En la plática, Liu, viceprimer ministro chino y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, condenó la nueva imposición de aranceles contra productos del gigante asiático anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y dijo que no contribuyen al avance de las negociaciones.
A principios de este mes, Trump informó que a partir del próximo 1 de septiembre impondrá tarifas de un 10 por ciento a bienes chinos valorados en 300 mil millones de dólares.
El propio Trump también calificó de muy productivas esa conversación telefónica en la que participaron funcionarios comerciales de ambos países.
Tuvimos un diálogo muy bueno, manifestó el mandatario acerca de las pláticas entre Lighthizer y Liu.
Recientemente, el gobierno norteamericano anunció que retrasará hasta el 15 de diciembre la aplicación de tarifas a productos de la nación asiática como teléfonos celulares, computadoras portátiles, consolas de videojuegos, juguetes, y ciertos artículos de calzado y ropa.
Esas mercancías formaban parte de la lista por valor de 300 mil millones de dólares anuales a las cuales Trump ordenó que se les aplicaran aranceles del 10 por ciento a partir del 1 de septiembre.
Además de prorrogar los impuestos a esos productos, la oficina de Lighthizer señaló en un comunicado que algunas mercancías serán totalmente eliminadas del listado ‘en función de la salud, la seguridad nacional y otros factores’, y no enfrentarán tales tarifas.
Pese a las críticas y las peticiones de los empresarios nacionales, Trump defiende su política de presión arancelaria hacia China y argumenta que los tributos son pagados por Beijing y no por sus compatriotas.
Sin embargo, los economistas indican que los costos de los gravámenes sí se transfieren a las empresas y consumidores de Estados Unidos.
Un reciente informe de la firma Coresight Research sobre la industria minorista en el país expuso además que en el transcurso de este año los cierres de tiendas estadounidenses, unos siete mil 670, excedieron el número alcanzado en 2018 (cinco mil 864).
Naciones de todo el mundo han manifestado sus esperanzas de que China y Estados Unidos puedan resolver sus diferencias para acabar con la guerra comercial iniciada por Washington en marzo de 2018 y cuyos efectos trascienden las fronteras de ambas potencias.