Raúl: Estamos muy orgullosos de las mujeres

Foto: Estudios Revolución

Cuando el líder de la Revolución cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, entró al salón plenario del Palacio de Convenciones, una ovación estremeció la emblemática sala como expresión del reconocimiento a las luchas de Vilma y Raúl por los derechos de las mujeres en Cuba.

Junto al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Raúl ocupó su asiento en la presidencia para participar en la jornada que selló el XI Congreso de la emblemática Federación de Mujeres Cubanas.

El General de Ejército, quien ha participado en todas las citas de la organización celebradas desde su fundación, el 23 de agosto de 1960, recibió el cariño y el respeto de las mujeres de todo el país, que reconocen en él, al más fiel seguidor de las ideas de Fidel quien calificó a la fuerza femenina en la Patria como «una Revolución dentro de la Revolución».

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Uno de los momentos que más emociones y aplausos generó fue la entrega al General de Ejército de un tapete deshilado a mano por la artesana trinitaria Lucía Jiménez Hernández.

Al recibir el simbólico obsequio, de manos de Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político y secretaria general de la FMC, Raúl era distinguido por su entrega incondicional durante 63 años a la labor de la organización femenina de Cuba, por acompañarlas en los momentos más difíciles de la nación y por no dudar jamás acerca de la capacidad de transformación de las mujeres, ni subestimar su resistencia revolucionaria.

De manera especial, también fue reconocido el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura, a quien la máxima dirigente de la FMC entregó la obra “Homenaje a Martí”, realizada por la Premio Nacional de Artes Plásticas en 2019, Lesbia Vent Dumois.

El aplauso fuerte tributado a los eternos guerrilleros, devino merecido homenaje a dos cubanos que siguen luchando en esta Isla heroica, con la misma vitalidad de aquellos años en que vestían los uniformes de campaña, en los parajes de la Sierra Maestra, para convertir los sueños en realidades.

Como colofón de un encuentro repleto de emociones, donde varias veces se recordó a Fidel y a la eterna presidenta fundadora de la FMC, la heroína Vilma Espín Guillois, Raúl dedicó hermosas y sentidas palabras a las delegadas.

«Me siento tan satisfecho políticamente y alegre por el trabajo que han hecho en el pasado, en momentos difíciles, y por el que están haciendo en la actualidad, en momentos también muy difíciles por la agresividad creciente del imperialismo yanqui. Hoy, igual que hemos estado siempre, los hombres estamos muy orgullosos de las mujeres. Un beso a todas, en nombre de Vilma, y también mío».

Y ese beso, sincero y apretado, como lo entregaría un familiar muy querido y cercano, llegó a cada federada en este Congreso, que regresará a su territorio con la convicción de que las mujeres cubanas serán siempre imprescindibles para su Revolución, vencedoras de imposibles.

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DÍAZ-CANEL: «LA REVOLUCIÓN NECESITA MUCHO DE LAS MUJERES CUBANAS»

«Recuerden y lleven siempre consigo aquella frase de Fidel que hemos citado varias veces hoy, cuando dijo que ustedes son una Revolución dentro de la Revolución». La idea, compartida por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, fue uno de los mensajes más hermosos que las delegadas al XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas recibieron en la sesión final de la cita.

Al sellar con sus palabras una jornada memorable, el mandatario cubano les pidió que «sean siempre una Revolución, en el sentido semántico y político de esa palabra, revolucionándose constantemente, sin ceder espacio a la rutina, al acomodamiento, a la conformidad con lo que funciona mal o no funciona sencillamente».

Desde el agradecimiento infinito a la mujer cubana y su impronta, había iniciado el Primer Secretario del Comité Central del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, las palabras del clausura del XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

«Gracias infinitas, por esta alegría con la que han animado su Congreso, ustedes, que enfrentan sin miedo los momentos más difíciles de una nación que se ha curtido en la dificultad, sin perder la ternura.

«Gracias por el amor de hijas, madres, abuelas, que el odio del vecino poderoso y cobarde no ha podido apagar.

