección sigue siendo el tema de los contactos extradomiciliarios y eso muestra que las medidas que van encaminadas a disminuir la movilidad de las personas no se están logrando en la mayoría de los territorios”, precisó Portal Miranda.
Agregó que “todavía existen fallas en el cumplimiento de los protocolos establecidos”.
Como alertaron los expertos, el número de contagios de la COVID-19 se ha incrementado en las últimas semanas en la mayoría de los territorios del país.
Sin exceso de confianza y muy alerta ante estos pronósticos, La Habana sigue mostrando una tendencia a la disminución de los casos confirmados, pero estos esfuerzos deben ir acompañados del riguroso cumplimiento y control de las medidas establecidas y de la responsabilidad ciudadana.
Lo cierto es que, aunque las cifras de contagios reportadas en el país no son nada favorables; sí alienta y mucho, que este lunes haya iniciado en Cuba el primer ensayo clínico contra la COVID-19, en edades pediátricas, con el candidato vacunal cubano Soberana 02.
Ante tan inmensa hazaña de la ciencia, en medio de la compleja situación que vive el país, que la disciplina individual y colectiva de todos los cubanos esté a la altura de la obra colosal de nuestros científicos, de la voluntad y esfuerzos permanentes del gobierno para enfrentar la epidemia, y, sobre todo, del compromiso que tenemos con nuestros niños y adolescentes en esta batalla por vida, de la cual ellos también forman parte.