Nueva oportunidad de vida

Arturo tiene hoy una vida plena, es uno de los 13 manzanilleros privilegiados con la nueva oportunidad que entraña el trasplante renal, como tratamiento sustitutivo al daño permanente en uno de estos órganos vitales para la depuración del organismo.

Hace ya siete años y nueve meses que en su interior funciona a la perfección un riñón de alguien a quien no conoció, pero cuya compatibilidad y gracias al actuar oportuno del sistema sanitario cubano le permite hoy andar con nuevas ganas y sueños.

«Nos tratan como bebés», dice mediante la charla telefónica en la que cuenta los pormenores de una atención médica de la que se siente agradecido, y más en las condiciones epidemiológicas actuales, pues «somos pacientes de alto riesgo y muy vulnerables».

Sin preocupación por el tiempo comenta cómo quedó atrás el recuerdo de aquellos tres años y ocho meses en los que tres veces por semana requería de tratamiento de hemodiálisis para purificar su torrente sanguíneo.

Las hemodiálisis mantienen con vida a más de un cencentenar de pacientes de los siete municipios de la región del Guacanayabo // Foto Maidelis Oro

«Fue un periodo difícil pero gracias a Dios en breve tiempo estuve en condiciones y llegó mi trasplante, que asimilé como si fuera mío, y aunque tengo algunas restricciones estoy vivo y feliz; y ahora cuidándome mucho, porque además me lo exigen y desde el área la doctora y enfermera del consultorio médico lo constatan a diario».

Los cuidados tanto al manzanillero Arturo Figueredo Leyva, como al resto de los trasplantados, y a los 329 pacientes con insuficiencia renal crónica entre los grados I y V de esta localidad, se han mantenido e intensificado en la etapa, en tanto la COVID-19 demuestra mayor incidencia en pacientes con enfermedad renal, en quienes incrementa el riesgo de mortalidad.

«Si bien no se ha detenido ningún servicio asistencial, y a ellos se les da seguimiento desde el Hospital Provincial Lucía Íñiguez de Holguín, donde son trasplantados, a raíz del rebrote se trasladaron acá las consultas mensuales que asumen hoy los especialistas clínicos en las áreas y en el Hospital Celia Sánchez se les entregan los medicamentos indispensables», comenta la especialista en Nefrología, Yamilé Vila Arias, jefa del programa de Trasplantes en este servicio.

«Esos son inmunosupresores sin los cuales sería imposible mantener el funcionamiento del injerto renal, que combaten un rechazo al transplante y tienen que tomarlos de por vida, que se les garantiza a los 23 pacientes de la región del Guacanayabo en esta condición».

Ya lo comentaba Arturo, «todos recibimos las 120 cápsulas que mensualmente tomamos, que son alrededor de tres medicamentos o más; unos recibimos por adelantado los de tres meses y a otros se les completarán cuando lleguen, pues son medicinas importadas y altamente costosas para el país».

Arturo Figueredo lleva una vida plena desde su trasplante renal hace casi ocho años // Foto Cortesía del entrevistado

«Realmente la decisión de no viajar los primeros miércoles del mes en este momento ha sido sabia, para evitar que nos expongamos; y los cuidados son tan extremos con nosotros que con un catarro que me quiso dar en febrero fui a parar al hospital ingresado, porque para la medicina cubana la prevención es regla», dice el señor de 68 años y ríe.

Alicia Tamayo López, lleva dos años y nueve meses de sus 51 de vida con un trasplante de riñón, «la visita es a diario, las pesquisas, charlas, y el clínico del policlínico dos Ángel Ortiz viene todos los meses a visitarme a mi hogar, realiza una evaluación exhaustiva de mi estado, realmente no puedo quejarme.

«En presencia del nuevo coronavirus, dijo, la situación ha sido en ocasiones con el medicamento pero siempre se resuelve, a excepción de los que están en falta en el país; y sí que se soluciona cada incidencia pues en marzo, al inicio de la pandemia, estuve 11 días ingresada en el hospital Celia Sánchez, hice un rechazo moderado con una creatinina que subió hasta 311, pero me dieron una atención esmerada, se controló y ahora oscila entre 190 y 225».

Alicia Tamayo López, lleva dos años y nueve meses de sus 51 de vida con un trasplante de riñón // Foto Cortesía de la entrevistada
Mi esposo ha sido mi brazo derecho en todo este tiempo, se ha ocupado y preocupado por mi recuperación // Foto Cortesía de la entrevistada

El seguimiento a los pacientes con enfermedad renal crónica en Manzanillo es una constante, en especial a aquellos que viven gracias a la diálisis peritoneal, la hemodiálisis y los trasplantados renales, con la acción directa de los nueve eapecialistas del servicio de Nefrología del Clínico Quirúrgico de la urbe y siete residentes de todos los años.

«Aquí 136 habitantes de la región del Guacanayabo reciben el tratamiento dialítico, incluidos más de 50 manzanilleros, área donde la incidencia de la insuficiencia renal es alta como en muchas regiones, porque existen pacientes con patologías de base como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, enfermedades que más conllevan a estas, refiere la nefróloga Yamilé Vila Arias.

«En el sentido preventivo y de detección precoz, se hacen las consultas comunitarias en las áreas de salud del territorio, y los que tienen insuficiencia renal a partir de estadio IV son atendidos en el hospital; a la vez que se insiste en el cuidado de las enfermedades de base, la realización de ejercicios físicos, llevar una vida lo más saludable posible, evitar el alcohol, el cigarro, el sedentarismo y la obesidad, claves para evitar insuficiencia renal, y una vez que exista, para detener los factores de progresión».

Mantener los cuidados es indispensable para prolongar la vida de los pacientes con insuficiencia renal crónica // Foto Maidelis Oro

Cuba, con estimado de alrededor de 600 mil personas con enfermedad renal, incluidos más de cuatro mil 500 pacientes en hemodiálisis crónica, cerca de 80 en diálisis peritoneal y mil personas con trasplante renal, desarrolla estrategias para el cuidado de estos órganos vitales.

A estas responde, plantea la doctora Lídice Formigo, que atiende el Programa de Nefrología desde la dirección municipal de Salud Pública en Manzanillo, «un trabajo intensivo con personas que tienen hipertensión y diabetes para detectar las insuficiencias renales crónicas de forma precoz por filtrado glomerular, en los primeros grados, para atenderlas, seguirlas y evitar peores estadios».

La doctora Lídice Formigo, atiende el Programa de Nefrología desde la dirección municipal de Salud Pública en Manzanillo // Foto Denia Fleitas Rosales

Las vivencias de Arturo y Alicia, sus esperanzas de vida y el regocijo de las familias que ven prolongar la existencia de padres, hijos, hermanos, con el proceder asistencial del sistema médico cubano, denotan que es posible para estos pacientes una vida social activa en todos los ámbitos.

Por tal razón, la especialista Vila Arias expresa que «los pacientes son como si fueran nuestra propia familia, y nos alegra muchísimo cada vez que llega un transplante y que lo aceptan sin rechazo, desde el punto de vista inmunológico; nos llena de satisfacción y alegría, pues ya no dependerán de un riñón artificial y pueden tener una vida más libre».

Arturo Figueredo lo sabe, y lo expresa con satisfacción al asegurar que «fue la hipertensión la que desencadenó todo, pero ya mi presión arterial oscila entre 120 y 125 la máxima y entre 70 y 80 la mínima, antes debía tomarme el amlodipino y una vez trasplantado no ha sido necesario, así que agradezco la incondicionalidad de la familia, los amigos y de los médicos».

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