Polonia, a la cabeza del organismo este mes, sostiene que las graves crisis humanitarias en la región solo pueden abordarse mediante la cooperación y la adhesión de las partes a sus obligaciones en virtud del derecho internacional.
Varios miembros del Consejo -como Rusia y China- han apuntado cómo la interferencia militar y política en los asuntos internos de los países del área contribuyen a crear inestabilidad.
Asimismo, critican las acciones unilaterales, por ejemplo, las impulsadas por Estados Unidos e Israel, y ante esto, piden enfoques coordinados y respeto a las resoluciones aprobadas en el Consejo de Seguridad.
Otros miembros, como Francia, Reino Unido y naciones europeas, hacen énfasis en el enfoque humanitario y la necesidad de respetar esa legislación, pero no suelen abordar las causas profundas de los conflictos.
Aunque Pompeo llega a la ONU para presidir esta reunión sobre paz y seguridad en el Medio Oriente, la postura de Estados Unidos ha sido criticada por muchos Estados del área, que consideran las acciones de Washington como un factor de inestabilidad en la zona.
Basta solo recordar lo que sucede ahora en Libia, después de que bajo las presiones de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, el Consejo de Seguridad autorizara una operación militar multinacional.
El caos y la violencia predominan en Libia desde 2011, cuando una intervención militar de la OTAN propició el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi.
Hasta la fecha, en esa nación petrolera del norte de África continúan las pugnas por el poder y el accionar de milicias y agrupaciones terroristas, mientras aumenta la criminalidad y el tráfico de personas y armas.
Estados Unidos lidera también una coalición ilegal que se encuentra en territorio sirio y ocupa zonas en las cuales proliferan grupos terroristas: así lo denuncia Damasco.
Además, tiene presencia en Yemen y ofrecen apoyo militar a Arabia Saudita.
Washington ha sido duramente criticado por su posición de apoyo a Israel, que reprime brutalmente a los palestinos, los mantiene bloqueados, impone límites a sus movimientos y se expande por su territorio, mientras destruye propiedades palestinas.
La mayoría de la comunidad internacional rechaza tales acciones de Tel Aviv y se opone a la ocupación de Palestina, además de abogar por la creación de los dos Estados como la única forma de llevar paz y estabilidad a la zona.
En 2018, la decisión unilateral de Washington de nombrar a Jerusalén como capital de Israel y trasladar allí su embajada, desató más problemas en la zona y esto dejó un alto saldo de víctimas mortales entre los palestinos, debido al uso letal de la fuerza por parte de Israel.
Ahora, la Casa Blanca promueve el que llama Acuerdo del siglo, que obvia las raíces del conflicto palestino-israelí, y pretende anular la causa de independencia del pueblo palestino.
Las recientes decisiones del presidente Donal Trump también dispararon las tensiones con Irán, sobre todo, tras la salida estadounidense del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear de la nación persa y la reimposición de sanciones de Washington.
Recientes incidentes en el Golfo pérsico (ataques contra dos buques petroleros y el derribo de un dron de Estados Unidos) atizan la ya complicada situación de seguridad.
Estas son las bases defendidas por la administración estadounidense y su representante, Mike Pompeo, quien además de participar en la reunión del Consejo de Seguridad, se reunirá este martes con el secretario general de la ONU, António Guterres.