«Gracias por la resistencia creativa, que ustedes simbolizan como nadie, y que nos inspira, renovando constantemente las energías de la Revolución.»

Y es que justamente a lo largo de la historia de la Revolución cubana, son muchas las mujeres que han escrito hermosas páginas en las que se mezclan de manera extraordinaria la fuerza y el amor.

Gracias, les dijo el Jefe de Estado, por estos «cantos únicos, esas historias personales y colectivas que ustedes han traído a La Habana desde cada rincón de nuestro archipiélago, definiendo a las mujeres cubanas como VENCEDORAS DE IMPOSIBLES».

Como «un gran honor y una alta responsabilidad» definió la oportunidad de hablarle a las mujeres cubanas en la jornada de clausura de este Congreso, que coincidió con el “Día internacional de la Mujer”, una fecha marcada por la rebeldía de las mujeres contra un orden discriminatorio imperante a nivel global, que aún no ha desaparecido.

Tras recordar aquellos días fundacionales de la Federación de Mujeres Cubanas, cuando se eligió a su reconocida Presidenta eterna, la siempre entrañable heroína de la Revolución cubana, Vilma Espín Guillois, el Presidente Díaz-Canel destacó cómo desde aquel agosto de 1960 «las mujeres cubanas se integrarían en una sola organización que, desde su nacimiento, logró la incorporación de la mujer al empleo y a los programas de cambios sociales y económicos de la Revolución, sumando en su devenir histórico nuevas tareas y responsabilidades a nivel social y comunitario».

Y si de logros de la Federación de Mujeres Cubanas hablamos, consideró el mandatario, es obligado evocar el legado y la acción de Fidel, de Raúl, de Vilma y con ella el de todas las compañeras, cientos, miles de compañeras, que sería imposible nombrar ahora, quienes a lo largo de estos años impulsaron e hicieron irreversible esta Revolución dentro de la Revolución que son las conquistas femeninas de nuestra sociedad.

Ellos también nos inculcaron, significó, el «espíritu de la insatisfacción, que nos obliga a convertir esta jornada de homenaje en recordación de todo lo pendiente por hacer y avanzar, que implica, en esencia, arrancar de raíz todos los vestigios de discriminación y violencia que aún nos acechan».

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«Como he dicho más de una vez: reconocemos todo lo que ha hecho la Revolución por la mujer, pero no podemos quedarnos detenidos ni complacidos. Hay mucho que hacer todavía», enfatizó.

En sus palabras comentó, además, cuánto ha significado el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, aprobado entre el décimo y el onceno Congreso y que requiere de un extenso plan de trabajo para garantizar su implementación.

En tal sentido señaló cómo diversos instrumentos legales, que respaldan las proyecciones políticas en nuestro país para el desarrollo de las mujeres en la sociedad, se convierten en herramientas muy valiosas para hacer prevalecer los derechos conquistados y para conquistar otros pendientes.

El enfrentamiento a la violencia de género y a todo tipo de discriminación, reflexionó, tiene un lugar central en los contenidos de esas normas, pero también en las acciones y medidas que contempla el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres.

Un solo nombre de mujer violentada, refirió, debe ser suficiente para sentirnos indignados, y actuar con energía a nivel político y legal. Pero, siempre conscientes de que esta no puede ser la lucha de un día, sino un propósito permanente.

De igual manera, afirmó que «no puede haber impunidad en Cuba, mucho menos ante delitos motivados por cualquier tipo de discriminación y, ante todo, contra la mujer». Y añadió que «el sistema de orden interior tiene la misión primordial de enfrentar y poner a disposición de los tribunales a todos los autores de estos hechos. A la par, el sistema de tribunales apegados a la ley prevé condenas altas y ejemplarizantes para los comisores de este tipo de delito».

Luego de ofrecer datos que ilustran la tolerancia cero del Estado cubano frente a este tipo de conducta, Díaz-Canel consideró que «todos coincidimos en que no basta enfrentar estos delitos con la policía y los tribunales. Urge perfeccionar los sistemas de educación popular y familiar a nivel comunitario, con enfoque profiláctico y preventivo».

