Manzanillo. Marzo 26.- Las producciones de mermeladas concentradas, pastas de tomates y otros surtidos que sobresalen en la producción de la Fábrica de Conservas y Vegetales La Manzanillera de esta costera localidad, tiene impreso el sello de los innovadores y racionalizadores de esta productora de alimentos.
Más de un siglo de explotación cuenta la tecnología que se utiliza en esta industria conservera que alcanza cada año valores productivos superiores a las mil toneladas de productos con destino a la venta a la población y los encargos a empresas y organismos.
El funcionamiento de estos vetustos aparatos se debe al esfuerzo y dedicación de hombre como Ramón Enrique Vázquez Zambrano, quien por 39 años labora en esta fábrica y hoy es el padre de una de las máquinas de sellado que garantiza la terminación del elaborado en esta manufactura.
“Nosotros trabajamos siempre convencidos que tenemos que hacer andar estos equipos, porque de ellos depende que las latas queden selladas, que estén lista para la venta y puedan llegar a su destino final”, comenta Kike como le conocen cariñosamente.
¿Qué piezas son las que han presentado problemas?
“Las moletas, los mandriles, engranes, las cuñas, esas son las que más hemos tenido que reparar, porque esa se van desgastando y hacen que la máquina no cumpla con su función, imagínese son del año 1916.La cuña tiene la función de distribuir las tapas, las moletas de hacer el cierre y así cada una tiene su empleo significativo en la terminación y la calidad del producto final”.
A pesar de la longevidad, lo que provoca constante rupturas, logran cifras que los hacen cumplir cada período con su plan técnico económico y de producción:”sellamos diariamente unas mil latas y más, trabajamos en turnos de más de ocho horas de labor ininterrumpidas, la producción no para cuando arranca”, acota el ingenioso.
¿Cuán complejo resulta la reparación y reconstrucción muchas veces de las piezas para este equipo?
“Es complicada la reparación por la longevidad de las máquinas, son más de cien años trabajando, no existe un patrón, es totalmente diferente a lo que hoy se construye y a lo que vemos en otras fábricas, solo una persona que lleve tiempo viendo cómo funciona puede saber que tiene y como solucionar la situación de forma rápida para no atrasar la producción, muchas veces tenemos que adivinar que le sucede”.
Contrariamente a los contratiempos y problemas que enfrentan para la reparación constante del veterano maquinado no impide que esta fábrica cada año sobre cumpla sus planes y siempre superes valores a años precedentes y siga apostando por más gracias a los ingenios de Kike.