Con el intenso esfuerzo que se ha realizado en estos días de la semana hemos logrado un primer momento de preparación de todos los dirigentes involucrados con la implementación del Plan de Prevención y Control del COVID-19, aseguró el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al realizar en la mañana de este sábado, en Holguín, las conclusiones de la tercera y última reunión regional que, para analizar este importante asunto, iniciaron el pasado viernes en el centro y occidente del país.
Ahora resulta vital –acentuó– no quedarnos con la explicación que aquí se ha ofrecido; hay que estudiar el Plan, prepararse y compartirlo con los colectivos laborales en la base, en los diferentes municipios y provincias. De nosotros –dijo refiriéndose a los dirigentes presentes en la reunión– es la principal responsabilidad de que se implemente con su adecuada dimensión y eficiencia.
“Regresen a sus territorios y trabajen en la puntualización e implementación de todas estas acciones”, insistió. Asociado a ello, destacó la importancia de modelar situaciones particulares que pudieran suceder en diferentes localidades y hacer las propuestas para responder a cada una de ellas; “desde ahora hay que ir desarrollando ese pensamiento”.
También consideró vital la participación popular, que la población esté alerta y constantemente informada. El pueblo tiene que conocer –subrayó– que el país está preparado y adopta las medidas necesarias ante la amenaza del nuevo coronavirus; su participación y comprensión son vitales en esta batalla.
Reiteró que hasta el momento continúan sin manifestarse casos en el país, pero “cuando haya lo vamos a decir”, con información veraz, oportuna y clave; “que la gente esté segura de la información que estamos proporcionando, cómo actuamos y por qué lo hacemos”.
Con inteligencia debe ser el trabajo cotidiano –destacó– pues las variantes que ya se han previsto tendrán que irse enriqueciendo con la realidad de cada día. La información oportuna –valoró– nos va a dar dónde hay un caso o en qué lugar puede existir un foco. Vigilancia, detección, información y comunicación son acciones claves, afirmó.
De ahí su insistencia para trabajar con mucho detalle cada una de las acciones; “este no es un plan de consigna, es un plan realista, para ejecutarlo con toda convicción”, valoró. Y para que exista eficiencia en todo lo que nos hemos propuesto –evaluó- además del control sistemático sobre el Plan, requerimos de constante claridad en los modos de actuación para los posibles escenarios. Todo eso hay que tenerlo diseñado, precisado y bien puntualizado, insistió.
Se refirió igualmente a la aplicación informática que ha puesto a disposición de todos el Ministerio de Salud Pública, de fácil descarga y donde se recogen elementos esenciales sobre lo que hace falta para el enfrentamiento al nuevo coronavirus, con información actualizada, medidas, recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y todo ello puede servir como referencia y consulta.
Especial énfasis hizo también el jefe de Estado en la importancia de seguir de cerca en la base con qué calidad se desarrollan las capacitaciones del personal especializado. “Si creemos que la gente está capacitada y no es así, entonces empiezan a suceder fracturas en la implementación del Plan”, reflexionó.
En su intervención el mandatario reconoció de manera particular las contribuciones hechas por China en la contención de esta epidemia y el aporte que ha hecho con sus investigaciones, todo ello en medio del enfrentamiento a la campaña de desprestigio que se ha intentado con esa nación. Ellos han trabajado con alto sentido de responsabilidad, no solo para con su país, sino también para con la humanidad.
A nuestro pueblo –dijo– ratificamos que puede esperar una respuesta adecuada, oportuna y eficiente, entre otras cosas porque también él va a formar parte de esta estrategia y de su implementación.
Implementar un Plan que todos tienen que hacer suyo
Con similar composición a las dos reuniones que antecedieron a esta, y unos 290 participantes, entre ellos los máximos dirigentes del Partido y el Gobierno de las seis provincias de la región central y los 67 municipios que las conforman, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, informó sobre las principales acciones contenidas en el Plan actualizado para la prevención y control del COVID-19, que hasta el momento ha causado un cifra superior a los 98 mil casos y provocado la muerte a más de tres mil personas, estadísticas que varían a una gran velocidad.
Tras realizar una breve actualización sobre el comportamiento de la enfermedad a nivel mundial y regional así como las acciones que se han realizado en Cuba ante la sospecha de algunos casos, Portal Miranda explicó que como concepto de trabajo en el país se mantiene un sistema informativo diario, a partir del monitoreo de la situación internacional, que permite disponer de información actualizada para lograr mayor agilidad en la toma de decisiones.
