Casa de Cultura: Centro inspirador de arte (Fotoreportaje)

Estructura de dos pisos, que asemeja a los palacetes de principios del siglo XX // Foto Marlene Herrera

En enero se celebra la creación en 1978, del Sistema de Casas de Cultura en Cuba, una red de instituciones encargadas de desarrollar las inquietudes artísticas y procesos socioculturales participativos contribuyendo, sin dudas, a cultivar en la población el gusto y la práctica de las diferentes expresiones estéticas.

La primera de su tipo fundada en el país, el 19 de marzo de 1962, fue la Casa de Cultura de Manzanillo, ocupando una hermosa edificación que constituye una joya de la arquitectura.

Esta institución antiguo centro de la Colonia Española, se funda el 26 de marzo de 1899 al fusionarse el Casino Español y el Centro de Dependientes Beneficiarios (Sanatorio de la Colonia Española).  
En la foto se aprecian las edificaciones que existían antes de fundarse el Centro de la Colonia Española.

Al fondo se aprecian las edificaciones antes de construir la Colonia Española // Foto cortesía de la Oficina de Patrimonio
Al fondo el Casino Español y el Centro de Dependientes Beneficiarios (Sanatorio de la Colonia Española), que se unificaron para construir la Colonia Española en 1899 // Foto cortesía de la Oficina de Patrimonio

Según el artista Manuel López Oliva, en un artículo publicado en el portal Cubarte, bajo el título Un suceso olvidado: Primera Casa de Cultura de Cuba, fundada en Manzanillo en 1963, el hecho ocurrió así:

“La Sociedad Colonia Española de Manzanillo, radicada en la esquina de Maceo y Merchán, junto otras entidades de su tipo en esa localidad -que no coincidían con la concepción del proyecto emancipador popular iniciado en 1959- fueron intervenidas en 1960.

En ese mismo año tuvo lugar en esa edificación la primera Feria de Productos locales, donde se expusieron algunas producciones culturales del municipio.

(…)

Más adelante allí se estableció una suerte de espacio de exposiciones, que con nobles intenciones agrupaba a personas de madurez y jóvenes que en su mayoría descendían de las clases adineradas que usaban a lo artístico desde la perspectiva del lucro y la desconexión con el contexto de vida e identidad de la Nación Cubana.

Por ello fue que la Dirección Revolucionaria de la Ciudad del Guacanayabo, en pleno acuerdo con la Delegación Provincial de Cultura de la antigua provincia Oriente, decidieron darle un carácter más popular a ese inmueble, situado exactamente frente al  Parque Céspedes.

Primaba la certeza de hacer una suerte de complejo cultural nutrido de las herencias patrióticas y antropológicas de esa zona geográfica del sur oriental, desde el cual se tejieran nexos con cuanto existiera de espiritualmente positivo en ese contexto, e irradiara emisiones estéticas para el cultivo de toda la población.

En tales circunstancias se solicitó a un grupito de personas probadamente revolucionarias, que concibieran un proyecto para darle cuerpo idóneo a una institución a tono con la Política Cultural de la Revolución Cubana declarada y puesta en camino entre 1961 y 1962.

Como yo era directivo de la Unión de Jóvenes Comunistas en el seno de los estudiantes secundarios, fui incluido –con sólo 15 años- en aquel equipo de gestión, lo que me permitió sugerir que se creara una Casa de la Cultura, un tanto parecida a las que existían en Bulgaria, que yo había conocido por conducto de una revista de ese país en español que había empezado a circular en Cuba.

Cuando en el verano de 1963 se recibió la orientación de ocupar el lugar en cuestión, para tal finalidad, decidimos sumar a tal empeño a los responsables de cultura de los organismos estatales y organizaciones políticas de esa región.

Así, la Casa de la Cultura sería a su vez sede del Consejo Popular de la Cultura, que se había instituido como enlace entre Estado y Sociedad, destinado a funcionar en todos los territorios de nuestra Nación.

