Yanisleydis Pérez, primera en la ceba de ganado

Si sus pacientes la vieran se sorprenderían de la habilidad con la que esta Seño manzanillera maneja a su ganado. En los fines de semana cambia su atuendo de enfermera por los pantalones vaqueros y el sombrero tejano, que luce con orgullo mientras a viva voz llama a sus toretes y añojos, y da instrucciones a los obreros para el mejor manejo de sus rumiantes.

A sus 39 años de edad Yanisleydis Pérez Batista se decidió a seguir los pasos de su compañero en la vida. «No para competir», afirma, «sino para aprovechar juntos los beneficios del trabajo honrado y las bondades de estos animales cuando son bien atendidos».

Su expresión proviene de la experiencia acumulada no como productora en sí, sino del antecedente de ser la mujer que por 14 años acompaña a Alexey Olivera Ramírez, el mejor ganadero y mayor productor de leche del municipio de Manzanillo.

«En estos años he aprendido mucho del manejo del ganado, y le propuse comenzar yo una ceba de toros, con su apoyo, que no es una tarea fácil pero ya iré moldeándome en el camino».

«Mientras él se enfoca en altos niveles productivos de leche, los muchachos y yo pondremos nuestro empeño en mayor aporte de carne para la entrega a la industria, y así contribuir a la alimentación del pueblo».

En Cañada Honda, tierras del barrio rural Sitio-Remate, está ubicada la finca donde esta fémina se afirma como la primera y única cebadora de toros en el municipio del Golfo de Guacanayabo.

«Ciertamente no voy todos los días al campo, pero diariamente atiendo mis obreros y los de mi esposo, porque mi jornada laboral comienza cada madrugada para hacer desayuno, almuerzo y comida de los hombres, y pasar revista en la tarde noche en intercambio con quienes me representan allí».

«En apenas tres meses los seis toretes y los 78 añojos con los que inicié han ido mejorando, porque es intensivo el pastoreo y la atención. La intención es incrementar esas cifras para llegar a altos niveles de ceba».

«Lo que más se dificulta es el agua, pero se les trae porque es indispensable. Aunque ahora el aire está a favor para aprovechar al máximo el molino de viento para la extracción del pozo».

«El sacrificio es enorme, pero ya veremos el resultado que nos beneficiará a todos. Tanto como enfermera del Policlínico cuatro Luis Enrique de la Paz como ganadera he aprendido que del empeño y pasión que le pongas salen los resultados».

Aún es muy pronto para hablar de cuantías o kilogramos de carne, ni de planes aunque definidos, «pero las expectativas son positivas, y el compromiso de trabajar es enorme».