Heroínas y héroes a orillas del Guacanayabo

Manzanillo. Marzo 13.- El reto de la atención sanitaria a los pacientes confirmados y sospechosos que se encuentran en la Escuela Pedagógica Celia Sánchez Manduley de esta urbe es asumido hoy por Valientes del policlínico tres René Vallejo Ortiz.

Un colectivo de hombres y mujeres cuyas edades promedios no sobrepasan los 40 años de edad, aplazan sus intereses para salvar de las garras del nuevo coronavirus a los pacientes allí ingresados, apegados al juramento de salvar vidas que les impulsó a la profesión.

Resultaría difícil mencionar a todos los que allí hacen cumplir los protocolos establecidos para los cuidados a estos pacientes, tanto los que desde fuera en zona verde como dentro de la zona roja, no titubean para facilitar la recuperación en el tiempo más breve.

Las enfermeras de la zona verde son de vital apoyo // Foto Branlis Coello Machado
Las farmacéuticas propician la localización y entrega del medicamento para cumplir con los protocolos de tratamiento// Foto Branlis Coello Machado

Si bien a todos, médico jefe, enfermeras, administradora, económico, farmacéuticas, informático, estadístico, personal de servicio, va dirigido el agradecimiento, aún más a esos que detrás de caretas, máscarillas, batas y trajes protectores, guantes, botas, permanecen en constante interactuar con los diagnosticados para administrarles los medicamentos y neutralizar al virus.

En las manos de los equipos médicos que traspasaron la línea, pese a la cercanía con el Sars-CoV-2 que circula en los cuerpos de estos positivos asintomáticos y sospechosos con test de antígenos igualmente positivos, recae el mayor esfuerzo.

Liderados por las doctoras Noemia Reyes Alcolea y Daylén Difurnó Guerra, especialistas en Medicina General Integral, siete médicos e igual número de enfermeras, fortifican las zonas rojas de confirmados y sospechosos, respectivamente.

La pirámide docente de especialista, y residentes del tercer, segundo y primer año, con experiencia en esta atención a partir del primer brote de la enfermedad en Manzanillo, es aliciente.

La toma de muestras para PCR es una tarea esencial y se realiza cada dos días hasta su resultado negativo// Foto Branlis Coello Machado
El trabajo es constante en virtud de la evolución de los pacientes sospechosos y confirmados con COVID-19 // Foto Branlis Coello Machado
El personal de lavandería igualmente se protege // Foto Branlis Coello Machado

Como lo es la profesionalidad de las enfermeras con alto sentido del deber y la consagración, antes puesto a prueba y exaltado al integrar la Brigada Henry Reeve que en Argelia, Arabia Saudita y en países de Centro América levantaron las banderas de la solidaridad contra la COVID-19.

Páginas de un heroísmo sin igual se escriben allí, a escondidas para que no se disemine el virus, casi sin reconocer los rostros ocultos para sus resguardos, pero con el alma descubierta para llenar con sensibilidad los espacios que intenta invadir el miedo.

De su constancia y valor, de la fibra humanista que les agiganta, podrán dar razón el más de un centenar de pacientes ospechosos y confirmados, de varios municipios de la región del Guacanayabo, junto a los que permanecen hoy como fuente de luz, disipando la pena con medicina y amor.

También lo podrán afirmar de los Jóvenes por la vida, futuros galenos y maestros, que con responsabilidad extrema se incorporaron a labores de servicio, porque su ímpetu es el de «ir a lo que nace, a crear, a levantar», en este caso, esperanzas.

Unidos, cual fuerza incondicional del sistema sanitario cubano, son ellos quienes hoy, con una retaguardia ilimitada y similar entrega, cierran el cerco a la pandemia.