Manzanillo. Mayo 3.- Con el examen de la asignatura Matemática, los 401 estudiantes manzanilleros que aspiran a ingresar a la Educación Superior en el curso diurno para el venidero período escolar 2019-2020, se acercan a la meta definitoria de sus futuros.
La arrancada se dio esta mañana de viernes con la primera de las tres pruebas de ingreso, que deben aprobar, como mínimo con 60 puntos, para incluirse en el escalafón de otorgamiento de las más de dos mil 400 plazas ofrecidas este año por las universidades del país para los aspirantes de la provincia de Granma.
Tres Institutos Preuniversitarios (IPU) de la urbe, -Julio Antonio Mella, Micaela Riera Oquendo, y Fermín Valdés Domínguez-, son sedes de las comprobaciones y acogen a los muchachos y muchachas de uniforme azul.
En las aulas de los dos primeros se evalúan también los estudiantes del duodécimo grado de los Centros Mixtos Emilio Lastre y Juan Matos, respectivamente; a la vez que los aspirantes por la modalidad de concurso examinan en la institución que honra a la patriota manzanillera.
Previo a la entrada a las aulas algunos estudiantes valoraron la trascendencia de este ejercicio comprobatorio de sus conocimientos. Elsa Bauzá Fernández significó que “sobre todo nos sentimos muy nerviosos y a la vez muy preparados, porque hemos tenido el apoyo de la familia, de los profesores. Además, en la escuela se ha trabajado arduamente y hemos recibido teleclases que han ayudado a la consolidación de todo el contenido que hemos recibido durante los tres cursos”.
“Son muy importantes porque determinan nuestro futuro, lo que vamos a ser más adelante. Así que sobre todo los que estamos aquí esperamos salir muy bien, tener buenos resultados y obtener la carrera por la que estamos optando”.
Por su parte, César Reinerio Sánchez Molina, único estudiante discapacitado de esta oriental provincia que opta por el acceso a la Educación Superior en el presente curso, se siente seguro de que puede lograr su propósito, pues “fue una preparación intensiva, que se signó desde décimo grado y se intensifica en el duodécimo grado”.
A los padres y profesores, fieles compañeros, también les toca su cuota de nervios. Así lo afirma Blasa Molina, madre de Cesarito, quien “agradece a la Revolución este esfuerzo que ha tenido para los niños con discapacidad, desde su inclusión en la secundaria hasta que ya termina el duodécimo grado. Han tenido una buena preparación y esperamos que salgan con un aprobado excelente. Él, junto con su familia y todo el resto de los profesores y alumnos y el personal, hemos estado enfrascados en ello”.
Otros, como la madre Sheila Virgen Pons Delgado, asegura que los resultados dependerán de su dedicación en el estudio, de la consagración que tuvieron junto a los docentes, y del apoyo incondicional de los padres. “Es un examen riguroso, y para el que se preparan desde la entrada al preuniversitario, y debemos tener la mente positiva de que van a salir bien y alcanzar sus metas, gracias al estudio y esfuerzo realizado. Sabemos que tienen que prepararse y ser niños de bien para afrontar el futuro que les viene encima: ser buenos profesionales”.
El calendario de la convocatoria ordinaria incluye el martes siete de Mayo y el viernes 10, los correspondientes a las materias de Español e Historia de Cuba; y se prevé para el último día del quinto mes del año la publicación de las carreras otorgadas.
Para la extraordinaria, segunda oportunidad para los desaprobados previamente, se definieron como fechas de las tres pruebas los días 18, 21 y 25 de junio, en el mismo orden. Mientras que la especial se pactó para el mes de agosto.