Díaz-Canel: El compromiso desde y para siempre con el pueblo cubano

Miguel Díaz-Canel Bermúdez // Foto: José M. Correa

Al pronunciar las palabras finales del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, precisó que esta última sesión puede marcar el inicio de una nueva tendencia en el comportamiento de la economía cubana.

El mandatario señaló que corregir profundas distorsiones y desviaciones estructurales que lastran el desempeño económico es palabra de orden para remontar la complejísima situación que enfrentamos hoy, por los impactos combinados del cerco norteamericano, la crisis en las relaciones económicas internacionales y nuestros propios errores. 

Una vez más, dijo, todo dependerá de la capacidad que tengamos de ejecutar e implementar adecuadamente las medidas enunciadas. 

«Economía de guerra la hemos llamado porque debe operar en un escenario de política de máxima asfixia diseñada y aplicada contra un pequeño país, por el más poderoso imperio de la historia», expresó. 

Díaz-Canel llamó la atención de aquellos que prefieren que soslayemos el término bloqueo, que «ojalá igual de fácil sea sacarlo de nuestra cotidianidad y borrar sus amenazas y sus efectos sobre la sociedad cubana».

Acotó que, hacerlo equivaldría a estar con aquellos que pretenden negar el genocidio en Gaza mientras las bombas sionistas caen sobre barrios, escuelas y hospitales con el propósito de exterminar a su pueblo. 

Resaltó que las medidas de asfixia económica de los últimos años son bombas dirigidas a derribar las columnas que sostienen la resistencia cubana, agregando que importa entonces que encontremos las vías para impedir que exploten.

El mandatario resaltó que Estados Unidos favorece acciones de desestabilización, descrédito y guerra mediática que buscan alentar el estallido social. 

Se reactivan, incluso, las amenazas de actos terroristas «que las autoridades hacen como que no ven o no reconocen; como si fuera posible ignorar que desde territorio norteamericano se facilita y financia el entrenamiento con apoyo logístico a grupos armados que desbordan mensajes de violencia por todos los medios a su alcance». 

El Jefe de Estado reiteró que la determinación de enfrentarlos es firme y que la información que hemos divulgado en días recientes es parte de la alerta. 

Remarcó que la historia recoge numerosos actos y crímenes perpetrados por elementos vinculados a la extrema derecha de Miami, en los que no se descarta la participación norteamericana.

No hay correspondencia, añadió, sino incoherencia en el discurso y el compromiso que propone Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo y la actuación permisiva que mantiene ante personas de origen cubano que, desde territorio norteamericano, alientan, planifican, financian, organizan y realizan planes violentos contra Cuba y sus dependencias diplomáticas, incluso, en nuestra sede muy cerca de la Casa Blanca.

Exigió a las autoridades norteamericanas que investiguen y tomen medidas, hagan justicia contra elementos que profesan el terrorismo y acciones violentas que no han cesado de aplicar estos métodos en medio del reforzamiento del bloqueo.

El Jefe de Estado señaló que el estímulo que representa la política del Gobierno de EE. UU. para la comisión de crímenes contra Cuba no es ningún absurdo;  por el contrario, ha sido recurrente en el contexto en el contexto bilateral y es un patrón de conducta probado por la historia.

Añadió que «tres años de una administración demócrata que actúa con total apego a su antecesor republicano, confirman que la hostilidad contra Cuba no responde a un Partido, sino a una política afincada en la pretensión hegemónica de un imperio incapaz de aceptar la soberanía de su pequeño vecino». 

Señaló que si alguien tuviera dudas basta con leer lo dispuesto en el Título II de la Ley Helms-Berton que, entre otros aspectos, plantea la permanencia del bloqueo económico, comercial y financiero hasta que sea derrocado el Gobierno revolucionario, desaparezcan el Partido Comunista de Cuba, las organizaciones políticas y de masas, y sean devueltas las propiedades o hayan recibido compensación todo el que alguna vez tuvo una propiedad en Cuba.

A pesar de estas irrefutables evidencias, Díaz-Canel apuntó que no faltan los dispuestos a sugerir que Cuba ofrezca gestos o concesiones para ayudar, también entre comillas, al Gobierno estadounidense a asumir una conducta más benévola y constructiva. 

«Con frecuencia desconocen o simplemente no se quiere oír hablar sobre el impacto del bloqueo, algunos ni siquiera lo mencionan como el aspecto central del conflicto entre los dos países y los impedimentos que impone a nuestro desarrollo», reflexionó.

