Cuando solo le restan 12 partidos al calendario oficial de la etapa clasificatoria, la batalla por lograr un boleto para la siguiente fase continúa al rojo vivo. Quince de los dieciséis equipos contendientes tienen aún posibilidades matemáticas para lograrlo, lo que hace más interesante la serie en su recta final.
Sin embargo, una batalla individual también se viene librando desde el mismo comienzo del campeonato con miras a integrar el equipo nacional para el Premier 12 -a celebrarse en noviembre-, donde los nuestros estarán buscando por primera vez (tendrán otras dos posibilidades) un pasaporte para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
En varias declaraciones, los directivos han asegurado que los atletas que se encuentren en mejor forma deportiva serán los que tengan el honor de defender las gloriosas cuatro letras de nuestro país en la difícil cita.
A estas alturas el panorama se presenta complicado. Algunos de los peloteros que integraron la nómina en los pasados Juegos Panamericanos no están rindiendo lo suficiente y un grupo de veteranos, jóvenes talentosos, y jugadores que han regresado al país después de incursionar en Ligas profesionales, están mostrando credenciales.
Esta vez, no habrá largos entrenamientos ni extensas preselecciones y es precisamente el hecho de encontrarnos inmersos en nuestro campeonato doméstico, lo que nos da una ventaja apreciable sobre los otros adversarios.
Sería un error lamentable confeccionar un equipo tomando como base figuras establecidas o prospectos, que aunque tengan herramientas envidiables para jugar al béisbol, aún no se han ganado un puesto con su rendimiento en el terreno de juego.
Cierto que un equipo de pelota no es una selección de estrellas, se necesitan jugadores versátiles que puedan hacer determinadas tareas en el campo, hombres que cumplan funciones específicas acorde con las estrategias de su cuerpo de dirección; pero aparte del tema psicológico que es un factor muy
subjetivo aunque no menos importante, se necesitan atletas que tengan una curva de rendimiento ascendente o al menos estable en el momento de confeccionar la nómina definitiva.
Desdeñar a ciertas figuras que ahora mismo se están echando sus selecciones a las espaldas, a hombres que están teniendo un rendimiento sorprendente sobre el terreno de juego, no solo atentaría contra la misma motivación individual, sería un golpe duro a las aspiraciones de la selección nacional de hacer un papel decoroso en ese torneo.
Siempre he pensado que las malas actuaciones de nuestro equipo Cuba en los últimos tiempos, más allá de emigraciones, de escasez de recursos o de múltiples problemas que puedan existir en nuestra Serie Nacional; están dados en su mayoría por el mal diseño de los entrenamientos previos a las competencias y a una mala selección de los atletas.
Aquí les dejo dos tablas con los cinco primeros peloteros en los departamentos más importantes de la ofensiva y el picheo a modo de información. Llama la atención que el único integrante del último equipo Cuba que nos representó en los Juegos Panamericanos es el tunero Yudier Rodriguez, quien ha tenido una campaña fabulosa hasta el momento.
¿Qué hacemos? ¿De qué manera se confecciona un equipo que sea capaz de tener los resultados internacionales que hace tiempo están esperando los aficionados? ¿Serán convocados realmente los “más calientes”? Pronto tendremos las respuestas. Nos vemos en el estadio.
