Precisiones sobre la reforma integral de salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social (+ Video)

La Tarea Ordenamiento, a partir del primero de enero, conllevará una transformación de los ingresos en el país, con la reforma integral de salarios, pensiones y prestaciones de la seguridad social como uno de los pilares del proceso.

Desde que se dio a conocer la noticia, múltiples han sido las inquietudes planteadas por la población. Para responder dichos planteamientos participan este miércoles en la Mesa Redonda el miembro del Buró Político del PCC y jefe de la Comisión de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, y la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera.

En video, la Mesa Redonda

Marino Murillo: No se puede repartir más riqueza mientras no se crea

“No se puede repartir más riqueza mientras no se crea”, comenzó su intervención en el programa televisivo el jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge. “Estuvimos muchos años estudiando cómo romper ese círculo, porque había una deuda con la población, sobre todo con los empleados en el sector estatal en cuanto a la insuficiencia con el salario. 

“También hemos dicho que, como estaban y generaban valor agregado en un ambiente de 1×1, y tenían que enfrentar precios a 1×24, eso afectó la capacidad del salario. Estamos partiendo de que el salario tenía grandes limitaciones en términos de capacidad de compra”.

El salario mínimo en el sector empresarial –recordó– era de 225 pesos y estaba por debajo de la canasta básica. Todos los asistenciados de la seguridad social y un grupo grande de los jubilados estaban por debajo de ese nivel, entre 250 y 380 CUP, que pasan ahora automáticamente a 1 528.

“Poder haber hecho ese incremento tiene como principio distribuir la misma riqueza de un modo diferente. Pero la realidad es que la riqueza no ha crecido todavía. Se supone que estos estímulos al trabajo, junto a otras cosas que se deben hacer en la economía, nos propicien otro nivel de riqueza”.

Entre esos desarrollos que se deben impulsar en la economía, mencionó el estímulo a la inversión extranjera como fuente externa del desarrollo. “Porque no solo el salario resolverá todos los problemas. Lo que es muy difícil sin un buen incremento del salario que las personas reaccionen positivamente ante el trabajo”.

Actualmente, en formas no estatales en la economía, el país cuenta aproximadamente con un 1 400 000 personas (27% de los ocupados). De ese total, los trabajadores por cuenta propia están en el orden de los 618 000. 

A su vez, poco más de 3.1 millones de empleados se encuentran en el sector estatal. De ellos, el 48% en el sector presupuestado y el 52% en el sistema empresarial. 

A todo esto –precisó Murillo Jorge–, hay que agregar las tendencias demográficas. “La población económicamente activa baja. Por tanto, en los próximos años tendremos una carga muy grande sobre los ocupados. Incluso, después de esta reforma salarial debemos seguir haciendo cosas. Nos convienen más empleos en el sector productivo. Tampoco hemos tenido grandes procesos inversionistas que generen grandes fuentes de puestos de trabajo”.

En los últimos años, el país transitó por distintas resoluciones, la 6, la 114, la 17. “Todas tuvieron críticas y en alguna medida resolvieron algo. Pero en alguna medida tuvieron insuficiencias, entre otras cosas, porque todos los sistemas de pago tenían como punto de partida una escala muy baja”.

Había una deuda en la economía de subir la escala salarial

En ese sentido, apuntó que “había una deuda en la economía de subir la escala salarial. Era muy difícil seguir haciendo cosas. Incluso en la distribución de las utilidades. En síntesis, el tema del ingreso es complicado y hemos dado con esta fórmula, que se trata en lo fundamental de una distribución diferente del ingreso”. 

¿En qué consiste?, preguntó. “Se trata de subir el salario e ir quitando subsidios. Ahí empieza la relación salario-precios. “Es muy difícil en una economía subsidiar al ciento por ciento de la población, subsidiar al que aporta y al que no aporta”.

Al respecto, recordó los planteamientos de la población cuando se debatía la Constitución en relación con la ley del vago. “Realmente hay un apoyo social a que las personas aptas para trabajar tienen que aportar para poder recibir. Y aquí hay muchas personas que la solución que tienen ahora es salir a buscar empleo. Ya hay números de personas que lo han hecho. En ese panorama entran la reforma de salarios y la subida de jubilaciones y la asistencia social.

“Esto lo intentamos resolver manteniendo un mínimo de equilibrio macroeconómico en la economía. Porque si no lo tienes y sueltas un nivel de ingreso muy fuerte, y después no tienes bienes y servicios para recaudar lo que estás pagando, lo primero que ocurre es un proceso inflacionario pues los precios suben”.

