En el andar cotidiano por las calles de Manzanillo no pocas son las veces que se observan a perros abandonados en triste caminar buscando agua o alimento, o gatos pequeños moribundos que son despojados del amamanto de sus madres, cuando aún ni siquiera tienen el mes de nacidos.
No tiembla el alma ni las manos de alguien, llamado ser humano, que prefiere abandonar a los animales, antes de brindarles cuidados y afecto, o simplemente regalarlos a personas, que sí valoran a estos mamíferos como fieles compañeros o amigos.
Víctimas de constantes maltratos también son muchos caballos, que día y noche, bajo sol y lluvia, trasladan a niños, jóvenes y adultos en coches, a veces con sobrecarga de peso, y encima, tienen que sentir el dolor de fuertes latigazos de su dueño, quedando muchas veces desvanecidos en la carretera, porque… , sencillamente, tienen que trabajar duro: «Para eso son Caballos».
Ante el irracional argumento de quienes solo piensan en llenar el bolsillo a cualquier precio, llega el irrespeto a los potros por la agonía que viven, y más aún a las personas con un poco de sensibilidad, que van en esos transportes y se les oprime el pecho ante la injusticia que aún no tiene amparo legal en Cuba.
Únale a la lamentable realidad la muerte repentina de gorriones, palomas u otras aves, provocada por infantes cuya diversión es tomar tirapiedra en manos para matar pájaros, práctica que heredan del ejemplo familiar.
Acaso es tan difícil concientizar para algunos que los animales sienten, sufren y aman, entonces, porqué adoptar aptitudes inhumanas, carentes de compasión.
Este 4 de octubre se celebra el día mundial de los animales, una fecha para reflexionar y asumir aptitudes dignas, por esos seres que merecen amor y protección. No se olvide nunca que los animales forman parte importante de la naturaleza y de nuestras vidas.