Beirut, 1 abr (Prensa Latina) Líbano arribó hoy a 17 meses de vacío de poder en la Presidencia de la República, en ausencia de diálogo político y la amenaza de la guerra como consecuencia de la persistente agresión israelí.
Desde la medianoche del 31 de octubre de 2022 el país enfrenta el cuarto período de vacancia de su historia y el fracaso de 12 sesiones confirmaron la fragmentación del Parlamento para elegir al nuevo jefe de Estado, que constitucionalmente recae en un representante de la comunidad cristiana maronita.
En este contexto, el analista libanés Ghassan Jawad subrayó que la idea de compartir el sistema político por raciones entre sectas religiosas confesionales complica el proceso de formación del poder y hacen que el país se encuentre prácticamente como en la actualidad: en vacíos de poder.
Según declaró Jawad a Prensa Latina, desde su fundación como Estado en 1920, se estableció como un modelo sectario del sistema político interno que depende del exterior.
A la luz de los acontecimientos actuales, el experto apuntó que la nación vive una crisis desde hace cuatro años y estaba en estancamiento hasta el 7 de octubre cuando la Resistencia palestina lanzó la operación Diluvio de Al-Aqsa.
En este punto, Jawad indicó que el 7 de octubre creó nuevas realidades que obligaron a los actores internacionales y regionales a lidiar con ellas para lograr un cese al fuego en Gaza.
Sobre este tema, puntualizó que la Resistencia libanesa (Hizbulah) rechazó ante el movimiento diplomático experimentado en el país el canje entre presidencia de la República y suspender el frente de apoyo a Palestina en el sur.
Al respecto, Jawad agregó que la activación del tema de las elecciones presidenciales en Líbano por parte de un grupo de naciones influyentes como Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita, Qatar y Egipto, ocurrió en paralelo con las conversaciones para un alto al fuego en Gaza.
Sin embargo, en el diálogo con los actores nacionales los representantes de estos países no constataron ningún cambio en las posiciones, especialmente entre los aliados de Washington, y no hay indicios de una aproximación de puntos de vista entre los libaneses para elegir un presidente.
A criterio del analista Jawad, el terreno en Gaza ahora afecta a la formulación de políticas en toda la región, no solo en Líbano, sino también en Egipto, Jordania e Iraq.
El intercambio de fuego en el sur del país debido a los bombardeos israelíes contra localidades fronterizas y la respuesta de Hizbulah colocó en un segundo plano el expediente de la primera presidencia desde hace más de un año.
La ausencia del presidente de la República debilita aún más el vacío institucional en la nación de los cedros, bajo la gestión interina del primer ministro, el gobernador del Banco Central y el director de Seguridad General.