De manera general comentó que los objetivos diseñados en el Plan dan respuesta a los principales escenarios a los cuales podríamos tener que enfrentarnos y en cada una de las acciones previstas se ha concebido la participación de los diferentes organismos.
Como ya se ha señalado –dijo– en esencia el Plan está encaminado a contener, tanto como sea posible, el riesgo de introducción y diseminación del nuevo coronavirus en el territorio nacional y disminuir los efectos negativos que pudiera ocasionar una epidemia en la salud de la población y su consecuente impacto en la esfera económica-social del país.
Insistió en la prioridad que se debe otorgar al cumplimiento de las medidas de control sanitario en frontera, lo cual adquiere una importancia vital para contener la entrada del virus a la Isla. Asociado a ello –refirió– se vuelve fundamental el seguimiento que se haga de turistas o viajeros que arriben al territorio nacional procedentes de los principales países afectados.
Asimismo, acentuó la importancia que se debe conceder a las acciones de vigilancia epidemiológica, las cuales resultan claves desde el mismo inicio del Plan, y deben ser reforzadas constantemente pues de ellas depende que podamos identificar y aislar con prontitud cualquier caso que se pueda presentar.
Entre otros elementos detalló las maneras de hacer ante la detección de casos, en dependencia del lugar donde sucedan; cómo se ha previsto organizar la atención médica desde la base, donde desempeñan un papel esencial el médico y la enfermera de la familia, así como el grupo básico de trabajo; y cuál sería el funcionamiento de los centros de aislamiento y hospitales con atención intensiva.
En particular sobre el proceso de capacitación, el cual calificó de vital, dijo que será continuo y escalonado, y en él se incluyen no solo trabajadores de la salud, además estudiantes de Ciencias Médicas y diferentes segmentos de la población. “Lo importante no es pasar los cursos por pasarlos, sino que se adquieran los conocimientos y con ello se contribuya a minimizar riesgos y sus posibles daños”, valoró.
Debe ser una práctica constante –afirmó– informar oportuna y sistemáticamente a la población sobre la situación epidemiológica, los riesgos para el país y las acciones que se vayan planificando por parte del Ministerio de Salud Pública; con ello lograremos transmitir seguridad y confianza. Resulta clave –consideró– evitar cualquier tipo de improvisación en las acciones y así minimizar estados de alarma innecesarios en la población cubana sobre el COVID-19.
Durante su intervención el Ministro de Salud Pública particularizó también en las medidas específicas que deben ser de obligatorio cumplimiento por los diferentes ministerios y organismos de la administración central del Estado. Entre ellas destacó la preparación de transportistas para cumplir con las acciones diseñadas, como parte de las cuales tienen la responsabilidad de desinfectar constantemente ómnibus, trenes, terminales y cualquier otro escenario de alta concentración de pasajeros.
De igual manera, reiteró el principio de evitar que niños con síntomas respiratorios estén en las escuelas y en el caso de los que se ausenten conocer las causas por las cuales lo hacen; “reforzar las medidas higiénico sanitarias en los centros educacionales resulta también de vital importancia”.
Por su parte, el viceprimer ministro, Roberto Morales Ojeda, comentó sobre la alta transmisibilidad y la elevada letalidad de la enfermedad que, dada su incidencia ya en la región tenemos que estar preparados para enfrentar. Involucrar a todos en el cumplimiento del Plan es esencial, “que el pueblo lo haga suyo”, que participe, insistió.
La práctica del uso del nasobuco tiene que llegar para quedarse –subrayó– que la población y todas las personas que puedan se sumen a su elaboración para ampliar esa barrera física que impide la transmisión, no solo del COVID-19, sino también de otros virus.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, precisó que es a las autoridades de Gobierno, en primer lugar, a quienes corresponde dominar todos los detalles y estar preparados para adoptar decisiones. Especial atención –reiteró– se debe prestar a los lugares de riesgo más elevado y reforzar la vigilancia en aeropuertos, puertos y marinas internacionales.
Vigilancia, pesquisa e higiene, unidos a la exigencia constante sobre el cumplimiento de lo que se ha diseñado –enfatizó– constituyen elementos fundamentales para ganar esta batalla.