Una mirada clara, gracias a la Guacanayabo

Una treintena de niños recibieron hoy sus espejuelos graduados // Foto: Lilian Salvat
Una treintena de niños recibieron hoy sus espejuelos graduados // Foto: Lilian Salvat

Manzanillo. Febrero 16.- Cuando han transcurrido dos jornada del día del amor y la amistad, un gesto de amor y nobleza protagonizan los integrantes del proyecto de desarrollo local Óptica Guacanayabo, al donar 30 pares de espejuelos a los pequeños de la escuela especial Ricardo Rodríguez de esta ciudad.

Onelia Méndez Jiménez, gestora de este emprendimiento hizo efectivo el donativo; «en coordinación con la escuela, que es una de las personas que se benefician de este proyecto, tenemos un convenio y he donado espejuelos graduados, armaduras y cristales para los niños que aquí son atendidos, también donamos dos lentes que construimos manualmente en nuestra óptica, a pesar de que todavía no construimos los espejuelos ahí, pero estos cristales eran compatibles con las armaduras se pudo lograr».

Onelia Méndez Jiménez, gestora del proyecto Óptica Guacanayabo // Foto: LiIan Salvat

Un gesto que cala en lo profundo y ayuda a estos pequeños que mayormente sufren de miopía y que su graduación es escasa y con un alto valor, al que no todas las familias pueden acceder.

«Para nosotros ha sido muy importante la colaboración de este proyecto, -comenta Marelis Ramos Pérez, directora de la escuela-, se venía gestando hace un tiempo atrás y finalmente en este año se materializó, lo cual es de incalculable valor porque las graduación de nuestros niños son muy altas y muy costosas; al ella dar esta donación contribuye con el objetivo de nuestro centro, que tengan sus cristales para poder realizar los tratamientos que aquí se realizan y por supuesto mejorar la visión de nuestros educandos».

Este emprendimiento manzanillero, si bien aún no cumple con su propósito y se logra el sueño de sus gestores, ayuda a parte de la población. “El proyecto está encaminado primero a reanimar la Óptica Guacanayabo,- afirma Méndez Jiménez-, que ha existido siempre, fue fundada en 1954, en aquel momento se conocía como la óptica de Cira Fernández, a partir de 1959 Óptica Guacanayabo y en junio del año antes pasado fue cerrada. Este local pertenecía a mi abuelo que fue quien rento a la persona que inició la óptica en Manzanillo además cualquier cambio que haya en este local nos afecta en la vivienda.

“Ahora, el único servicio que prestamos es como tienda especializada, pero nuestro proyecto está proponiendo una óptica que lleva refracción y elaboración del espejuelo, para lo cual es necesario reanimar el taller de la óptica que estaba completo pero cuando lo cerraron, quizás lo reorientarían para otro lugar, supongo que lo habrán llevado para reanimar alguna óptica en otro lugar”.

En la Óptica Guacanayabo, se ofertan espejuelos graduados, y armaduras // Foto: Lilian Salvat

Con un personal capacitado para este efecto, un optometrista, una doctora general integral que funge en la recepción, un especialista en contabilidad y una doctora especialista en oftalmología; esta última colabora voluntariamente en este emprendimiento.

María Natalia Lanz, jubilada de salud y especialista de primer grado en oftalmológica, «estoy en esta óptica auxiliando a la gestora, que es mi amiga de toda la vida, colaboro para que las pacientes se vayan con la mejor graduación; ellos traen su receta, yo valoro el espejuelos que sea más adecuado para él, y salgan complacidos, además les diagnostico con métodos clínicos posibles lesiones en la visión y los remito al servicio de oftalmología en el hospital Celia Sánchez de aquí».

Un emprendimiento que puede satisfacer las necesidades en este campo de la población, el capital humano está, así como la disposición de salir adelante, de ver un cambio en nuestra localidad, que tanto lo necesita. Solo resta darle alas a personas y emprendimientos como este, que buscan el bienestar social, que multiplica no solo sus dividendos, sino la alegría de muchos como los pequeños de la Ricardo Rodríguez, que hoy fueron a casa con una mirada más clara gracias a la Guacanayabo.

Los niños de la Escuela Especial recibieron los espejuelos en emotivo acto // Foto: Lilian Salvat