Manzanillo. Octubre 11.- El interés de los artistas en su contemporaneidad sobresale en los motivos discursivo de las 21 piezas del Salón municipal de Artes Plásticas 10 de Octubre, abierto al público y premiado en la noche anterior, como reverencia desde las pinceladas y colores a la llama de libertad y luz prendida hace 151 años.
Incongruencia temática, complicidad de técnicas pictóricas sobre el lienzo, del joven Yunier Tamayo Sánchez, resultó la más expresiva a consideración del jurado y conquistó el premio único de este certamen, que llega a su cuadragésima edición desde aquella primera iniciativa del Grupo de Artistas Noveles Víctor Manuel en 1973.
Además, resultaron trascendentes y se les otorgó mención a la impresión digital El grito (a la memoria de Yoel Mesa Falcón), de Carlos Escala Fernández, esta de carácter especial; y a las piezas Fiesta campesina de Gloria Fabra Aguirre, la también impresión digital Aún así te veo, de Pedro Guillermo Guerra Tamayo, y la instalación Primavera, de Jesús Diéguez Fiallo.
Los creadores Alexis Pantoja Pérez, Alexis Rondón Castellanos y la curadora de arte Liannis Peña Rodríguez, al valorar las obras ganadoras, significaron que “en ellas se explora el lenguaje estético intelectivo, atractivo, coherente y novedoso para el concierto de la plástica en la ciudad, donde se potencia la interrelación artista-público y favorece los procesos cognitivos y de sensibilidad”.
El salón emblemático de las expresiones y cualidades de los artistas locales conjuga esta vez múltiples corrientes, estilos, temáticas y géneros del mundo visual, dispuestas en óleos y acrílicos sobre lienzo, instalaciones, retratos, impresiones digitales, que sintetizan sus formas de ver, pensar y reflexionar sobre el mundo circundante.
En la muestra, dispuesta en tres salones expositivos de la Galería de arte Carlos Enríquez de la ciudad del Golfo de Guacanayabo, según las palabras del catálogo, “la pluralidad es la norma; es una ventana al debate estético para el goce del público manzanillero”.
Durante la velada de apertura, la música de guitarras, flautas, clarinetes y trombones, interpretada por los estudiantes de la Escuela Elemental de Música Manuel Navarro Luna de la urbe y del maestro Ramiro Zayas Alba, se sumó al sortilegio que generan en los espectadores la multiplicidad de matices y formas.
