En Audio: Aumentar la producción de alimentos, una necesidad impostergable (I)

El impacto de la pandemia junto a los altos niveles de importación en materia de alimentos, un bloqueo cada vez más agresivo y una descapitalización del sector agroindustrial, desde el llamado Periodo Especial, reflejan las principales causas del déficit de oferta de productos alimenticios para el consumo social.

El viceministro del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Roberto Pérez Pérez resaltó que la factura de importación de alimento constituye uno de los gastos más elevados en los que incurre el país y su permanencia dependerá del nivel de ingreso por exportaciones de otros renglones y de la fluctuación de precios en el mercado internacional.

Al referirse a la factura de importación de los alimentos del balance, el directivo del MEP explicó que los gastos oscilan entre mil 600 millones a 2 mil millones de dólares anualmente, “existen cinco productos que ocupan casi el 70% de la factura, entre ellos el arroz, el maíz, la soya, la leche y el trigo. Siempre que se produzcan incrementos de precios o problemas financieros, como los que enfrentamos en el país, obligatoriamente esos productos recibirán el impacto de los ajustes”.

Igualmente hizo referencia a los precios en el mercado internacional con una tendencia al alza. Por citar un ejemplo el arroz se cotiza hoy en el mundo a 563 dólares la tonelada, lo cual evidencia un crecimiento de un 12 %. Otro tanto ocurre con el maíz, el aceite comestible, el trigo y la harina de soya, este último con cifras casi incosteables para nuestra economía, con incremento de un 35%.

El recrudecimiento del bloqueo, durante la administración de Donald Trump, obstaculizó el financiamiento de la economía cubana, al limitar el ingreso de divisas al país, con expresión en la disminución de importación de fertilizantes en un 34% y de plaguicidas en un 35%,  además de alimento animal, maquinarias agrícolas y otras materias primas. Todos altamente necesarios para el buen desempeño de la actividad agrícola. 

La disminución en la producción de viandas, hortalizas, frijoles, maíz y arroz, no solo se expresa por la caída de los rendimientos agrícolas, sino también por una reducción en las áreas a sembrar, “hay producciones como el frijol que si usted no tiene los fertilizantes y los plaguicidas la producción se limita, entonces los productores tratan de concentrar la producción en las áreas donde tienen algún nivel de respaldo”, acotó Pérez Pérez.

En el caso de la actividad pecuaria las mayores afectaciones han estado en la producción porcina, con una reducción cercana al 50%. En los últimos años Cuba llegó a producir alrededor de 180 mil toneladas de carne de cerdo. El pasado año la producción apenas superó las 90 mil toneladas, a consecuencia de la elevada dependencia de la importación de alimentos y otros componentes para la fabricación de piensos.

“En el 2020  se incumplieron las entregas al estado de producciones fundamentales como leche, carne vacuna, el maíz y los frijoles. Este último, con posibilidades de entregar más de 50 mil toneladas al balance, de un plan de 25 mil toneladas solo se entregaron unas 9 mil. En el caso del arroz, con una protección parcial en cuanto al respaldo de recursos, se logró cumplir con un plan ajustado para el año de unas 104 mil toneladas al balance”, ilustró el vice titular del MEP.

Viceministro del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Roberto Pérez Pérez

Una insuficiente capacidad de gestión de las entidades productivas, el no aprovechamiento de las potencialidades del mercado interno de insumos y de los resultados científicos, un manejo ineficiente de los suelos, así como la falta de logística y de servicios en comunidades agropecuarias son otros de los factores internos que inciden en los bajos niveles productivos.

El sector no siempre ha contado con la prioridad necesaria para la ejecución de inversiones, ni tampoco los programas aprobados, se han ejecutado con la integralidad requerida, ni se han obtenido los resultados esperados.

Más de cien millones dólares se destinaban anualmente para ofertar de forma liberada, a través de la red de comercio minorista, productos como arroz, frijoles y chicharos. Sin embargo, el nuevo contexto económico obligó al país a prescindir de dichos gastos para priorizar otros igualmente necesarios.

De forma categórica, el directivo del Ministerio de Economía y Planificación ratificó que en las condiciones actuales no será posible restablecer la venta, de forma liberada, de determinadas nomenclaturas. “En la medida que la producción nacional de señales de recuperación estaremos en condiciones de incorporar de forma controlada algunos productos, ejemplo de ello los chícharos. El país lo ira valorando y siempre que sea posible lo hará”.

En la Estrategia Económica y Social, para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la Covid-19, quedan sentadas las bases para una trasformación integral de la actividad agrícola. Se buscará incrementar los niveles productivos y de esa forma mejorar la oferta de alimentos para el pueblo.