Comentó que más de 30 veces consecutivas la mayoría de los gobiernos del mundo han respaldado mediante votos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la resolución cubana contra el bloqueo. 

«La prepotencia imperial desprecia este apoyo global, vira la cara ante el reclamo mundial y mantiene su criminal política, la cual justifica con una construcción discursiva de doble rasero, mentirosa y calumniosa que, tras una falsa preocupación y compromiso con los problemas del pueblo cubano, esconde sus reales propósitos de destruir la Revolución a cualquier costo», alertó.

El Presidente cubano manifestó que, con la solidaridad y la comprensión de una parte significativa de la comunidad internacional, Cuba enfrenta los impactos de un bloqueo recrudecido. 

«Hoy, nos corresponde enfrentar la concurrencia a estas problemáticas, con las secuelas de la pandemia y la crisis global; lo haremos con decisión y firmeza, con inteligencia e integralidad, con optimismo y confianza, compartiendo esfuerzos y aportes entre todos y en medio de un contexto adverso, pero seguros de que vamos a superar los desafíos con talento y creatividad, o sea, con resistencia creativa», convocó.

Como el dinosaurio de Monterroso el bloqueo seguirá ahí. Ahora mil veces recrudecido, deteniendo nuestros sueños, poniendo obstáculos, impidiendo el desarrollo y la prosperidad merecida debido a que el gobierno de Estados Unidos continúa lastrado por la falta de voluntad política para avanzar hacia una relación con Cuba que sea respetuosa y apegada a la carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional.

El empeño es cortar el acceso a capital y a financiamientos, asfixiar la economía y mutilar así la capacidad del Gobierno para dar respuesta a las necesidades fundamentales de la población. 

El efecto de esa política es visible en la depresión de varios servicios esenciales, entre ellos la electricidad, la salud, la educación, el abasto de agua, los servicios comunales, el transporte público, la producción de alimentos y de medicamentos; todos los cuales requieren de la importación de equipos, piezas, partes, combustibles o materias primas, para los que no alcanzan los escasos recursos financieros con los que podemos contar. 

Incluso si la gestión económica del Estado fuera la más eficiente y efectiva del mundo, cosa de la que no puede presumir ningún gobierno del mundo, muchos de nuestros problemas persistirían por causa del bloqueo, como se expresa en la contracción de los abastecimientos para el consumo de la población, el nivel de inflación y el insuficiente poder adquisitivo de la mayoría del pueblo. 

Ese es el objetivo de la guerra económica y los resultados se materializan con claridad, aunque no alcanzan a cumplir con la meta que se trazó el imperialismo desde el triunfo de la Revolución. Junto a las acciones constantes de subversión y desinformación contra Cuba, la meta es quebrar al país, provocar la descomposición social y generar la ingobernabilidad, un propósito en el que han fracasado rotundamente. 

Foto: José M. Correa

LA RECTIFICACIÓN ES UN PROCESO INHERENTE A LA REVOLUCIÓN

El Presidente añadió que durante los debates de estos días se ha hablado crítica y autocríticamente de los errores cometidos. Esos errores forman parte también de la complejidad en la toma de decisiones, en un contexto de tensiones extremas, en una suerte de tormenta perfecta en la que confluyen, con mucha frecuencia, el deseo de superar la situación adversa, la correlación entre las variables económicas y el compromiso por preservar las conquistas sociales y la muy poca y a veces dura disponibilidad de divisas, señaló. 

Todo ello ha sido caldo de cultivo para la toma de decisiones no integrales que provocan lógicas incomprensiones e impactos negativos por su aplicación en condiciones desfavorables, lo que muchos consideran causa de todos los problemas sin ser realmente las únicas y, ni siquiera, las más determinantes. 

Durante estos días hemos hablado de esfuerzos que todavía no se traducen en soluciones, de medidas que no fructificaron, de pronósticos que no se cumplieron, precisó Díaz-Canel.

Así como reconocemos errores en el diseño de la tarea ordenamiento y su inadecuada implementación, -reflexionó el mandatario- hemos cuestionado también la aprobación de nuevos actores económicos sin la adecuada precisión de las reglas de actuación que podían haber evitado numerosas desviaciones.

