Para quebrar el silencio desde la ciencia

El audiómetro del Hospital Clínico Quirúrgico Celia Sánchez Manduley beneficiará a pacientes de los siete municipios de la región del Guacanayabo en Granma // Foto Rafael Martínez Arias

¿Cuánto representa escuchar el maravilloso mundo de los sonidos? ¿Cuánta magia brota de las ondas sonoras que despiertan sensaciones a quienes detectan su señal? Sólo la ciencia es capaz de medir el sorpresivo impacto de ese estímulo que llega a nuestros oídos.

Justamente esta capacidad científica de definir los niveles de percepción auditiva, para tomar conductas médicas que favorezcan el diagnóstico a los pacientes con pérdida de esta función, despunta como uno de los éxitos del Hospital Clínico Quirúrgico Celia Sánchez Manduley de Manzanillo en el 2020.

El rescate del servicio hospitalario de Audiometría, luego de 20 años de su cierre, trasciende como empuje salvador del sistema de salud cubano para aportar una mejor calidad de vida desde la ciencia a quienes padecen sordera e hipoacusia.

En el departamento, inaugurado como parte del festejo por los 40 años de la prestigiosa unidad asistencial a inicios de esta semana, dos especialistas de Otorrinolaringología, dos residentes y una técnica realizan ya audiometrías tonales y timpanometrías, que proporcionan una medición precisa de la audición.

La puesta en marcha del moderno espacio deviene en beneficio para los residentes de los siete municipios de la región del Guacanayabo en esta oriental provincia de Granma, quienes con anterioridad se trasladaban al centro médico de Bayamo para la realización de estos exámenes.

«En el departamento se contabiliza la pérdida de la audición de los pacientes, para establecer la conducta médica a seguir: si utilizarán prótesis auditivas o requieren de intervención quirúrgica, y diagnosticar la patología de base que ocasionó la lesión», explica la doctora María de los Ángeles Castillo Benítez, jefa del servicio de Otorrinolaringología de la institución.

«Significa mucho tanto para nosotros como para nuestros pacientes, quienes previamente sólo disponían de pocos turnos mensuales, y hoy aquí podemos efectuar las evaluaciones con mayor alcance poblacional, acorde a la alta morbilidad de la hipoacusia en los habitantes de la zona costera granmense, con gran afluencia a nuestras consultas».

En pocos metros, dos pequeños salones o cubículos, debidamente acondicionados y con la disponibilidad del audiómetro, hacen posible que por medio de audífonos conectados al equipo, el paciente reciba los tonos puros a una frecuencia y volumen específico en cada oído, uno a la vez; y a la señal de escucha de este se grafica el volúmen mínimo requerido para escuchar.

Así se evalúa el umbral de percepción de cada persona y puede establecerse la localización exacta del daño, para lograr un diagnóstico preciso de la patología otológica, lo cual otorga relevancia a estas mediciones para que niños y adultos reciban tratamiento adecuado.

Este servicio asistencial constituye la base para la implementación del programa de implantes cocleares, uno de los logros del Sistema de Salud Pública nacional que desde su inicio en 2005 beneficia a más de 500 discapacitados cubanos, fundamentalmente niños, dándole la oportunidad, de forma totalmente gratuita, de disfrutar de las imágenes sonoras a través de estos dispositivos electrónicos, cuyos costos mínimos para su adquisición por el Estado cubano alcanzan los 17 mil 500 dólares.

El impacto de este servicio asistencial del Hospital Celia Sánchez manzanillero, que de la mano de la ciencia contribuye a la reincorporación social de quienes presentan déficit auditivo, señala el camino de aliento y esperanza que Cuba se empeña en seguir en virtud de su pueblo, a pesar de las limitaciones y carencias.

Y si bien este 15 de enero, Día de la Ciencia Cubana, la Mayor de las Antillas reverencia a los protagonistas de los avances biotecnológicos que contraponen la fortaleza científica de esta tierra a la COVID-19, el aplauso nocturno de hoy llegue por igual con sentido agradecimiento a quienes rompen el silencio desde la ciencia.