(…)

Aunque no recuerdo el día que llegamos a establecernos en la antigua Colonia Española, ni a todos los que empezamos a operar allí para bien del incremento en Manzanillo del arte y la literatura, además de otras expresiones tradicionales de la espiritualidad y los imaginarios,sí tengo en la memoria que cuando colocamos al edificio en manos del pueblo en transformación, hubo el franco propósito de ampliar los horizontes del trabajo de la CASA más allá de las actividades inherentes a escritores, artistas plásticos, músicos, teatristas y bailarines.

(…)

Entre las primeras acciones acometidas en la Casa de la Cultura en 1963 y 1964 estuvieron: la construcción de un teatro en el piso alto, donde Enrique Veliz (KIKI)montaría la obra de Martí Abdala; la organización de una exposición de pintura y dibujo con los profesionales y amateur de Manzanillo y algunos de municipios de esa Región, el apoyo al conjunto musical estudiantil “Los traviesos”(que posteriormente se convertiría en la Orquesta Típica Original),la concentración en tertulias de trovadores y cantantes de la localidad, y la creación de un aula para la enseñanza de bailes tradicionales y modernos.

Y como a los ejecutivos de la Casa de la Cultura se nos entregó la Biblioteca de la antigua Sociedad Maceo, propuse a quien había sido mi profesora de Historia de Cuba, Nilda Lamelas, para asumir la función de Directora de lo que sería la primera Biblioteca Municipal de Manzanillo de la época revolucionaria.

A posteriori la Casa de la Cultura se convirtió temporalmente en Centro Cultural dirigido por Ángela Almeida, para volver a ser Casa de la Cultura a partir de 1976 con dirección de Amanda Enamorado; y entre 1989 y 1999 funcionaría bajo el mando ejecutivo del artista plástico Manuel Olivera, más conocido por la sigla artística MOA. Pero de todo lo sucedido con posterioridad a los años fundacionales, se tratará en la segunda parte de este texto…aún por escribir”.

Colonia Española, año 1940,Manzanillo Esta institución, antiguo centro de la Colonia Española, se funda el 26 de marzo de 1899 al fusionarse el Casino Español y el Centro de Dependientes // Foto cortesía Oficina de Patrimonio
Vista de la Colonia Española // Foto cortesía Oficina de Patrimonio
El plano de fachada es rectangular teniendo su eje longitudinal en sentido horizontal. No obstante, los vanos de puertas y ventanas son rectangulares, donde su altura es dos veces el ancho, teniendo su eje longitudinal en sentido vertical. (Estilos arquitectónicos del Centro Histórico Urbano. María Febe Fernández Carbonell. José Fernández Carbonell) // Foto: Marlene Herrera
Desde la entrada se aprecia el majestuoso patio // Foto Marlene Herrera
Piso de la entrada // Foto: Marlene Herrera
El patio tiene dos azulejos de gran simbolismo, coloridos enchapes, singulares figuras de guerreros a relieve, faroles de metal // Foto Marlene Herrera
Tarja colocada en el patio // Foto: Marlene Herrera
Azulejo que representa la salida del almirante Cristóbal Colón del puerto de Palos de Moguer // Foto Marlene Herrera
Azulejo que representa al célebre personaje literario Don Quijote de la Mancha en su épica lucha contra los molinos de viento // Foto Marlene Herrera
Faroles de metal (4) que cuelgan de las columnas del patio // Foto: Marlene Herrera
Bancos en colores de azul y amarillo muy intensos que resaltan en la estructura del patio // Foto: Marlene Herrera
El estilo es ecléctico. Se caracteriza por una profusión de detalles decorativos, en interiores y exteriores, donde nada se olvida, todo forma parte de un conjunto donde variedad y unidad debate la supremacía // Foto Marlene Herrera
La hermosa escalera enchapada y sus grandes espejos son un atractivo para quienes la visitan // Foto: Marlene Herrera
El azulejo ubicado en una de sus salas reseña la llegada de Colón // Foto: Marlene Herrera
Los balcones interiores y el balcón del frente aparecen rematados con balaustres que identifican al eclecticismo // Foto: Marlene Herrera
Un amplio corredor al frente de la Casa de Cultura // Foto: Marlene Herrera