Educar, una obra de artistas

Educar es una tarea de artistas // Foto: Denia Fleitas Rosales
Educar es una tarea de artistas // Foto: Denia Fleitas Rosales

Como el alfarero o escultor que modelan sus obras entre las manos, así son quienes cumplen la hermosa tarea de educar en nuestras aulas, dice la profe Soraya Lotti González, mientras sonríe, a sabiendas de que la suya es una tarea de artistas, cuyas creaciones son mujeres y hombres.

Esa es la utilidad de la educación, forjar el bien en las nuevas generaciones. Conscientes de ello están los más de 130 trabajadores del Instituto Preuniversitario Micaela Riera Oquendo de Manzanillo, uno de los centros donde se erige un monumento a la sabiduría y la vida útil.

“Son como nuestros hijos, aunque nos dan sinsabores, mayoritariamente nos contagian con su alegría, su forma de pensar, de actuar. Aprendemos de ellos y nos permite atemperarnos a los tiempos actuales para cumplir las funciones de instruirles y educarles. Dedicamos a ellos todo nuestro empeño, fuerza, esmero y experiencia”.

De los 27 años del magisterio de Soraya Lotti González, 14 han transcurrido en el IPU Micaela Riera // Foto: Denia Fleitas Rosales
Los estudiantes del décimo y onceno grado ya utilizan la combinación de blanco y azul en sus uniformes// Foto: Denia Fleitas Rosales

Entre adolescentes de uniformes blancos y azules, con rostros de inocencia y otros en los que despunta la madurez, transcurren las horas allí. Próximo a la avenida Paquito Rosales en el consejo popular 13 Caymari, de la urbe, cimienta los conocimientos indispensables para el tránsito hacia la Educación Superior.

Con un claustro experimentado, que incluye profes reincorporados y por contrato, tiene una cobertura íntegra a disposición de la eficiencia y calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje de sus 498 estudiantes, pertenecientes a 15 grupos docentes de los grados décimo, onceno y duodécimo.

“De ellos aprendemos los conocimientos para aplicarlos a las futuras profesiones y a la vida diaria. En mi caso, tengo el propósito de alcanzar la carrera de Diseño industrial y    ellos se esmeran para que cada materia llegue y contribuir a mi meta”, comenta el alumno del duodécimo grado Wilfredo Castro Lobelle.

Alumno del duodécimo grado Wilfredo Castro Lobelle // Foto: Denia Fleitas Rosales
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Cerca de 500 adolescentes se instruyen en la institución académica // Foto: Denia Fleitas Rosales

El también presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en la escuela, afirma que su paso por allí han sido “tres años mágicos con las clases cargadas de contenidos incluidos en los planes de estudio, pero con las iniciativas que los profes buscan para enseñarnos de la mejor manera, así como los espacios que desde la organización nos permiten la autonomía y oportunidades de compartir estudiantes y profesores de manera especial.”.

Foto: Denia Fleitas Rosales
// Foto: Denia Fleitas Rosales

Una historia que data de antes del triunfo de la Revolución se atesora en las estructuras del hoy IPU, que con anterioridad fungió como escuela de economía, dirección municipal de Educación y Academia de arte. Su colectivo actual es la continuidad de una obra forjadora de sueños.

De ello hablan por sí mismos éxitos como la incorporación del ciento por ciento de los estudiantes del grado terminal a las diferentes universidades del país por sus distintas variantes.

Como el logro más sobresaliente, y del que expresan satisfacción, señalan la ubicación en el primer lugar municipal, entre las cinco instituciones de su tipo, en los resultados de exámenes de ingreso a la Educación Superior, y quinto escaño en la provincia de Granma, con 93.33 por ciento, lo que superó en 11 puntos porcentuales al curso 2021-2022.

Los departamentos de las diferentes materias están ambientados con medios de enseñanza // Foto: Denia Fleitas Rosales
La biblioteca es un espacio para el aprendizaje constante // Foto: Denia Fleitas Rosales

“El reto del presente 2023-2024 es superar esos índices de calidad”, sintetiza la profe Soraya. Mientras acaricia los hilos de plata que le engalanan, y los que afirma heredó, como la pasión por educar, de una de las grandes profesionales del magisterio manzanillero, Bárbara Pascual Cañete.

El legado de la pedagogía también está latente en Santiago Escalona Rodríguez, profesor con 18 años de experiencia entre los sucesos del devenir histórico-marxista. “Nuestra tarea es entrenarlos bien para que lleguen con calidad a la Universidad.

“Educar es una tarea muy grande que tiene que reflejarse en el modo de actuar y pensar del estudiante. Que se sienta motivado, que se forme integralmente, que donde te vea te salude, respete y reconozca como su profesor, es la mayor gratificación.

Santiago Escalona Rodríguez, licenciado en Marxismo-Historia tiene 18 años de experiencia en las aulas// Foto: Denia Fleitas Rosales
Cada momento y lugar es oportuno para la autopreparación docente // Foto: Denia Fleitas Rosales

“Uno quisiera dar más en las aulas, peso somos parte de esta vorágine de sucesos que condicionan todo a nuestro alrededor. Sin embargo, la obra no se detiene, se sigue trabajando para continuar logrando el ciento por ciento de aprobado en las pruebas de ingreso, y para ello trabajamos mañana y tarde, fuerte, sin descanso”.

Ciertamente educar es una faena de constancia, y en el preuniversitario Micaela Riera de Manzanillo se cumple bajo la máxima de que educar es una obra de arte.