Según datos casi definitivos, la centenaria formación socialdemócrata resultó la más votada en los comicios legislativos de la víspera, al obtener 123 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, pero lejos de la mayoría absoluta, fijada en 176 asientos.
Pese a su inapelable triunfo, Sánchez deberá definir la estrategia a seguir para mantenerse en el gubernamental Palacio de la Moncloa, pues irremediablemente requerirá el sostén de otras fuerzas políticas en la estratégica Cámara Baja, encargada de investir al futuro mandatario.
Su vicemandataria en funciones se inclinó este lunes por ‘respetar a todo el mundo y hablar con todo el mundo’, así como ‘intentar que la cultura de colaborar se abra paso en la política española’.
Calvo aludió al fin de la alternancia en el poder encarnada durante varios decenios entre el PSOE y el conservador Partido Popular, proceso que comenzó en las elecciones de 2015, con la irrupción del partido antiausteridad Podemos y el liberal Ciudadanos (Cs).
‘Seremos un gobierno progresista, somos la izquierda de gobierno, por eso peleamos en el seno del PSOE, para no ceder ese espacio’ a Unidas Podemos (UP), alianza con la que se presentó a las urnas Podemos junto a Izquierda Unida y otras agrupaciones.
Reconoció que en los 10 meses de mandato de Sánchez, Unidas Podemos contribuyó mucho a la gestión de los socialdemócratas.
‘Nos refuerzan como gobierno progresista y podemos seguir avanzando en esa fórmula que hemos iniciado’, respondió la vicepresidenta a una pregunta sobre un eventual ejecutivo de coalición con el partido de Pablo Iglesias.
La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, afirmó hoy a otra radioemisora que su partido no descarta gobernar en minoría, si bien apuntó que ‘no hay ninguna prisa’ a la hora de tomar decisiones sobre las posibles alternativas.
España necesita un horizonte de estabilidad para acometer los desafíos que tiene por delante, enfatizó Narbona, sin dar pistas de si Sánchez se inclinará por un pacto con UP o por buscar el respaldo de Cs.
Sin embargo, los miles simpatizantes que acudieron anoche hasta la sede del PSOE en esta capital para festejar el triunfo de los socialistas, demandaron a su secretario general no negociar una eventual alianza con Albert Rivera, líder de Ciudadanos.
Una exigencia que muchos analistas interpretaron como el deseo de la militancia de que el mandatario saliente apuesta por un trato con Unidas Podemos para formar una administración de corte progresista.