El presidente cubano también dedicó unos minutos de su intervención a la necesidad de seguir promoviendo «discusiones profundas y muy críticas» de los problemas de funcionamiento interno de la organización, tal y como lo hizo este Congreso.

Afirmó que identificar el debilitamiento de las estructuras de base como una de las problemáticas principales, «obliga a la dirección de la FMC a buscar las más urgentes y efectivas vías para su revitalización, en el más corto tiempo posible».

Con la certeza de que la organización debe parecerse a estos tiempos, el presidente cubano llamó a las federadas a que «sigan saliendo, como las convocara Fidel desde el primer día, a conquistar el mundo y a seguir estando en el centro de esta Revolución, con el entusiasmo y el espíritu creador de la mujer cubana desde el surgimiento de la nación».

«Las mujeres cubanas tienen mucho que aportar y la Revolución necesita mucho de las mujeres cubanas», afirmó Díaz-Canel, un cubano profundamente convencido de la fortaleza y el talento que muestra la fuerza femenina en el país.

HITOS DE LA SESIÓN FINAL DEL CONGRESO

La sesión final del Congreso había comenzado con la presentación del audiovisual Fidel Castro y la Revolución de las mujeres, una realización de la periodista Yunet López Ricardo, producida por el Centro Fidel Castro Ruz, que recoge el legado del Comandante en Jefe en la fundación de la FMC y la importancia que siempre concedió a las luchas por los derechos de las mujeres.

Como parte de la jornada, se dieron a conocer los dictámenes y las recomendaciones aprobadas en las cuatro comisiones de trabajo, que tuvieron como temas la atención a la juventud como garantía de continuidad de la organización, el funcionamiento interno de la Federación, el empoderamiento económico de la mujer, y el trabajo preventivo y la atención social.

En esta cita, al ejercer su voto, las delegadas ratificaron a Teresa Amarelle Boué como Secretaria general de la organización que agrupa a más de cuatro millones de federadas en todo el país. Al ser presentada al plenario, la máxima dirigente femenina recibió flores de manos del General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Como Segunda Secretaria de la Organización asumió Sonia Rivero López, quien también fue homenajeada con rosas rojas, al igual que las demás integrantes electas del Secretariado Nacional de la Federación.

Luego de resaltar la labor desarrollada por Rosmery Santiesteban Lago, quien se desempeñaba como Segunda Secretaria y a quien se le asignarán nuevas tareas, Amarelle Boué afirmó que «las mujeres cubanas no cesarán de vencer imposibles», y agradeció a las máximas autoridades del país por la confianza depositada en las mujeres que «jamás les fallaremos».

Un momento de júbilo en esta sesión fue la entrega de reconocimientos por su meritorio trabajo a las delegaciones provinciales de la Federación de Mujeres Cubanas en Cienfuegos y Sancti Spíritus. De igual manera, Las Tunas, Artemisa y Granma recibieron la condición de Destacadas; y por su labor integral, Ciego de Ávila resultó Vanguardia en esta emulación nacional.
 

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Las federadas cubanas, como expresión de la esencia humanista y solidaria de nuestro pueblo, emitieron una Declaración de Solidaridad con la causa palestina. Al leer el texto, Osmayda Hernández Beleño, miembro del Secretariado Nacional de la organización, repudió el genocidio del gobierno sionista de Israel sobre el territorio de Palestina, donde en los últimos meses unas 30 000 personas han muerto, la mayoría de ellas, mujeres y niños.

El documento adoptado denuncia que Israel y sus aliados son responsables de un genocidio que ha acabado con la vida de un pueblo que lucha por construir una nación independiente, libre y soberana. 

El cierre de la jornada fue simbólicamente esperanzador, con la presentación de los niños y jóvenes de la compañía de teatro infantil La Colmenita, que antecedieron, con sus versos y canciones, a la universalmente conocida “Guantanamera”, interpretada por la Banda de Música de Boyeros.