El vuelco de mi vida

Maida Ramírez Solano //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Marzo 17.- Maida Ramírez Solano es una enfermera que hace 16 años labora en el hospital provincial pediátrico Hermanos Cordové de esta ciudad, fruto del Curso de Superación Integral para Jóvenes (CSIJ), que siente orgullo por el giro que dio su vida y la puso a disposición de todos, en especial de los más pequeños, en una profesión que escogió por vocación.


Ella ofrece hoy su testimonio de cómo llegó y se formó en este programa que puso sentido a la existencia de tantos jóvenes que no veían un futuro alentador a sus días, y en la actualidad son profesionales de distintas ramas de las ciencias sociales, económicas y políticas, aportando por este país. Esta muchacha habla de cuánto significa esta etapa de su historia y la satisfacción que siente hoy como licenciada en enfermería.


«Fui una de las fundadoras del CSIJ, felizmente una brillante idea de nuestro Comandante en Jefe mirando con luz futurista sobre la necesidad de formar profesionales de todos los niveles del país. Recuerdo aquel día en el que Fidel lo inauguró en la plaza de la Revolución Celia Sánchez Manduley, fue un momento bastante emotivo cuando, luego de la espera, lo vimos llegar dándonos la bienvenida allí.


En su discurso escuchamos palabras con muchas expectativas para nosotros los jóvenes que estábamos desvinculados. Fue un verdadero momento emocionante por el que pasamos todas las personas que estábamos allí, que al igual que yo, en una oportunidad determinada no teníamos nada, y gracias a Dios y a Fidel lo tenemos todo.


Estuve en el programa desde el 2001, un año antes de inaugurarse hasta el 2005 cuando obtuve la carrera de enfermería que por vocación siempre la tuve presente.


Esa fue una etapa de bastante retos, un tiempo donde también tuve la posibilidad de ser madre por segunda vez y eso requería de un sacrificio mayor porque era entonces la consagración a la maternidad y a la vez a la dedicación de los estudios. Fui a clases y a las actividades durante todo mi embarazo y con mi bebé recién nacida.


En esos años realizábamos varias acciones con mucho entusiasmo, y nuestra presencia se hacía sentir en todas las actividades políticas, ideológicas, culturales e incluso de la agricultura.


En aquel entonces éramos muchos los que optábamos por carreras profesionales, eran pocas también las que llegaban de esta especialidad pero tuve la oportunidad de ser una de las que integró esta profesión de licenciatura en enfermería. Fue una circunstancia maravillosa porque nunca pensé que llegaría ese momento.

Desde muy joven por razones personales tuve que abandonar los estudios y me convertí en ama de casa, era una muchacha que estaba desvinculada del estudio y el trabajo, y en realidad nunca pensé que llegaría un momento tan feliz como este, de que nos dieran la posibilidad a aquellos jóvenes que estábamos sin hacer nada, de poder proyectarnos e insertarnos a la sociedad de esa manera.


El ciclo de la universidad fue muy bueno, de muchos sacrificios también porque era un nuevo modelo formativo que requería de más entrega porque al año siguiente tenías que incorporarte a trabajar, debías llevar las dos cosas a la vez, el estudio y el trabajo.


Desde que comencé a trabajar lo hice en el hospital infantil, en la sala de miscelánea donde me formé gracias a todas las profesoras que tuve a las que les agradezco toda la preparación que tuve. Luego transité por otros servicios hasta que me designaron ser reserva del departamento de enfermería, donde pasé a ser la jefa de esta sección en el hospital.


La enfermería para mí significa todo, representa mis valores como ser humano y profesional porque fue lo que siempre quise, y significa lo que soy hoy.

Por su lucha contra la COVID-19 en el pediátrico manzanillero recibió junto a un grupo de trabajadores de la institución la condición Jóvenes por la vida //Foto cortesía de la entrevistada


El Curso de Superación Integral para Jóvenes significó el vuelco de mi vida, significó todo porque gracias a este programa hoy soy lo que represento para mí, porque gracias a este curso me formé como profesional de la salud, que incluso tuve la posibilidad de salir a cumplir mi primera misión internacionalista en Venezuela, me siento plenamente complacida conmigo misma porque el sacrificio no fue en vano, con mi familia por todo el apoyo que recibí de ellos en todo el tiempo de la carrera, y con nuestra Revolución por haber dado la oportunidad de formarme en lo que soy. El paso por el CSIJ me ha hecho crecer como ser humano, como profesional y llevarlo a la práctica», destacó Ramírez Solano.


Muchos son los jóvenes como Maida que en la actualidad asumen responsabilidades en cada una de sus profesiones desde las diferentes áreas de labor. Esta idea de Fidel realmente brindó varios frutos, en especial para aquellos que la supieron aprovechar y ver un destino feliz de sus vidas.


En verdad posibilitó brindar satisfacción a muchos sellada por esa frase que pronunció su creador en la plaza manzanillera cuando dijo: «Este es uno de esos momentos en que uno ve hacerse realidad algunos de sueños», momento que legitimó el porvernir de varios jóvenes que transitaron por ese programa social.

Maida con su condición Jóvenes por la vida //Foto cortesía de la entrevistada