Liberación de Angola: memoria viva de Cuba

La victoria del pueblo angolano en su lucha de liberación nacional corría peligro. Los acuerdos de Alvor, el 15 de enero de 1975, establecían al 11 de noviembre de ese año como la fecha para proclamar la independencia, pero el proceso de descolonización pretendía ser abortado.

Sectores de poder en la metrópoli portuguesa, empeñados en no perder su más rica posesión en África; el régimen zairense de Mobutu; Sudáfrica, gobiernos de la región y potencias occidentales, tejían la componenda dirigida por Henry Kissinger desde Washington, y que la CIA ponía en práctica.

Grupos internos y gobiernos extranjeros arremetieran contra el Movimiento Popular para la Liberación de Angola, única fuerza legítima por la independencia, la unidad y la prosperidad de su pueblo.

Para los cubanos, formados en una profunda vocación internacionalista, había un solo camino: no dejar solo al pueblo angolano. Con Fidel y Raúl al frente, la dirección del país envió las primeras tropas regulares a combatir en Angola: nacía, el 5 de noviembre de 1975, la Operación Carlota, que honraba, y honra, a la esclava ­libertaria y lucumí, quien, en el ingenio de Triunvirato, en Matanzas, lideró el ansia de emancipación.

De esa heroica gesta, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana expresó: «¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola!» De ella cuenta el libro La batalla de Cabinda, con prólogo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, presentado ayer.

«La previsión, la consecuente preparación, el heroísmo en las acciones bélicas y la acertada dirección de la batalla de Cabinda, condujeron a la histórica victoria que nos describe este libro. Con ella, se hizo realidad la consigna patriótica del MPLA: De Cabinda hasta Cunene un solo pueblo, una sola nación», escribió Raúl sobre esta obra del general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR.

En la Sala Universal de las FAR, el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, calificó esta edición ampliada como un homenaje a Fidel y a los miles de héroes que protagonizaron la gesta solidaria, y lo describió como un libro de enorme valor histórico.

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