Manzanillo. Febrero 16.- «Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!».
Así sentenció Fidel durante la clausura del congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes el cuatro de abril de 1962, una frase que tiene hoy total vigencia cuando se analiza los aportes que las nuevas generaciones de cubanos realizan a nuestro país.
Este pensamiento también está presente cuando escuchamos las palabras de la joven psicóloga manzanillera Sucel Aguilar Montero, quien pertenece al policlínico número uno Francisca Rivero y que brinda sus atenciones en la casa para abuelos Celia Sánchez Manduley.
Ella al compartir conmigo reflexiona, «imagínate que esta cuestión de los adultos mayores, de la salud pública que es a lo que me dedico, fue una hermosa visión del Comandante en Jefe, y cómo decir que no esté presente hoy desde el legado de los jóvenes nuestro máximo líder, si nosotros lo que hacemos a diario es participar y lograr que se lleven a cabo todas las ideas, todo el legado que nos dejó».
Entonces es válido recordar otro de sus pensamientos relacionados con la labor de Sucel, cuando expresó en el acto con motivo de la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) realizado en el Teatro Karl Marxel 20 de agosto de 2005: «¡Gloria a esa juventud, a los nuevos salvadores de vidas, que elevan la noble profesión de médicos a los más altos niveles de consagración y ética que ha conocido el mundo! Ellos encarnan el tipo de médicos que miles de millones de personas pobres requieren con desesperada urgencia».
Esta joven psicóloga aprovecha la oportunidad para transmitir lo que ha significado para ella la obra de Fidel. «Desde mi experiencia personal y laboral tengo los mejores recuerdos, las mejores ideas, la mayor dedicación como profesional de su vida y obra».
Aguilar Montero tiene uno de los recuerdos más emotivos y tristes a la vez relacionado con Fidel, y fue durante las fechas en que el pueblo lo despedía tras su desaparición física. «Cuando el Comandante murió, yo estaba en Santa Clara realizando mi especialidad, y tuve el gran honor de despedirlo desde la plaza villaclareña cuando pasó frente a nosotros», señaló.
Su figura de gigante luchador, inspirador de esfuerzos y logros es lo que motiva hoy a los jóvenes a brindar sus aportes a la sociedad. Por eso Sucel dice que «hoy dedico mi labor como profesional atendiendo a los adultos mayores, pero también mi contribución como profesora desde la superación profesional, a continuar con el legado con toda la dedicación de sus ideas que nos dejó.
Creo que es la mejor forma de homenajearlo, de seguir sus ideas , y la mejor forma de que él siempre viva presente. Porque como dijera alguien, Fidel simplemente no murió, pienso que él vive en los brazos del mundo y hoy más que nunca se ve evidenciado todo ese legado en los jóvenes cubanos y de todo el orbe, porque sabemos que es una luz, una guía para la eternidad en el mundo entero», concluyó esta joven profesional.
Entonces es válido recordar otro de sus pensamientos cuando exclamó: «Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes».
Por eso el compromiso de la juventud manzanillera y cubana tiene que ser hoy más que nunca ese adeudo de no fallarle a la confianza que siempre le tuvo a las nuevas generaciones.
En la actualidad cuando implementamos la tarea Ordenamiento es preciso recordarle y reflexionar en sus palabras cuando dijo:
«Nuestra juventud debe procurar adquirir aquellos conocimientos que sean más útiles en cada momento a la nación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que estamos entrando en una etapa enteramente nueva (…)».
Y cuando en otra oportunidad les dijo a los jóvenes creadores de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) en su primer consejo nacional en 1988: «¿A qué le vamos a temer?, ¿a qué le podemos temer? Dediquémonos a trabajar y veremos cómo le vamos a encontrar las soluciones, que nadie las tiene aquí, nosotros no las tenemos; pero sí tenemos la seguridad de que con ustedes las vamos a encontrar».