Es importante señalar también que la falta de control y defensa de las normas que se aprueban y el inadecuado funcionamiento de entidades estatales responsables de ejecutarlas, han afianzado los errores. Corresponde ahora avanzar en la rectificación paulatina, acotó.

La coincidencia de estas problemáticas y su acumulación en el tiempo han facilitado la presencia de fenómenos y manifestaciones negativas en la sociedad cubana que no deseamos. Otra vez es tiempo de rectificar. «La rectificación es un proceso inherente a la Revolución», dijo.

El Jefe de Estado señaló que del ideario de las acciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y del General de Ejército Raúl Castro Ruz, aprendimos la importancia de la corrección oportuna ante cualquier situación que pudiese comprometer el futuro de la construcción socialista.

Aseguró que los diputados fueron protagonistas y testigos de decisiones cruciales durante esta semana al tratar los temas de mayor relevancia para el presente y el futuro de la nación.

El mandatario subrayó que la efectividad de las medidas que en el año 2024 se deben implementar, para avanzar con mayor celeridad en la recuperación económica, depende de cuánto se haga para generar más riquezas, con incentivos al trabajo y una más adecuada distribución de los recursos.

Dijo que del éxito de su implementación dependerá también el avance en la eliminación de las principales distorsiones que hoy comprometen el crecimiento económico y el desarrollo del país en el corto, mediano y largo plazos.

El reto es aplicar las acciones dispuestas organizadamente, evaluando sus impactos, ajustando el proceso sistemáticamente y ofreciendo tratamiento diferenciado para los que puedan resultar más afectados; es decir, las personas y las familias en situaciones de vulnerabilidad, los niños, los adolescentes y los jóvenes, las mujeres y las personas de la tercera edad, junto a los pensionados y jubilados.

Esas y otras decisiones, que seguramente se derivarán de las actuales, deben ir ordenando en el mediano plazo los indicadores macroeconómicos y situar al país en una situación más favorable para que avancemos en 2024, «abriendo puertas a la esperanza y a la prosperidad que nos debemos», puntualizó.

NO HAY UN PAQUETE NEOLIBERAL CONTRA EL PUEBLO NI UNA CRUZADA CONTRA LAS MIPYMES

He escuchado y leído en redes sociales opiniones de todo tipo acerca de medidas que apenas se han esbozado, reconoció el Presidente, y dijo que es comprensible, pues «se trata de decisiones complejas, como complejo es el momento».

Anunció que en los próximos días se darán explicaciones más amplias y detalladas al respecto en los medios y plataformas de comunicación, pero afirmó que «para nada existe un paquete neoliberal contra el pueblo ni una cruzada contra las Mipymes, ni la eliminación de la canasta básica».

No faltan los que piensan que el fin de año es solo para buenas noticias. Nada nos haría más felices que anunciarles que se suben los salarios y que tendremos divisas y combustibles suficientes para terminar con el agobio que provocan las carencias, reflexionó ante los presentes.

Lamentablemente, agregó, todos sabemos que no es posible.

«No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será más fácil; quizás en lo adelante todo será más difícil». Esas son, dijo, palabras de Fidel en las primeras horas del triunfo revolucionario en 1959. Así se ha actuado en los 65 años transcurridos y así actuaremos los continuadores de la Revolución.

Precisó que existe consciencia de la gravedad de la situación económica y que, para resolverla, es preciso actuar.

«Mala, muy mala noticia sería quedarnos paralizados o insistir en seguir una ruta que ha demostrado ser impracticable o insostenible», acentuó.

Señaló que en el plenario se escuchó al Primer Ministro expresar insatisfacción porque no se logró lo planificado y no han dado resultado positivos medidas y decisiones que se tomaron antes.

«Podemos dar fe de la voluntad expresa del Gobierno de preservar el mayor grado de justicia social y nuestro compromiso desde siempre, y para siempre, con el pueblo cubano», sentenció. 

Sin dudas, añadió, algunas cosas pudieron hacerse antes, pero en un sistema socialista, en un país como el nuestro con un bloqueo recrudecido, en una economía planificada y en una democracia con participación del pueblo, las decisiones exigen un nivel de consenso y madurez para implementarse. 

El mandatario comentó que el país tiene un Estado con una alta responsabilidad de la que no reniega. «Este Gobierno propone, informa, consulta y espera de sus diputados, y de todo el pueblo, que lo apoye en la implementación de las decisiones que puedan llevarnos a las más rápidas salidas de la compleja situación actual». 

