Melba Hernández, Heroína del Moncada y de las imprescindibles a 10 años de su muerte

Foto: Periódico Granma

Todos los que la conocieron coinciden en destacar como uno de sus rasgos más notables el trato amable, cariñoso, y la sencillez de la Heroína de la Revolución Cubana, Melba Hernández Rodríguez del Rey, quien falleció el 9 de marzo de 2014 tras dedicar su vida a la lucha por el bienestar del pueblo.

Mucho es lo que podría escribirse de esta valiente revolucionaria fallecida hace 10 años y que estuvo siempre en la vanguardia de su generación. Heroína del Asalto al Cuartel Moncada y de la República de Cuba, Melba fue Doctora Honoris Causa del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, embajadora, fundadora del Partido Comunista de Cuba, miembro del Comité Central desde su Tercer Congreso y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular hasta su deceso.

Nació el 28 de julio de 1921, en Cruces, antigua provincia de Las Villas, en una familia de estirpe mambisa. Se graduó de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana en 1943, a los 20 años, y también de licenciada en Ciencias Sociales.

Melba, como era sencillamente conocida, participó activamente en la lucha contra la tiranía batistiana siendo de las primeras en integrar las filas del movimiento revolucionario dirigido por Fidel Castro Ruz. Junto a Haydée Santamaría Cuadrado fueron las dos únicas mujeres en el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 integrando el grupo de héroes que participó en la toma del hospital provincial Saturnino Lora, donde fue detenida y condenada a prisión en el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay.

Junto a Haydée salió de la cárcel el 20 de febrero de 1954, gracias al gran movimiento popular en reclamo de su liberación. La esperaron en las afueras del Reclusorio para conducirla a La Habana, sus padres, los padres de Haydée y su hermano Aldo, junto a un pequeño grupo de revolucionarios, varios de los cuales formarían parte luego del comando que asaltó el Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957.  Lo primero que hicieron ambas heroínas fue llevar una ofrenda floral a la tumba del líder ortodoxo Eduardo Chibás.

Casi inmediatamente participaron en la impresión y distribución del manifiesto «A Cuba que sufre», en el cual Fidel y sus compañeros de presidio patentizaban su decisión irrevocable de continuar la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Junto a Haydée y Lidia Castro, Melba jugó un papel decisivo en la recopilación y organización de las notas que Fidel lograba sacar de la prisión escritas con zumo de limón, donde reconstruía su alegato en el juicio del Moncada y que luego sería conocido como «La historia me absolverá», así como en su posterior impresión y distribución clandestina.

En carta del 18 de junio de 1954, Fidel les encomienda a Melba y Haydée hacer el mayor esfuerzo y concentrar los escasos recursos en la impresión de La historia me absolverá, y así fue. Ambas, peso a peso lograron acumular fondos para imprimir el manuscrito y distribuirlo clandestinamente.

En mayo de 1955 Melba participó en la reunión celebrada en el barco «El pinero» que trasladó a los amnistiados por el asalto al Moncada desde Isla de Pinos, en la que bajo la dirección de Fidel se decidió el nombre de Movimiento 26 de Julio y del cual integró su primera Dirección Nacional.

Con una pequeña parte del dinero recaudado y cumpliendo orientaciones de Fidel, viajó a México para hacer contacto con un grupo de asaltantes del Moncada que allí se encontraban exiliados y en precaria situación económica. Participó en los preparativos de la expedición del Granma y despidió el 25 de noviembre de 1956 a los 82 combatientes en el puerto de Tuxpan. Regresó a Cuba y se incorporó a las filas del Ejército Rebelde en el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, bajo el mando directo del comandante Juan Almeida Bosque.

Tras el triunfo de la Revolución desempeñó importantes responsabilidades, entre ellas Presidenta del Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur primero, y después de Vietnam, Cambodia y Laos; miembro del Presídium del Consejo Mundial de la Paz; Secretaria General de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL); embajadora de Cuba en la República Socialista de Vietnam y en Kampuchea, y directora del Centro de Estudios sobre Asia y Oceanía.

Falleció en La Habana el 9 de marzo de 2014, pocos meses antes de sus 93 años, como consecuencia de complicaciones asociadas a la diabetes mellitus, enfermedad que padeció durante muchos años. Atendiendo a su voluntad, su cadáver fue cremado y sus cenizas trasladadas al cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, siendo depositadas en el Mausoleo de los Mártires de la Revolución, junto a sus compañeros caídos en la gesta del Moncada.

Foto: Pedro Rioseco
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