Cuba –continuó– tiene otra característica importante: el 92% de la ventas minoristas las hace el Estado, el cual es dueño de ese comercio. Entonces, ante los déficits de oferta que hoy tenemos, el Estado no sube los precios. Pero cuando no subes precios y sí la capacidad solvente de las personas, ocurren, por ejemplo, colas y desabastecimiento, un efecto denominado en la economía como “reprimir la inflación”.

Por ejemplo, “si la libra de arroz en el mercado informal está a 50.00 CUP es porque alguien la paga. Si tú subes los ingresos y no tienes aumento de ofertas, no puedes pensar que va a haber más personas dispuestas a pagar esos 50.00 CUP y que esa libra de arroz se mantendrá en ese precio. Si aumentas la demanda solvente, crece el precio otra vez y fenómenos así los vamos a tener en la economía en los próximos meses, como hemos reiterado con respecto a la batalla contra los precios abusivos y especulativos.

“Vas tomando decisiones, pero tienes que ir atendiendo a determinados equilibrios macroeconómicos porque, si no, no es verdad que a ese salario que incrementaste le puedes mejorar la capacidad de compra. Son límites que hay que ir moviendo”.

El fondo de salario en 2018 ascendió a 28 368 000 000 CUP. Luego, con el incremento de salario en el sector presupuestado, se elevó a 36 500 000 000. “El Gobierno siempre dijo que el adelanto del ingreso en el sector presupuestado era un adelanto de la reforma salarial. No se decidió el adelanto al sector presupuestado hasta que no estaban terminados los números de la reforma”, aseguró.

“Había una deuda grande en términos de salario con todos los empleados del sector estatal, en general, pero en el sector empresarial había sistema de pago y distribución de utilidades, y en el propio sector presupuestado había sectores como la salud y la educación que ya habían tenido adelanto, pero otros no, como los organismos globales de la economía. Eso drenaba personal especializado del sector presupuestado al sistema empresarial”.

En Cuba, el trabajo por cuenta propia se convirtió en una fuente de empleo. “Hemos tenido años en los que el proceso inversionista ha generado alrededor entre 5 000 y 12 000 empleos, y en ese sector hay más de 600 000 personas. Es una fuente de empleo y sirvió para dar servicios y descargar al Estado de un grupo de cosas. El fenómeno negativo es que, aun cuando las personas reconocen que la calidad de los servicios es buena, todos tienen opiniones sobre los precios”.

¿Hasta dónde se pudo llegar con la actual reforma?

Cuba cuenta con una fuerza de trabajo muy calificada –destacó Murillo Jorge–, “y cuando empieza a ocurrir que esa fuerza se mueve a sectores de baja intensidad de capital, ya tú dices hay que parar. Pero no le puedes prohibir a la gente que se vaya para allí”.

Mirando a ese contexto, “después de varios análisis se llegó a la conclusión de que no era posible seguir avanzando en la transformación del modelo, sin hacer una reforma salarial y de los ingresos en sentido general. La pregunta es hasta dónde llegar con esa reforma salarial, que tiene un fondo de salario de más de 139 385 000 000 CUP”.

Los primeros números –recordó– se hicieron con 160 000 millones de fondo de salario, y con ello la canasta no era 1.3, era 1.5. Con un salario mínimo equivalente a 1.5 ya se podían rectificar muchas cosas que existen: pirámide invertida, poca diferencia entre un tramo y otro… “Con ese fondo de 160 000 millones tendríamos capacidad respecto a elementos e inconformidades de la población, pero las posibilidades de la economía no permiten hacer una reforma con ese fondo de salario, porque en la medida en que se mueve el salario, también lo hacen las jubilaciones y la asistencia social”.

Reiteró que incluso a este fondo de salario aprobado, de 139 385 millones, “está complicado buscarle el respaldo de bienes y servicios, lo cual no quiere decir que no se pueda hacer.

“Esto también tiene un efecto en el presupuesto del Estado, que respalda todo el salario del sector presupuestado. Se ha aprobado, como discutimos en la Asamblea, un déficit fiscal de 86 000 millones, entre 18 y 20% del PIB, que hay que financiarlo y pedir prestado al banco, porque los déficits no se administran, se financian. Esto genera una deuda, llamada en economía deuda pública. Todo el financiamiento que los Gobiernos piden para financiar los déficits presupuestarios, se llama deuda pública”.

Explicó que existen muchos criterios en torno a cuánto pueden llegar los déficits de un país, pero todos coinciden en que 18% es un número muy alto.

“Trátese de cualquier porcentaje, el riesgo más grande de financiar un déficit presupuestario es el riesgo inflacionario, porque en la práctica estás tirando un dinero para la calle que no generó la economía real. Hay que tener mucho cuidado con los déficits presupuestarios”.