Díaz-Canel comentó que en la concepción inicial de esas decisiones han participado directivos y funcionarios del Partido y el Gobierno apoyados por estudiosos, académicos, expertos, profesores y también se tomó en cuenta la opinión popular respecto a todo lo que debe ser cambiado.

Destacó que la eliminación paulatina de algunos subsidios y los cambios en la política fiscal, entre otros, van orientados a corregir desviaciones y distorsiones insostenibles en las condiciones actuales de la economía. «Son ajustes que permitirán un necesario y mejor aprovechamiento de los medios y recursos financieros disponibles». 

A partir del esfuerzo personal y colectivo, mirando hacia adentro y desarrollándolo como resultado del trabajo, enfatizó que se proyecta para 2024 crecimientos en niveles de actividad que son decisivos para el país, aunque aún insuficientes para cubrir la demanda.

«Será imprescindible la exigencia para dar cumplimiento a las funciones de las instituciones estatales en todos los ámbitos y el trabajo organizado desde las comunidades y los municipios», significó.

Agregó que requiere especial atención la producción de alimentos, resolviendo territorialmente las necesidades de cada localidad; recuperar el turismo; detener la caída en la industria azucarera; tomar el control de las divisas y del mercado cambiario por el Estado, y reordenar el sistema financiero garantizando, a quienes lo generan, niveles de autofinanciamiento y gestión de las divisas. 

EL PUEBLO ESPERA QUE LOS EMPRESARIOS CUBANOS APUESTEN CON TODO POR SU PAÍS

En cuanto a la empresa estatal socialista, Díaz-Canel indicó deberá lanzarse con mayor celeridad en transformaciones esenciales, encaminadas a modificar gradualmente los mecanismos de asignación de recursos y el esquema institucional que opera, con el objetivo de avanzar en su autonomía real. 

Añadió que se deberán recuperar los niveles de eficiencia de las principales actividades y su desarrollo sostenible, así como su efectivo encadenamiento con el sector no estatal. 

Además, el sistema empresarial debe estar dispuesto a hacer todo lo posible para estimular la producción de bienes y servicios que permitan ampliar la oferta aprovechando adecuadamente las facultades que le han sido otorgadas. «El pueblo espera que los empresarios cubanos apuesten con todo por su país», aseveró. 

«Es importante también el desarrollo de las Mipymes estatales concebidas como estructuras más flexibles y dinámicas, con mayor capacidad de adaptación a los actuales desafíos», acotó. 

Con relación a las formas de gestión no estatal, el mandatario recordó que forman parte del sector empresarial del modelo económico y social refrendado en la Constitución de la República. 

En este sentido, argumentó, se debe propiciar que cuenten con las condiciones para contribuir de la manera prevista al desarrollo económico y social del país. 

«Ratificamos una vez más que las políticas públicas del Estado y de Gobierno son de obligatorio cumplimiento para todos los sectores, y que enfrentaremos decididamente la pretensión enemiga de fracturar la unidad y poner al sector no estatal de la economía en contra de la Revolución», sentenció. 

Resaltó que para enfrentar con éxito esas pretensiones se precisan reglas claras, coherentes y ajustadas a los objetivos de todos los actores económicos para evitar deformaciones y tendencias negativas. 

«Nos corresponde ahora crear las condiciones para la puesta en práctica de las decisiones, explicando, argumentando y sobre todo cuidando que cada una sirva al propósito superior de vencer las dificultades económicas del país», expresó. 

LAS LEYES APROBADAS SON TRASCENDENTES PARA LA NACIÓN

En cuanto al ejercicio legislativo, Díaz-Canel manifestó que esta sesión de la ANPP ha sido fructífera, con la aprobación de importantes leyes en cumplimiento del cronograma y destacó especialmente la nueva Ley de Salud Pública, que ratifica el principio de una salud y la responsabilidad del Estado de garantizar su acceso, así como la gratuidad de los servicios de atención, protección y recuperación. 

Añadió que esta disposición normativa, que actualiza el funcionamiento de la salud cubana sustentado en el avance de la ciencia e innovación en ese estratégico sector social; desarrolla de forma amplia contenidos de los derechos previstos en el texto constitucional, al reconocer la dignidad humana como valor supremo, así como el derecho a la vida, la integridad física y moral, a la libertad, a la justicia, entre otras. 

