En los más de siete lustros de creados, los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) desempeñan un rol activo en la familia cubana y constituyen baluartes en la transformación digital y la bancarización de las operaciones.
A 37 años de la fundación (el día del cumpleaños será el 8 de septiembre próximo) por el Comandante en Jefe, más de 5 500 000 cubanos ha pasado alguno de los cursos de formación, según los registros de las propias instalaciones.
El ingeniero José Carlos Cruz Sandoval, director nacional de los JCCE, precisó que una cifra cercana a la mitad de la población de Cuba recibió, al menos, un curso, desde los más sencillos y básicos: Office, Excel, Word, hasta los más complejos, vinculados con cursos de ciberseguridad, inteligencia artificial aplicada, internet de las cosas, robóticas, entre otros.
«La curva de aprendizaje, dijo, se ha ido ampliando con el tiempo y ello resulta de gran beneficio, porque la transformación digital es un proceso que transversaliza la economía y la sociedad», comentó a Granma.
Si bien es cierto que el propósito es reforzar el concepto de Joven Club como entidad habilitadora de tecnología a través de su presencia masiva en la comunidad, ello se ve frenado por el bloqueo norteamericano contra Cuba, en tanto el sector de las tecnologías es ampliamente impactado por ese cerco asesino.
«Lo que hoy es nuevo, mañana no lo es. Cuesta mucho mantener un cambio. Tenemos una gran infraestructura y el tema equipamiento nos golpea. No tenemos capacidad para poder reconvertir todo lo obsoleto», refirió el máster en Telemática por la Universidad Central de Las Villas «Marta Abreu».
«Esta es una organización que para su subsistencia requiere de más de 5 000 computadoras y hoy tenemos solo unas mil operativas; es decir, un quinto del equipamiento», detalló el Director General de la red de esas instituciones tecnológicas.
En ese sentido, destacó la contribución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que, desde 2021, contribuye con financiamiento para la compra de equipos empleados en diferentes programas, sobre todo, en el de robótica, en desarrollo en todas las provincias de Cuba.