Cuando el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó este lunes al Salón Portocarrero del Palacio de la Revolución, para reunirse con los 72 integrantes de la XXXI Caravana de Amistad Estados Unidos-Cuba «Pastores por La Paz», abrazó a Gail Walker, directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO, por sus siglas en inglés).
Lo hizo con la misma fuerza y gratitud, que años antes, en este mismo lugar, su padre Lucius, gran impulsor de este proyecto solidario desde 1992, fuera abrazado en varias ocasiones por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
En el encuentro entrañable, casi finalizando la intensa agenda del día del Jefe de Estado, correspondió al Héroe de la República de Cuba, Fernando González Llort, Presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, abrir el diálogo entre Díaz-Canel y los caravanistas, quienes arribaron a Cuba el pasado 15 de noviembre, con un donativo de alimentos y medicamentos; pero, sobre todo, con una carga inmensa de solidaridad y amor, en tiempos muy complejos, debido al recrudecido bloqueo que impone Washington, las campañas mediáticas contra la Revolución y la lucha por la vida en el enfrentamiento a la COVID-19.
Fernando González, quien, durante años de injusto encierro en cárceles estadounidenses, también recibió el apoyo de Pastores por la Paz, explicó que en la última semana los integrantes de la Caravana han vivido amplias jornadas de intercambio en nuestro país, con representantes de diferentes sectores de la sociedad, de manera particular en La Habana y Matanzas.
Seguidamente, Gail Walker, directora de la Fundación Interreligiosa, agradeció al Presidente cubano la oportunidad de reunirse con este grupo de activistas solidarios, donde más de sesenta de ellos visitan Cuba por primera vez.
A continuación, como se habla a los amigos, con franqueza y naturalidad, el Presidente de la República habló a los caravanistas de Pastores de la Paz.
Evocó la amistad profunda que existió entre Fidel Castro y Lucius Walker, y rememoró el inicio de estas caravanas, cuando empezaba la década de los noventa del pasado siglo, desafiando arbitrariedades y las restricciones del bloqueo económico, comercial y financiero.
“Siempre serán significativas y serán bienvenidas las visitas de Pastores por la Paz, que durante más de treinta años nos han traído el aliento, la convicción de que Cuba no está sola, y también nos han dado ese mensaje de fe, de que en el seno del pueblo norteamericano hay solidaridad con Cuba, hay apoyo a Cuba; y que, de manera sostenida, de manera constante, nos llega a través de las caravanas y de otros gestos ese cariño sincero, ese amor fraterno y esa ayuda solidaria del pueblo norteamericano”, reflexionó Díaz-Canel.
Agregó que “como decía Fidel, nunca nuestro debate y nuestra discusión no ha sido con el noble pueblo norteamericano, sino que nuestro enfrentamiento siempre ha sido -por las razones que ustedes conocen- con el gobierno imperial de Estados Unidos”.
En el intercambio, que duró casi dos horas, el Presidente de la República ratificó que “Cuba está dispuesta a tener una convivencia civilizada con Estados Unidos, siempre que se haga en condiciones de igualdad y de respeto a la soberanía y a la independencia, sin injerencia en nuestros asuntos internos”.
“Y nosotros, dentro de esa diferencia ideológica, podríamos tener una relación de cooperación civilizada, que la quiere el pueblo norteamericano, la quiere el pueblo cubano, y la quieren los cubanos que viven en Estados Unidos, así como la quiere casi todo el mundo que vota cada año contra el bloqueo en la Asamblea General de Naciones Unidas”, subrayó el mandatario.
Díaz-Canel habló a los caravanistas de Pastores por la Paz acerca de una diversidad de temas económicos, sociales y políticos. Les contó cómo en medio de un difícil escenario, y con pocos recursos, la ciencia cubana logró las vacunas propias contra la COVID-19 y el sistema de salud pública ha combatido muy duro a la epidemia.
El mandatario explicó las experiencias del trabajo en los barrios más vulnerables, de cómo el pueblo ha enfrentado los intentos -internos y externos- por desestabilizar al país, y de cómo el gobierno impulsa los encuentros sistemáticos con representantes de los más diversos sectores de la sociedad.
La intervención de Díaz-Canel dio paso a un debate amplio, marcado por las preguntas y comentarios de los caravanistas, acerca de los más variados temas de la realidad económica, política y social del país.
“Los invito a que todas estas cosas sobre las que hemos hablado, las vean en la realidad, y nos den sus criterios, y nos hagan las críticas que quieran, las que consideren oportunas, y nos hagan las sugerencias necesarias. Serán bien recibidas, porque ustedes son verdaderos hermanos de la Revolución y el pueblo cubanos”, aseveró el Presidente Díaz-Canel.
Al encuentro asistieron, además, el Miembro del Buró Político y Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla; el Miembro del Secretariado del Comité Central y Jefe del Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes; Caridad Diego Bello, Jefa de la Oficina para la Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido, y de manera especial, el Reverendo Raúl Suárez, un cubano profundamente ligado a la historia, las luchas y la inquebrantable solidaridad con Cuba de Pastores por la Paz.