Subrayó que también ha sido aprobada, y por primera vez en el ordenamiento jurídico, la Ley del Sistema de Atención a las Quejas y Peticiones de las personas que, aunque por sí sola no va a resolver los problemas e insatisfacciones de la población, «indiscutiblemente agiliza, perfecciona e institucionaliza esta actividad con mejores garantías para los ciudadanos».

En cuanto a la Ley de la Fiscalía Militar, advirtió que viene a complementar la organización de la Fiscalía General de la República a la vez que atempera su estructura y funcionamiento con los requerimientos constitucionales y su papel en las instituciones armadas.

El mandatario resaltó que dicha ley complementa un ciclo institucional del sistema de justicia a los órganos del Estado, así como la aprobación del reajuste del cronograma legislativo para 2024. 

Señaló que las leyes aprobadas este año son trascendentes para la nación, «lo que ratifica la voluntad del estado de continuar desarrollando y perfeccionando la actividad legislativa en correspondencia con la constitución y el fortalecimiento institucional del país». 

Elogió todo lo conquistado a partir de la implementación del Código de las Famlias, así como el trabajo desarrollado por las instituciones encargadas de su aplicación, y exhortó al perfeccionamiento de la Ley de Proceso Penal, a partir de las experiencias derivadas en su aplicación. 

CUBA REFLEJÓ SU COMPROMISO EN DEFENSA DEL SUR GLOBAL

La presidencia del Grupo de los 77 + China, que asumió nuestro país desde enero, ha demandado un gran esfuerzo de nuestras instituciones y del país en general. Refleja nuestro compromiso en defensa de las causas de los países del sur global y a disposición de movilizar las energías en el empeño de garantizar la más efectiva representación de los intereses de las naciones en desarrollo en el concierto internacional, destacó Díaz-Canel.

La política exterior en 2023 se reflejó con la participación en el proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional, cuya mesa de diálogos celebró este año en la capital cubana uno de sus ciclos, sostuvo Díaz-Canel.

«Hemos continuado fortaleciendo los lazos de amistad y cooperación con los pueblos y gobiernos de diferentes latitudes, a pesar del esfuerzo de Estados Unidos por impedirlo, al que se sumaron varios de los elementos anticubanos de Europa y los propios Estados Unidos».

Recordó que Cuba resultó reelecta, con amplio respaldo, para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, y fue elegida, igualmente, en el Consejo Ejecutivo de la Unesco.

Declaró el Primer Secretario del PCC, que la IV Conferencia de la Nación y la Emigración resultó muy provechosa porque ratificó el compromiso permanente en avanzar hacia una relación cada vez más integral con los cubanos que residen en otros países.

Antes de concluir su intervención de clausura, felicitó y reconoció a los educadores cubanos en su día.

Pidió un aplauso fuerte «para los que están aquí —que no son pocos— y para todos los que ejercieron o ejercen el hermoso oficio de enseñar, conscientes de que tienen en sus manos la obra más trascendental e importante de la sociedad: la formación de la generación es del futuro».

Agradeció, además, a quienes han resistido las dificultades, carencias: «muchas gracias a ustedes que sostienen una de las columnas fundamentales de la obra de la Revolución».

Vamos a celebrar —dijo— nuestra voluntad de cambiar lo que debe ser cambiado para mantener y superar las conquistas sociales que la Revolución convirtió en derecho del pueblo.

«Vamos a celebrar nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra libertad. Esta es la Revolución de Fidel, de Raúl, de Ramiro, de Guillermo, de Machado, de la heroica generación del centenario del natalicio el Apóstol, cuyas ideas nos siguen inspirando, y es la Revolución de todos los que están en esta sala para hacer valer la voluntad del pueblo digno y rebelde que nos honra representarlos», declaró.

Juntos hagamos posible el sueño de derrotar la política de persecución y cerco a Cuba, y el ideal de prosperidad para el pueblo, que han movido a los revolucionarios cubanos de todas las épocas. Hagamos posible los sueños, y hasta los imposibles, manifestó el Presidente.

Agradeció al General de Ejército por estar y por ayudarnos siempre a conquistar las próximas metas y enseñarnos muchas veces que sí se puede si avanzamos unidos y así lo haremos.

«Esta es la Revolución, la de su digno pueblo cubano. Entonces se imponen la voluntad de trabajar, el afán de avanzar, la disposición de perfeccionar y la convicción profunda de que vamos a vencer», concluyó.